Wednesday, November 30, 2005

LA NOCHE QUE MIS OJOS NO PUDIERON.

Era sólo una muchacha solitaria a contraluz de la suerte, con las sienes empedradas de estrellas como piedras preciosas; una franja de carne inmensamente hermosa, según la lascivia de los diarios. Bajaba cada atardecer al Sunset Boulevard, y se sentaba afuera del café Starbucks, frecuentado por poetas y pequeños aspirantes de la taumaturgia del telón. Se escuchaban las bravuconadas del viento de la costa subir escuetamente por el trayecto del bosque de los famosos fantasmas gemelos. El blanco enervante pespunteaba las formas de su cuerpo, del que sobresalían sus labios protuberantes y sensuales como dos rebanadas de sandia recién cortadas; un pequeño lunar como una lágrima de plutón relucía a pesar de la densidad de su sombra. Hacía gestos conminándome acercarme a ella, yo rehuía nervioso. Ella seguía insistiendo cada dos segundos, con el devaneo innato de sus sonrisas tristes, al tiempo que dirigía sus brazos, aún lozanos, cómo diciéndome: "Ven... vámonos juntos al abismo".

Sus besos se fueron disolviendo en la atmósfera, fueron incrustándose uno tras otros como dagas provenientes de una inocente aprendiz de fantasma. Enterró la aguja de la duda en mi existencia y luego, no supe, si era mujer, o mi propia fantasía proyectada como un espejismo. Gradualmente nos fuimos acercando... Reconstruyo su aliento en este mismo instante, como si dejara el pasado para estar presente. Leo en sus ojos: "no lloro, porque carezco de infancia para hacerlo". Siento el rubor de su rostro al mirarme, sus pupilas gélidas sonriéndole a mis párpados tersos. La tomo de la cintura, la beso apasionadamente, como lo imaginé en tantas ocasiones, al verla rubia, esconderse tras la cortina óptica del technicolor. Mientras acaricio sus manos frías y frágiles, le pregunto: "¿dónde estuviste todo este tiempo, que no logré reflejarte en mis fantasías de adolescente?" Ella deja caer su mirar en dirección al suelo, evita tener que responder mi febril pregunta, siento cómo la noche hunde todo su peso en mi corazón; quiero llorar para exorcizar el nudo que emerge de atrás de mi garganta, pero es tarde...

Las lágrimas bloquean, se anteponen a mis preocupaciones por controlarlas, sólo atino a abrazar a ésta beldad misteriosa, insuflándole calor en su cuerpo con aderezo de nevera. Le hablo sobre la imposibilidad del idioma, de mi pobreza para acudir a verla frecuente cómo siempre quise. Ella mueve su rostro, parece entenderme perfectamente. Con apenas un débil murmullo, me deja saber su pasado de obrera en una factoría de uniformes militares, de aquel matrimonio precoz para encontrar la figura paterna perdida, el desprecio que su madre nunca ocultó hacia ella, y sus continuas crisis depresivas por su baja auto-estima. Yo asiento, y colocando un dedo en sus labios, trato de explicarle que supe todo aquello a medias, porque los mercaderes hicieron bazares con sus historias convirtiéndola en un producto de consumo. Confieso que fui uno de los buitres que despedazaron su frágil figura, con la voracidad de quien lee una historieta o satisface la líbido sexual de adolescente: te ideabas en mis noches, guardé por mucho tiempo tus imágenes sexys sacadas de las revistas y los carteles cinematográficos como verdaderos fetiches para mi subconscientes.

Ambos vamos haciendo un monólogo con el silencio sobrante. Ella sonríe con vergüenza, y, abriendo una corta incisión en el rojo carmín de sus labios, desgrana una sonrisa como una flor de flamboyán. El lunar resalta más vivo en su pómulo, como un ojo del misterio. La alegría aflora como brotes de espárragos en primavera. Noto, que se siente segura al sentir que estoy cerca, y coloco sus dedos frágiles y cansados entre los míos. Cierra sus ojos, parece transportarse a otros planos. Una brisa fresca se interpone entre mi rostro y el suyo... los jardines de tulipanes intentan dormir a pesar del ruido de los autos; el viejo reloj de la plaza tartamudea las doce y media con sus agujas viejas y desgastadas por el salitre del viento costero que viene de la bahía. La noche parece impregnarse de Chanel mecánico: se extiende como una sábana de seda negra, cubriendo todo el espacio sideral. Aunque guardo algunas preguntas necias, opto por olvidarlas, -¿para qué remover el dolor de un ángel?-. Ella, mirándome fijamente, parece leer mis pensamientos, capto que cambia de la actitud dulce del principio, a otra algo más distante. Olvidé que pueden leer telepáticamente nuestros pensamientos sin ningún atisbo por la lógica tridimencional.

-¡Perdón-, -le pido-, -¡perdóname!- -No debí querer saber qué pasó aquella noche-.
-Ahora me siento culpable-.
-¡Perdóname Marilin! -Soy un bastardo.
Ella, con una tierna actitud, me mira con sus pupilas penetrantes. Acto seguido pregunta: -¿De veras te interesa saberlo?-, casi sintiendo un pedazo de hierro al rojo vivo en su garganta. -Todo fue una maniobra política. Mientras sus ojos se clavaban en el suelo ya no por el peso de la gravedad sino por los sufrimientos. Le respondo: No te sientas culpable Marilin, yo no te juzgo-.

Fueron ellos los amos de tu barbarie: los mismos que comercializaron tu alma, cómo dioses antropófagos; aquellos que codiciaron tener tus nalgas entre sus dedos con la avara actitud de quien codicia un anillo de gemas preciosas.-Comprendo, lamento lo acontecido en tu vida, fue demasiado peso para tus delicadas alas de mariposa. -¡Lo siento! ¡Lo siento Marilin!... Porque durante mucho tiempo, vi en ti el artefacto perfecto para satisfacer mi lujuria, mis fantasías de chico solitario; ahora no llore... descansa... descansa Marilin, que el mañana es largo y allá nos veremos...!Vuelve! ¡Vuelve a tu casa! Se despidió con un beso y comenzó subir la colinita salpicada de mansiones suntuosas con amplios jardines de rosas color salmón. Yo seguí observando cómo se marchaba, sintiéndome liberado del fuerte asco que traía en mi ser, clavado cómo una estaca negra. Luego abandoné el lugar, recordando que tengo una cita esperando por mí cualquier día de estos en la barcaza que lleva al gran precipicio.


Daniel Montoly©

ÁNGELES DE VIENTRES GRANDES



NAVE MARCIANISIMA CON MUCHOS GASES
OBRA DE IBAI ANTON.

Y es vinagre maligno
lo que expelen
sus negros manantiales,
con sus pezuñas escarban
las vísceras oxidadas,
las aldeas de rocas elementales,
los páramos de malolientes
podredumbres.

Su dialecto macera;
huele a piel brocada
por martillos...
a dudosos humanos
que lavan bondades con escarnios
de feroces empellones,
con salvas pestilentes
que cuelgan
como babas mercenarias
de plumas amarillas.

Ángeles de conciencias sucias.
Ángeles de mordazas
en sus traspatios:
sus vientres se llenan
de lejanos inocentes...
¡Ángeles!
Ángeles astutamente humanos:
oscuros emisarios del demonio.

Daniel Montoly/© 2002

Sunday, November 27, 2005

Juan Armando Rojas, poeta invitado en el Wrong Side

**llovizna** (santuario)

cae llovizna en tus alas colibrí para entender la lluvia
cuando te ahogas en un vaso de agua para explicarte por
qué sólo hay día del aquel lado del río cuando la luna
habita la sequía

bajo la llovizna y cae en tus alas escarbas en la arena
bebes el agua de la noria tu reflejo destello presente
entre la luna y la luna entre el cielo y el cielo la
llovizna baja

cae llovizna colibrí entre otoño y los muros del sol
baja llovizna hasta humedecer tu cuerpo de viento
flagelado el corpus de tu flor el invisible giro la
ausencia de tus alas

esta mañana presenciamos el rumbo de tu vuelo el mapa
de la lluvia la angustia de sentirse abandonado y en los
cristales de la arena tu rostro un sol que desconoce tus
anhelos



**isla en la memoria** (lunazul)

poco antes del amanecer
quieres contemplar tu isla en la memoria
desenterrar la caja de juguetes
abrir con la llave
el croar distante de la rana

amanece y llegan a la isla
unos hombres de latón acrisolado
se esconden tras los muros de las casas
te arrojan a la noria
llueve y tras de ti saltan las ranas


**lluvia escarlata** (lunazul)


brote de rosas fuego tu cuerpo
al contacto de tu rostro con la arena

el cielo escarlata frío tus manos
el rebumbio de diluvio tus pupilas

lluvia escarlata sangre la arena
un hombre escribe la historia de su pueblo


--primera habitación--(desértica morada)


**la casa amurallada**


viajamos por las ventanas de un vitral
y las lágrimas de arena
de cierto mar nocturno


viajamos por el mapa de los cielos
las líneas de las manos
señalaron el lugar

con ceniza y sangre de guerreros
se alzó de esta ciudad el primer muro
y en las rocas se dejaron las ofrendas

de granizos se alzó el segundo muro
para seguir el rumbo de las aves
papalote enseñó a los habitantes a volar

bajo la lluvia y una lunazul
se construyó en invierno el tercer muro
cantaron las ranas y el pueblo danzó

el cuarto muro se elevó con el fuego
del volcán que nace en la laguna fría
y los hombres aprendieron a nadar

así fue construida sobre el peñol
de los coyotes la casa amurallada



**(el poema)** (médano)

navega sobre dunas
al sacudir la tinta
hay calma en el desierto
del viaje recuerda unas palabras
en silencio


regresa al río
completamente solo
de noche y entre el caos
un naufragio
él apostó y perdió en el juego un cometa
inalcanzable
inmerso en su horizonte
ojalá no se pierda


**(las palabras)** (médano)

vuelven al mar
vuelven a palpitar su corazón violeta
impregnan su aroma en el origen
se entregan a la noche revelan el secreto
la misma luna


**lluvia** (trincheras)

le llaman lluvia
cae
se tan fértil que la llaman lluvia
los bautiza y se le nombra
lluvia los relojes se cambian por goteros
difícil conseguir arena

tedio a veces se le llama tedio
se evapora
es constante y sólo cambia de rumbo
con el viento

le llaman esperanza
nube
es tan frágil que le llaman
esperanza
a veces se extravía o se la lleva el aire
y si la encuentran
¡llueve en el desierto!


**la vías** (desierto mar)

es el desierto
como una larga cicatriz
las montañas
disfrazan el camino
un cielo el horizonte
cuando un tren avanza por la arena de la rosa
a lo lejos se pierde su sombra evaporándose
en la lengua pegajosa del coyote
donde el calor descansa en los durmientes


**callejones** (sub-título)

I

las vías de tren sobre el desierto
son una escalera abandonada bajo el sol

en bello rostro una marcada cicatriz
el cauce de un río en la sequía

rayo de luz huella en la arenas
son dos columnas dos horizontes

también así es el callejón en el desierto
un espejismo paralelo al mismo instante de morir de sed



Juan Armando Rojas (Ciudad Juárez 1969) es autor de los poemarios “Lluvias de luna (FETA. 1999) y Río vertebral (UACh, 2002). Algunos de sus textos aparecen en la Antología de la poesía latinoamericana del siglo XXI: el turno y la transición (Siglo XXI, 1996), compilado por Julio Ortegas, y en Cuentistas de Tierra Adentro III (FETA, 1997), compilado por Lazlo Moussong. Es co-autor de la antología, Canto a una ciudad en el desierto: encuentro de poetas en ciudad Juárez, publicada mediante la beca PACMYC (Cuadrilla de langosta, 2004). En 2003 ganó el V Concurso Literario de Poesía de la Universidad de Monterrey, por Ex libris: Amherst, y fue becario del Instituto Chihuahuense de la cultura como creador con trayectoria 2003-2003. También es doctor en Letras hispanoamericanas por la Universidad de Arizona y actualmente becario de la fundación Andrew W. Mellon (2002-2004) en Amherst Collage, Nueva Inglaterra (Massachussets), para estudios post-doctorales, y además asistente de español en Ohio Wesleyan University.

Nota:

Los poemas seleccionados aquí corresponden a su último libro: Santuarios desierto mar. El libro está estructurado en la forma de varios capítulos, y hemos querido aquí recoger una muestra de cada uno de ellos. La poesía del poeta mejicano, Juan Armando Rojas se entronca en la meditación realista del entorno, ya sea histórico o en la sublimización de los elementos, que rodean al hombre originario del suelo mejicano. El paisaje que en los ojos de cualquier foráneo adquiere rasgos de manifestada hostilidad he visto aquí, a través de la reflexión meditativa del poeta como, formando parte del tejido del cuerpo de los pobladores de la tierra. El poeta individualiza en la esencia de cada elemento, que conforma el conjunto poético como ejemplo: el colibrí, el coyote, la lluvia, el desierto, etc.En su voz no son cosas sino partes intrínsecas del ser que en ellas reflexiona, y por medio de la mística se diviniza todo el paisaje hasta conformar ese santuario vital para el hombre originario de nuestra América. Cabe resaltar, que en la forma como nuestros aborígenes perciben la naturaleza en la concepción de un ente globalizador (madre), su relación se torna armoniosa aún con los elementos más adversos a su existencia. Esta visión se contrapone a la mística cristiana en cuya cosmovisión predomina el conflicto naturaleza-hombre, y por ende este último no se considera como parte de la misma sino como su antagonista.

La poética del poeta Juan Armando Rojas, puede hablarse de armonía en término plural porque la belleza forma ese tapiz donde se manifiestan la pura concreción de concebirla en su estado primitivo. Los siguientes versos corroboran mis palabras:“cuando un tren avanza por la arena de la rosaa lo lejos se pierde su sombra evaporándoseen la lengua pegajosa del coyotedonde el calor descansa en los durmientes”Espero que la muestra seleccionada sea de su agrado así como la oportunidad de conocer a unos de los poetas contemporáneos mejicanos post- Paz.

Daniel Montoly

Friday, November 25, 2005

LA QUINTA EXPOSICIÓN INTERNACIONAL DE POEMAS PÓSTERDE POETAS IBEROAMERICANOS CONTEMPOORÁNEOS

Academia Iberoamericana de Poesía, Grupo de Fredericton, New Brunswick, Canada

ANUNCIO:


LA QUINTA EXPOSICIÓN INTERNACIONAL DE POEMAS PÓSTER DE POETAS IBEROAMERICANOS CONTEMPOORÁNEOS 2006 EN HOMENAJE AL POETA LEOPOLDO DE LUIS, 1918 - 2005



Leopoldo de Luis, uno de los grandes poetas españoles, falleció el 20 de noviembre de 2005. Poeta de la primera generación de postguerra, su poesía es primordial representante de la poesía social y testimonial, de un hondo humanismo y espiritualidad. Ganador de premios importantes que siempre recibió con humildad, tales como el Premio Nacional de las Letras Españolas, 2003; el premio Nacional de Literatura, modalidad poesía; Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid; Medalla de Oro Luis de Góngora de la Real Academia de Córdoba, 2004; y la Medalla de Oro de la Ciudad de Córdoba, entre otros.



“La Humanidad no ha logrado en el curso de los siglos librarse de los estigmas de la guerra, del hambre, de la injusticia. Dudo de que lo consiga ni en este tiempo ni en los venideros. Pero quiero confiar en que, a pesar de todo, siempre habrá un poeta que alce la voz de la esperanza y de la libertad.” Leopoldo de Luis, en su discurso al serle entregada la "Medalla de Honor de la Universidad" Carlos III de Madrid. Marzo 1 de 2004.



La exposición tendrá lugar entre el 27 y el 30 de mayo de 2006 en York University, Toronto, Canadá, durante la reunión anual de la Asociación Canadiense de Hispanistas.



Invitamos a poetas iberoamericanos a unirse en este homenaje dedicado al poeta que alzó la voz de la esperanza y de la libertad en un lenguaje profundamente poético que lo inscribe, sin dudas, en un lugar central de la literatura iberoamericana.



Envíe su propuesta de participación a la V EXPOSICIÓN DE POEMAS PÓSTER DE POETAS IBEROAMERICANOS CONTEMPORÁNEOS antes del 27 de enero de 2006 a Nela Rio nelario@rogers.com



Si todavía no ha recibido la noticia de la Convocatoria, solicitarla a Nela Rio nelario@rogers.com

Wednesday, November 23, 2005

Comevacas y Tiznaos


«Comevacas y tizna(d)os» reconstruye, por la vía de la historia documental y oral, el escenario social de una rebelión campesina ocurrida en el pueblo de San Sebastián del Pepino en 1898, misma que fue secuela directa de la Invasión Norteamericana y las consecuencias económicas originadas y agravadas por la Guerra Hispano Americana. López Dzur nos da una pintura de la influencia que dejara el movimiento anarcosindical y libertario peninsular y las injusticias y desigualdades inherentes a un régimen colonial, cuyo liderazgo local aún representó los intereses del caciquismo conservador.


13. El ataque a Jaunarena y los Laurnaga

Y mientras lo escuchaba, Carmelo Cruz hilvanó las décimas rimadas que pasarían, de boca en boca, memorizadas por los campesinos de Hato Arriba en aquella tarde:


Me le dirás a Cheo Font,
el pie de la espada blanca,
que ya El Pepino se arranca
al grito 'e Revolución
y que aquí, a la población,
no se debe de asomar
y a Victorino Bernal
le dirás con alegría
que junto a Antonio Pavía
lo vamos a compontear.

Se decidió, entonces, efectuar un escarmiento ejemplar. Y se eligió como víctima a Pedro José Jaunarena y Azcue (1859-1940), apoderado general de la sociedad mercantil Laurnaga y Compañía, Scrs., cuyas operaciones comerciales se remontaban a 1853. [1]

Esta compañía tenía su edificio en el sector pueblo, por la Calle Padre Feliciano, y vendía ferretería y materiales de construcción. En otro de sus edificios, Laurnaga, Scrs., por el camino oriental hacia Lares y Camuy, se refaccionaba café. Su casa comercial fue una de las principales cosecheras del producto. En su carácter individual, el navarrense Pedro José tenía su extensa finca en Hoyamala; pero vivía en el barrio Guajataca, en otra finca cafetalera, donde ubicó su residencia de dos plantas. La planta baja se constituyó en su comercio de alimentos secos y licores, La Euskalerría.

El empleado llamó a gritos a su patrón y, al oír su respuesta de que bajaría, su empleado salió huyendo de la tienda. Vana fuga. Afuera, a corta distancia, se halló a más de una docena de jinetes. No había escapatoria posible. Estaban armados con palos y machetes. Algunos bajaron de sus caballos y le detuvieron al ver que huía y, después entraron con él a la tienda, golpeándolo por el menor motivo.

Al identificar a Jaunarena, Flores Cachaco, líder de la partida, lo despojó de la llave de la caja fuerte. Otros dos lo golpearon con los puños mientras Flores abrió la caja fuerte para robar. Después exigieron los libros de cuentas y deudas, no sólo de La Euskalerría, sino de los negocios de Gumersindo Micheo e Irigoyen. Pedro J. Jaunarena y Francisco Laurnaga fueron encargados de cobrar a los deudores de Laurnaga y Co. por don Gumersindo. Ya habían sabido de las visitas de Jaunarena a muchos de los clientes deudores.

«También te las das de militar voluntario; pues, dáme los libros de deudas que te voy a leer las tuyas, sargentito».

«¡No tengo aquí tales libros!», advirtió Jaunarena a los forajidos. [2]

Los sediciosos interpretaron su actitud como poco colaborativa y gritaban al exigir cada documento disponible. Se dispusieron a subir a la planta alta. Jaunarena temió por su esposa, María Cleofe Ballester González, y se avalanzó sobre Flores Cachaco, quien parecía el dirigente de los sediciosos. Se enfrascaron en forcejeo, al pie de la escalera que daba a la planta alta. La violencia y los gritos hicieron que doña Ma. Cleofe bajara, a tiempo para evitar que Flores Cachaco decapitara a machetazos a su esposo. Al atajar un machetazo que el agresor lanzó, el machete se hundió entre los dedos de la mano derecha de Jaunarena casi hasta la mitad del antebrazo.

Doña Ma. Cleofe vio que, con el cabo del machete, se seguía golpeando a su esposo. La intención fue matarle sobre el piso donde había caído. Ella se avalanzó sobre Flores Cachaco (o Casaco) para evitar el homicidio, mientras otros miembros de la partida escalaban mercancías, picaban los libros de cuentas y deudas y desordenaban todo, en búsqueda de dinero. Allí, al pie de la escalera, ante el cuerpo sangrante de Jaunarena Azcue, el agresor hizo empeños por violar a la mujer. Pero la intervención de un miembro de la partida sediciosa, el maestro de escuela y compadre del herido, Lino Guzmán, lo impidió.

¡No la toques, no la toques, Cachaco!

Y aún hizo un gesto criminal final a fin de rematar a Pedro J. Jaunarena, quien a la fecha tenía 39 años, cuando la esposa gritó: ¡Déjenlo, déjenlo que ya está muerto! [3] En la confianza de que moriría, por la golpiza y las heridas de machete, lo dejaron. Abandonaron el lugar. Sin embargo, don Pedro sobrevivió e hizo las acusaciones pertinentes. José de Diego, Fiscal del Distrito de Mayagüez, se encargaría de las investigaciones de la procuraduría.

Este incidente fue tema de un articulo de Rubén Arrieta Vilá en una serie publicada para el diario El Nuevo Día (San Juan, 2 de septiembre de 1998), con motivo al cumplirse el primer centenario de la Invasión Norteamericana, y el artículo de la serie Sangrante Verano de 1898 en Guajataca, resumía:


... Cuando el machete cayó sobre el vasco Pedro Jaunarena Azcue, éste levantó la mano derecha para cubrirse el rostro, por lo que el filo amolado cortó entre los dedos a lo largo de la mano y le hendió el brazo hasta el codo, desplomándose el herido. Yacía tendido a los pies del atacante que trató de rematarlo con un tajo a la cabeza... Los gritos de la esposa de la víctima resonaron por la Hacienda Euskalerria (Vasconia), nombre de la finca que fue escenario de la tragedia en el barrio Guajataca de San Sebastián del Pepino. Aquella fue una de las noches de terror que vivieron los ciudadanos españoles en 1898... A Jaunarena lo dejaron moribundo, a su pulpería sin provisiones, a la finca sin ganado, y a los ranchos quemándose. Para que no quedara constancia de las deudas registradas, picaron los libros a machetazos, lo que pudo haber sido una táctica premeditada para encubrir a personas que le adeudaban dinero al propietario... También cambiaron las marcas de las colindancias de la finca para reducir la extensión de la propiedad y expandir las de amigos en el vecindario... A los pocos días, varios soldados de Estados Unidos acompañaron un sobrino de don Pedro, llamado Pedro J. Labayen Jaunarena, a recuperar las bestias y lo que les habían robado. [4]
También sufrió un ataque, por esos mismos días, Juan B. Ballester González (n. 1852), hermano de la esposa de Pedro José Jaunarena. Juan Bautista era entonces un hacendado del barrio Eneas de Pepino y su finca fue incendiada, destruyéndose otras propiedades y robándosele animales. En tal momento, Ballester estuvo casado con Pilar López González (n. circa 1856). Las fechas aproximadas de nacimiento de estas personas, aludidas en la monografía, han sido cotejadas con el Censo Federal (Abril 1910) y el último censo realizado por España en 1898, salvo el hecho de que los entrevistados proveyeran su propia documentación sobre las familias. En ausencia de ésto, tras el contejo de los Censos, se utiliza el término «circa» seguido de la fecha de probable nacimiento.

El testimonio más elaborado sobre el ataque a las propiedades de Ballester González y su padre, Ballester Pujols, se ofrece en un artículo de la Dra. Helen Santiago.


Continuación
__________


Notas bibliográficas

[1] Acerca de la familia Laurnaga se conoce que Juan Miguel Tomás Laurnaga de Sagardía se casó con Margarita Orfila Pons. Desde San Sebastián, en la provincia de Guipúzcoa, España, la señora Marga Zabalza Laurnaga me proporcionó los siguientes datos: «Miguel T. Laurnaga y Sagardía que resulta ser mi bisabuelo, y de los Orfila que nombra porque Miguel T. estaba casado con Margarita Orfila Pons, oriunda del Pepino e hija de Lorenzo Orfila Cardona y de Agueda Pons Orfila, quienes eran oriundos de Mahón (Menorca)... A Guipúzcoa en España, ... aquí es donde se trasladó el bisabuelo Miguel con sus 6 hijos, entre ellos mi abuelo Fermín Laurnaga Orfila, oriundo también de San Sebastián del Pepino. Tengo su acta de nacimiento y en ella pone que Miguel T. vivía en el nº 12 de la calle de la plaza, barrio de la 'Urréjola' (¿puede ser?). ¿Sigue existiendo esta calle?»

[2] Entrevista con Andrés Jaunarena (hijo del hacendado y comerciante Pedro José Jaunarena y Azcue), realizada en su hogar del Sector Pueblo, el 13 de octubre de 1978 y Pedro Tomás Labayen. Cf. v., Juan Manuel Delgado, Las Partidas Sediciosas, en: En Rojo, suplemento del semanario Claridad (Río Piedras). Vea Bibliografía General.

[3] Entrevista con Andrés Jaunarena, op. cit. Hay versiones, no admitidas por éste sobre la violación de la esposa e hijas de Pedro José, doña Cleofe Ballester González y, al menos, en acorde a lo expresado por ellos, evidentemente, las hijas del matrimonio se libraron de los ataques sexuales pues la mayor (Ana Jaunarena Ballester) sólo tenía 5 años a la fecha del incidente; Josefina Jaunarena tenía la edad de dos o tres años en 1898 y actos canallescos en niñas de tal edad son impensables y no se habrían solapado. La familia me solicitó aclarar estos rumores.

Si hubo algún tipo de ataques a la dignidad moral y física de los más jóvenes representantes de estas familias, los nombres posibles son los de Pedro José Labayen Jaunarena (n. 1883), quien se casó con su prima Ana Jaunarena Azcue. Si él tenía 15 años en 1898, su prima debía rondar aproximadamente la misma o poco menor edad. Otra víctima potencial fue Micaela Jaunarena Azcue. (Acordé con mis entrevistados André Jaunarena y Pedro T. Labayen respetar la secretividad que se mantuvo sobre el asunto y no nombrar el agresor.

[4] Las décimas, aunque incompletas, así como la historia de Pedro José Jaunarena, fueron recogidas por Rubén Arrieta Vila, periodista de El Nuevo Día, en un artículo titulado Sangrante Verano de 1898 en Guajataca (en: El Nuevo Día (San Juan, Puerto Rico), miércoles, 2 de septiembre de 1998).

En su artículo Arrieta, especificó que: «A los pocos minutos de haberse perpetrado la agresión en la hacienda y pulpería, donde residía Jaunarena, la esposa puertorriqueña de éste, María Cleofe Ballester, y algunos estancieros del Guajataca llevaron el herido en hamaca a San Sebastián, donde el Dr. Miguel Rodríguez de Cancio le amputó el brazo destrozado. A los pocos meses, el vascongado estaba de regreso a las tareas en el campo, utilizando la mano izquierda, con la cual escribía con dificultad al principio porque era derecho».

Font Ríos tocó el tema de las Partidas y uno de sus protagonistas, Yare-Yare, en un cuento incluído en Entre cuentos y versos (Impreso en Argentina, 1968), ps. 10-11 y Carlos López Dzur en un cuento sobre la familia Mayol Navas en su libro Sarnas de la ira parda (Río Piedras, 1980). Las décimas sobre estos incidentes las escuché y transcribí, desde temprana la década de 1970, gracias a campesinos de Pozas, Mirabales y Guacio.


About Carlos López Dzur

Carlos López Dzur es un historiador, poeta y narrador, graduado en las universidades de Puerto Rico (UPR), San Diego State University y Montana State. Es candidato al PhD en Filosofía Contemporánea en UC, Irvine, y autor de más de una docena de libros poéticos y de ficción. Este es uno de los trabajos de la serie en preparación «Trece monografías sobre historia pepiniana».


Este trabajo ha sido reproducido gracias a la cortesía del escritor Carlos López Dzur
y http://www.outskirtspress.com/cgi/webpage.cgi?ISBN=1598001612

Man in blue.



El dulce porvenir.

Obra de Álvaro Antón


Man in blue.
A Reinaldo Arenas

Yo te escribía tres mentiras
guajiras, Yemayá,
y Oshún jugaba
con las negras mariposas
que surfeaban en las lámparas:
hogares de genios cosmopolitas.
Nos drogábamos los espíritus
con vainas oscuras
y perniciosas
que dan ataques de alegría
sin ser días festivos.
De lo profundo
se desplomaban las voces
de las gallinas existenciales
que dejaban huevos agridulces
en las retinas salobres.
¿Qué más quería?
¿Volar cometas con cielo nublado?
-No, las rosas
no caminaban, Yemayá
era tu séquito de Orishas
los que danzaban-.
Los tambores gritaban lunes
feriado con balsas
y Key West era el paraíso:
el Canaán de los nuevos israelitas
transeúntes del trópico.
En su arena blanca
soñábamos levantar chozas
de rumbas, son y salsas borregas
para turistas incautos.
No fue así,
por ello te escribo
tres mentiras mediáticas:
Estoy bien,
no te necesito,
déjame la puerta abierta
por las noches cuando duermas...
No me preguntes si vuelvo
que esas cosas no se dicen
a estas alturas
cuando las nubes lucen sus calvas
y los dólares parecen ser cuervos.

Daniel Montoly ©

Tuesday, November 22, 2005

PARADOJA, revista de poesía #8 acaba de salir ...


PARADOJA, revista de poesía #8 acaba de salir ...

La revista de poesía Paradoja acaba de ser publicada. Usted puede acceder a ella online desde www.paradoja.net Paradoja se publica cuatro veces al año en papel (impresa) y en la Internet. Actualmente PARADOJA es parte de la Sociedad Internacional de Escritores {SIE) www.soines.org
AGRADECEMOS A TODOS LOS AUTORES QUE HAN COLABORADO EN ESTA OCASIÓN Y ESPERAMOS SEGUIR RECIBIENDO COLABORACIONES PARA EL SIGUIENTE NÚMERO.

EN ESTE NUMERO:

Antonio Leal
Rolando Revagliatti
Guillermo García Mar
Antonio Alvarez Bürger
Sandra Orellana
Damaris Montano
Juan Gelabert
Mireya Rosario

ADEMÁS, UN EXCELENTE RELICARIO POÉTICO DE LOS POETAS:
Omar Khayym
Gérard De Nerval
Saint-John Perse
Conde De Lautramont
(Isidore Ducasse)
Emily Dickinson
Raymond Queneau
Pierre Reverdy
René Daumal
Alain Bosquet
Jean Arp
Jacques Prevert
Ezra Pound
Salvatore Quasimodo

Aceptamos colaboraciones
Envíanos entre 5 a 10 poemas BREVES (con 4 A 20 VERSOS) en un solo documento de Microsoft Word y una breve, MUY BREVE ficha bio- bibliográfica resumida (entre 6 a 10 líneas) a un solo espacio en letra TIMES ROMAN Arial punto 12 con una foto (jpg) al siguiente correo electrónico: cienpoetas@yahoo.com

Les saluda con mucho cariño y admiración,
José Alejandro Peña
PARADOJA, revista de poesía
www.paradoja.net


FAVOR DIFUNDIR ESTE MENSAJE.





Sociedad Internacional de Escritores
http://www.soines.org

Tuesday, November 15, 2005

José Alejandro Peña. POETA INVITADO EN EL WRONG SIDE


MASTURBACIÓN EN LA MISA DE ADORACIÓN
A LA VIRGEN DE TIZA

El cielo se despide del cielo
y la nube atraviesa el camino
por debajo
el mundo se hace con las manos frías
de los muertos
en otro lugar
la vida
y otras cacerías de irreflexión
maduran
se pudren los minutos de mi viejo
reloj
masturba el cielo las cabezas de paja
que van quedando entre chubascos
de fiesta.


EL MATAMOSCA

Una camisa de fuerza muy debilitada
para estarse muy quieto bajo el
mata-mosca de Alejandro el Grande.
Si, Mrs. Parca
hay caballos de una sola pierna
que suelen correr cuatro veces más de lo que
un caballo de 6 piernas.
Pero nadie los ha visto este día.
Mañana le traeré algunos trozos de
Caridad con los que se puede hacer un caballo
de verdadera fortaleza.



LA NUEVA INQUISICION

La luna de este jueves
roja como el andamio de las pesadillas
en lo vago de las plazas que mi ojo
izquierdo podría desplazar
entre mi ojo derecho que oscila
como una pieza instantánea
80 ambigüedades cortan
el satélite
ennegrece de tanta blancura
y semejanza la luz misma.
¿A quién vender el cielo por un pedazo de
suelo sin labrar?
Un ojo se deshoja o se acalambra.
Un árbol se desliza por sus ramas
La lumbre es una sombra y no
unos pasos...
Un pájaro se pudre por el cielo.
Y es tan bello como una pelambre de mono
guillotinado por los viejos de la nueva
inquisición.

LA LUZ SI SANGRA O MUERE


La luz si sangra o muere
no termina en lo exangüe de sí misma
como el hombre.
Ah el hombre esa bestia domada...

Cada pisada engendra un destino de pájaro
o de selva.

Los ladridos del árbol se han secado
y se reduce a lágrima la sed.

No sé si es huella o tumba este delirio
de avanzar.
Ah las ciudades como un olvido
de luces arrancadas.



HOMENAJE A VALLEJO


...y para henchir mi vértebra, me toco.
C. Vallejo

¿Qué puede ya la luz sino cambiar sus botines viejos
por un cabecearse en la brisa?
¿Qué eternidad exterminada hunde su mano en mi pecho arácnido y volcánico?

Adiós Rilke purísimo volcado contra sí
adiós mi trago de Voltaire.
Adiós dice la nube Baudelaire.
Adiós también a ti huesudo niño atroz
me dice el viento.

Y la luna se convierte en llanto
y el llanto en llama impura
y la llama del árbol en ojillo cerrado.

¿Ves
qué tanto mi voz sube se altera
y fosforece en toda su sustancia
elemental?

Ven
toca este hueco en lo profundo.


AIME CESAIRE

Aimé Cesaire dejó en el aire
un tenue arrobamiento de laúd matinal
y se hizo un collar de brasas y de orejas
nocturnas símbolo del viaje inusitado
hacia una infancia de luces que devora
el regreso.
Y en las tardes oscuras arrancaba palabras del fondo
de su pecho rojizo como un súcubo
y las dejaba morir sobre la blanca arena estremecida.

Dijo casi a mi oído (sin que la sangre llevara al espejismo de la noche):

Deja que tus palabras terminen sofocadas
lleva una vida errante
de náufrago indeciso
y verás que no mienten
los tránsfugas ni el polvo.

Y yo todo una válvula cargada
de señales miré la claraboya
oscurecida.

¡Cuánto envejece un hombre
en un cerrar los ojos!

En la voz-escolopendra de los niños exangües
el hosco sol ondula
se disgrega la muerte como un laúd de tenuidad fingida.

Copyright © 2005 José Alejandro Peña

José Alejandro Peña, Poeta dominicano (Santo Domingo, 1964). Obtuvo en 1986 el Premio Nacional de Poesía con su libro El soñado desquite (Colección Orfeo, Biblioteca Nacional, 1986). Desde 1995 reside en Estados Unidos, donde fundó y dirige la revista bilingüe de poesía y las ediciones de libros El Salvaje Refinado. Ha traducido poemas de Wallace Stevens, Mark Strand, Ives Bonnefoy, Emily Dickinson, Allen Ginsberg y otros. Ha publicado los poemarios Iniciación final (1984), Pasar de sombra (1989), Estoy frente a ti, niña terrible (1994), Blasfemias de la flauta (edición bilingüe de Essential Icon Press, Nebraska, 1999), Tomorrow, the Paradise (versión inglesa, XLibris Corporation, Pennsylvania, 2001), El fantasma de Broadway Street y otros poemas (Ediciones El Salvaje Refinado, Estados Unidos, 2002) y Mañana, el Paraíso (Ediciones El Salvaje Refinado, Estados Unidos, 2002).

Sunday, November 13, 2005

CONVOCATORIA DEL VIII PREMIO INTERNACIONAL DE POESÍA "NICOLÁS GUILLEN" 2005

El Instituto Quintanarroense de la Cultura, la Unión de Escritores y
Artistas de Cuba, el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de
Quintana Roo, y las revistas Río Hondo y Tropo a la uña convocan al VIII
Premio Internacional de Poesía "Nicolás Guillén", el cual se rige por las
siguientes bases:

1-Podrán participar todos los poetas residentes u oriundos de los
países del Caribe hispano (Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica,
Nicaragua, Honduras, Guatemala, México, Cuba, Puerto Rico y República
Dominicana), y los poetas hispanohablantes de Belice con un poemario inédito,
escrito en español, de temática libre, y con una extensión de diez
cuartillas.

2- No podrán participar autores que hayan obtenido con anterioridad
este premio. Sí pueden participar quienes hayan ganado menciones.

3- Los trabajos -firmados con seudónimo y escritos en letra arial o
times new roman No. 12 a dos espacios- se enviarán por correo electrónico
en formato word. En archivo adjunto, identificado con el seudónimo, se
incluirán los siguientes datos: nombre y apellidos, dirección de correo
electrónico, dirección postal y ficha curricular del autor a
asere40@prodigy.net.mx, antes del 15 de noviembre de 2005.

4-El jurado estará integrado por tres escritores, de reconocida
trayectoria, cuyos nombres se darán a conocer después de que hayan emitido su
fallo.

5-El premio consiste en dos mil dólares, la publicación del cuaderno en
papel (1000 ejemplares) con derecho del diez por ciento para el autor
(100 ejemplares) y un diploma. El formato del cuaderno es de tamaño
media carta, con portada de selección a color en papel couché, interiores
de papel bond, se incluye una foto del autor en la contraportada y hay
cabida para un prólogo.

6- El Instituto Quintanarroense de la Cultura depositará mil
quinientos dólares estadounidenses en la cuenta bancaria del autor premiado a
finales de diciembre de 2005.

7. El Instituto Quintanarroense de la Cultura garantizará, en el primer
semestre de 2006, la publicación del cuaderno en la editorial Nave de
Papel, y el envío del diez por ciento de la publicación (100
ejemplares) al autor premiado.

8-La Unión de Escritores y Artistas de Cuba entregará al ganador, como
reconocimiento, una obra plástica

9. La revista Río Hondo depositará en la cuenta del autor premiado
quinientos dólares estadounidenses, que se suman a los otros mil quinientos
que entregará el Instituto Quintanarroense de la Cultura; y en su
segunda edición de 2006 publicará uno de los poemas premiados.

10. La revista Tropo a la uña, publicación de la Asociación de
Escritores de Quintana Roo con sede en Cancún, publicará una selección de los
poemarios finalistas en el segundo número del año 2006.

11. El Instituto Quintanarroense de la Cultura hará llegar al poeta
premiado y quienes obtengan menciones diez ejemplares de las dos revistas
antes mencionadas, donde aparezcan publicados sus poemas.

12- El premio, único e indivisible, será dado a conocer el 15 de
diciembre del 2005 a través de medios electrónicos y de papel del Caribe
mexicano. Al autor premiado se le notificará a través de un mensaje
electrónico.

13 - El jurado podrá otorgar cuantas menciones estime, consistentes en
diplomas.

14-No habrá actividad de premiación.

15- El autor premiado conserva sus derechos de autor para posteriores
ediciones.

16- Los libros que no obtengan premio ni menciones serán borrados.

17- Cualquier duda o cambio serán asumidas y resueltas por el comité
organizador del concurso.

Prensa callejera. (Gabriel Impaglione)

El rumor del ayuno
en el follaje

*No hay tal paraiso, compañero.


Se desvanecen los sueños cada tanto
y resulta que somos lo que somos:
hipócritas, hambrientos, inválidos
que vuelven de viejas trincheras
con una medalla bajo el brazo
en busca del Banco de Empeños.
La memoria, a veces, gota
de sangre caída en el crepúsculo.



*Hombre que tira de carro.

1
El hambre a veces brilla reloj de oro,
se suma al coro de plata de las espaldas rotas
de sudor inútil,
brota vía láctea
desde infinito ignoto que se llama tristeza.
No hay cansancio más feroz que el de la espera
del pan.
El hombre se convierte en presa de sí mismo
y vuelca sobre sus brazos andanadas de colmillo.
Despojo trashumante cercado de carroñeros
artífices del luto de la tierra muerta.

2

Vi el cuerpo de espejo de un hombre asno
hundirse en el gentío de una estación de trenes.
No pisaba sobre pies descalzos
sino también sobre ruedas oxidadas
y brazos que llegaban más allá del límite
para abrazar una caja de lata machucada.
Viaje de ida con hijos en la carga.
Hombre asno sudando hambre
brilla en el hambre transpirado,
su cuerpo desnudo es una vara de agua.
Cierto resplandor agónico
de esperanza.

3.

En tren la terrible pasajera.
Late ingobernable su púa la miseria.
Casa habitada de residuo sin boleto.
Allí también cartones,
viejos diarios preocupados
de lo que pasa en otra parte.
Vidrio plástico metal retorcido,
milagro de la modernidad:
masa del pan finalmente un día.
El último cigarrillo corre de boca en boca
como el agua fresca
o la palabra almuerzo.
Y cada tanto
en el silencio roto por los parches del rumbo,
la palabra basta
que más que palabra
puño crispando lentamente
la impotencia.

4.

Yo no sé muchas cosas de la antropología,
pero será la nueva especie de la que se habla
en los círculos adscriptos al fin de la historia.
Raza nacida de explosión atómica
de vendaval de hipocrecía
de gran epidemia de capitalismo.
Van y vienen por las calles vacías
a horas imprudentes
cargados de niños y de ayunos.
Monstruosos malholientes
con la risa amputada desgajados
ruinosos se apiñan en los trenes.
Tienen apéndices de dos o cuatro ruedas
y olfato para detectar el vidrio.
Un silbo a veces
abre camino
y detrás de su puñal
se cuelan en la ciudad dormida.
Pero si Usted viera, su Señoría!
Son tan educados!
Usted debiera verlos!
No hablan nunca con la boca llena.
Muerden el aire
porque en el aire se dice
un perfume de albahaca
viene tiñendo el día.
Ay que duele tanto la ternura
de las palabras dormidas!


*Mensuario del Hombre Nada


Enero:

Salgo a juntar la limosna de la noche,
rodajas de luto en los umbrales,
breves uvas del rocío fugitivo.
A disputar con perros las orillas
de las horas quietas calle abajo.
Le doy un poema al cartonero,
al chicobicicleta de las doce,
al que le duele como a mí el frío,
la extensa oscuridad de cada día.

Febrero:

Salir a la intemperie
con el alma en cueros
y ojos ardidos de preguntas,
perseguir nada,
oficio mal pago
y maloliente.
Si palabras inútiles,
inútil uno,
ya no queda
siquiera aunquesea
en el residuo.

Marzo:

Qué parte de uno
se rompió qué día, a qué hora,
cómo dolió tanto entonces,
ay tanto
que todo ese dolor
fue un largo sueño extraviado.

Abril:

Hoy me vi al espejo.
No me sabía de cuerpo entero.
Tengo un brazo inútil
y otro brazo izquierdo que es mal visto.
Una oreja llena
de voces subversivas
y otra pierna gastada
de llevar cuesta arriba el deseo.
Ah, como sombra refulgente,
cierta aguda insistencia metálica
caliente
áspera
en los desvelos.

Mayo:

Pensaba en la patria.
O sea en todo.
Vengo de su entraña
a su entraña voy,
y en el camino amo
su boca de amapola,
la fruta de zumo
desbordada.
Pero ella es una piedra,
hueco, no sé,
espalda.
Y qué hago ahora
con estas manos duras
y el cereal ausente
y las palabras!

Junio:

Será que ya no sirvo para algunas cosas,
que tanto desandar la hora me ha gastado.
Cómo es sentirse desalado
sin risa sin horario
siquiera para ayunar como es debido?
Le respondo a las preguntas
con un silencio extraviado.

Julio:

Será que empecinado
empuño tonterías?
Voy pasando de moda como un disco.
Ando lleno de palabras
que no importan.

Agosto:

Será la poesía
una forma de nada que sobra,
oficio triste
que resbala en vana superficie,
canto prisionero
de gota de sombra
en el viento.

Septiembre:

Algo nos iguala y también la muerte.
Cierta sustancia gris que bailotea
en las sombras de cada nosesabe.
Por eso uno se cansa
de girar en vano por la ciudad
tan ancha
que parece infinita.
Entre ayuno y mendrugo
una distancia inmensurable.

Octubre:

Se desvive así:
cada exhalación
roba un siglo de esperanza rota.
Un amigo llega con abrazo
y el vino se hace ancho
y soy pasado
a la deriva.

Noviembre:

Hombre sin trabajo
piensa apenas en desmorirse
lo suficiente
para volverse deseo la próxima hora.
No lo sabía.

Diciembre:

Ya no es herramienta rota
brazo partido boca deshecha
tristeza mordiendo el buendía.
Es no ver los hijos
tanto como el pan.
El credo del Hombre Nada
es intemperie
y látigo y latido fugaz
en los intersticios de la piedra
vencida.
Y la mágica paciencia
su galope encantado
venciéndolo todo
aunque no se sepa
aunque nunca llegue,
aunque no se entienda.
Aunque sea tarde.

Enero:

Volví a casa con la sed
a preguntar doce veces
por noticias de agua.
Los brazos de barro
serán diamante un día?


*Cuánto vale el niño de la esquina del banco?


Vale los depósitos del Chase de esta mañana?
Vale la limosna que el domingo
dejaron los turistas entre una foto y otra?
Vale todo lo que hoy no vendió la Oil Company?
Vale las cuarenta cartucheras,
las treinta mil vainas servidas,
las cincuenta bayonetas traficadas?
Vale el diezmo, la coima, el descuento
especial por pago al contado?
Vale un diamante o un corcho quemado?
Cuanto vale ese niño señor Presidente?
Vale una vacante en Naciones Desunidas?
Vale la dura carta del Fondo?
Vale un bloqueo, una demanda, un puño
alzando su amenaza de cartón pintado?
Y si así fuera amenaza de misil llegando,
vale ese niño la dignidad de su guiso?
Cuánto vale ese niño de la camiseta
rasgada de potrero y miseria?
Vale un contrato por doce goles anuales?
Vale lo que un cartel televisado?
Vale un pago por desarraigo
o una jubilación de privilegio?
Cuánto vale ese niño de la esquina del banco?
Pronto, es urgente!
Que los carroñeros merodean
con una bolsa en la mano.


*Desanimar el desanimo

deshilacharlo
que se desdibuje
grotescamente
y se destierre
y se deseternice
y su deshielo nos descubra
llenos de desimposibles.

*Preguntas a Pablo Neruda

en el centenario de su nacimiento
"Cuándo se dicta bajo tierra
la designación de la rosa?"
Pablo Neruda, Libro de las Preguntas.
Enero es un pedazo de brasa extraviada
que inaugura el ciclo del agua?
Es verdad que los ingleses no saltan?
Los presidentes estan exentos de subir a los colectivos?
Porqué a veces cuando duele el alma se ríe la poesía?
Cómo no hay empleo si sobra el trabajo?
Un obrero de la ford
vale menos que un auto?
El albañil que levanta maravillas vive en una casa
sin reboques? Tiene ventana de mirar vecino?
Es que los barrenderos llevan la tierra del centro
de las ciudades para que reviva en las orillas?
Tiene esa mujer un hombre en su brazo
o una cartera?
Quién se anima a jurar que el Che ha muerto?
Y por cierto, querido Pablo, Miguel y Federico?
Doblan las campanas?
Vale más un hombre o la palabra?
O un hombre de palabra?
Se desgaja de risa el niño con su guiso
o es el guiso que suelta carcajadas de justicia?
Es que quien se va tenía patria
o la patria es virtud en vías de extinción?
Sabe la historia si alguna vez, el mundo,
respiró libre de imperios y traidores?
Es la luna el jazmín más próximo al abrazo?
Acabará en la cárcel también el silencio cómplice?
Es que hay muchos gatos o los pájaros no mueren?
Se desprendió un retazo constelado
o un niño trazó su mapa de la noche con un dedo?
Qué sucedería si en los hospitales
se dejase de administrar amor en generosas dosis?
Cuándo entenderá el hombre que la mujer lleva
la gota de zumo del mundo entre sus labios?
Regresa un navío?
Porqué los ministerios de Economía
son más importantes que los ministerios de Cultura?
Dónde se acaban las preguntas? Entonces callo,
o a veces las respuestas son un hueco inútil en la boca?
Porqué la poesía, Neftalí Reyes, compañero,
entre los escombros como una rosa indomable?

*Hay que morirse de pájaros

de estallido de lirios y crepúsculo,
de risa y canto a manos llenas
y dejarle la gravedad de los bolsillos
a los recaudadores de impuestos,
cederle el paso a los urgentes
trujamanes del alboroto a sueldo.
Empecinarse en la esperanza
de brazos abiertos en la calle,
banquete de marcha ingobernable.
Hay que andar que andando
se llega finalmente.
Los habitantes del rumbo
reparten la alegría como el agua.
Hay que desmorirse de posibles
hasta nacerse de nuevo, refundar
la tierra en nombre de los hijos.
Urge construir la verdadera
la definitiva
casa de las fraternidades.





El autor

Gabriel Impaglione (BsAs.1958) poeta y periodista argentino. Colabora en publicaciones gráficas y electrónicas. Publicó "Echarle pájaros al Mundo" (poesía, Ediciones Panorama- BsAs- 1994); "Breviario de Cartografía Mágica" (poesía, El Taller del Poeta- Galicia- 2002); "Poemas Quietos" (Antol. Editorial Mizares- Barcelona- 2002); Poemas en e-book "Todas las voces una voz- Editado por Universidad de Educación a Distancia, Madrid, 2002; "Bagdad y otros poemas" (El Taller del Poeta- Galicia- 2003); Cuento "La manada"- 2do premio Antología Escritores Hispanoamericanos en el Mundo- (Edit. Bellvigraf- Córdoba -Arg.- 2004); "Letrarios de Utópolis" (poesía, Linajes Editores- México- 2004). "Cuentapájaros" (poesía, en prensa, Taller del Poeta- Galicia). Poemas en Antologia Canto a un Prisionero, Edit. Poetas Antiimperialistas, Canadà, 2005; “alala”, Taller del poeta, España, 2005.
Contacto: correo electrónico: impaglioneg@yahoo.es
Prensa Callejera, Editado por La Luna Que, coleccion de poesia Poeta Joaquin Gianuzzi, cura de Julio Carabelli. BsAs, diciembre de 2004.

Gabriel Impaglione
Poeta y Periodista argentino, reside actualmente en Italia.

Director de la revista literaria Isla Negra.

Para suscribirse gratuitamente solicitar la suscripcion a impaglioneg@yahoo.es

Blog de isla Negra: http://isla_negra.zoomblog.com

Saturday, November 12, 2005

VODÚ Y LLANTO PARA UN TAMBOR.



La imagen que figura junto al poema
ha sido reproducida de: Caribe Inside



Desvuélveme, nuevamente, al mar, Tambor,
dame la ira de tu música
para saber que sigo vivo,
aunque por mis venas
sólo noche y rabia fluyan.

Voy a llorar, Tambor…
procura que nadie sepa la razón
de este frío
que ha hecho de mi sueño
un collage de mariposas muertas.

Ven, convierte en mi confidente,
porque fuera de ti
el sol no alcanza a iluminar
mi rostro
y la ternura de las sirenas
son como égidas del cristal
para el hambre de mis oídos.

Pienso volar, Tambor,
aférrate al estruendo de mis alas,
juntos conquistaremos el tiempo
y la impetuosa muerte
nunca, nunca
logrará leer en nuestras huellas
su alfabeto de bocas y ojos rojos.

Pienso soñar, Tambor,
nunca olvides ser la esencia de mi sueño.

Daniel Montoly© /2004

Monday, November 7, 2005

CANÇÕES PERVERSAS (de ANTONIO MIRANDA y XU LIO FORMOSO) ESTRENA EN BRASILIA Y MP3 DE LAS MÚSICAS EN LA INTERNET




CANÇÕES PERVERSAS ESTRENA EN BRASILIA Y MP3 DE LAS MÚSICAS EN LA INTERNET MÚSICAS DE XULIO FORMOSO E ANTONIO MIRANDA VÃO SER GRAVADAS E COLOCADAS NA INTERNET

A estréia foi no dia 20 de outubro na Universidade de Brasília, durante o VIII Congresso Internacional de Humanidades, para uma platéia de especialistas brasileiros e estrangeiros. As músicas compostas especialmente pelo venezuelano Xulio Formoso, a partir das letras de Antonio Miranda, vão ser gravadas em estúdio fonográfico. O objetivo é a divulgação em formato MP3. O projeto conta com o patrocínio do Fundo de Amparo à Cultura – FAC, da Secretaria da Cultura do Governo do Distrito Federal. Novas apresentações do recital estão sendo programadas. Veja o cartaz do evento e leia o texto integral do espetáculo.
http://www.antoniomiranda.com.br/Obras/cancoes_perversas.htm

NOVEDADES:
Poetas Latino-Americanos ANTONIO DE CASTRO ALVES (1847-1871)CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE (1902-1987)

Poemas de Antonio Miranda NÃO-LUGARESNOTÍCIAS DE VIAGEM
POESIA VISUAL BRASILEIRA NA INTERNET: uma pesquisa em andamento.

Conexão Zona Moebius: Antonio Mengs Poemas do Barão de Pindaré Jr.
poesia de ALFREDO SILVA ESTRADA AIXA DOIS E METÁSTASEVERDADES OFICIAIS
Confira também os poemas deFERNANDO MENDES VIANNA (Brasil)JOSÉ GERALDO PIRES DE MELLO) (Brasil)JOSÉ SANTIAGO NAUD (Brasil)JOSÉ VICENTE ANAYA (México)ORLANDO VALDEZ (Argentina)RAFAEL CADENAS (Venezuela)
Portal de Poesia Ibero-Americana de A-ZPoetas de Costa Rica ALFONSO CHASE (1944- ) ANA ISTARÚ (1960- ) JORGE ARTURO (1961- ) OSVALDO SAUMA (1949- )

Vida y obra de una escritora frígida





A altas horas de la madrugada las teclas de la maquinilla suenan como los martilleos de una colmena de grillos mecánicos...Los centros sonoros del cuerpo se adentran en la calma del apartamento como agujas de acupuntura y los puntos de los dedos se hunden en la soledad inhabitable, que demanda la carrera de una novelista. Amaranta no parece sentirse satisfecha, escribe con los extremos de su blusa abierta, tal como su imaginación le dicta. Un pedazo de pastel de chocolate comparte su mesita de noche con una taza de té de menta importado de Sri Lanka. En una esquina de su estudio hay un cuadro con la ciudad de Alejandría, con esa aura enigmática, que da ser la hija pródiga del saber antiguo encallada como un mosaico griego en el esplendor de la quinta esencia egipcia. Amaranta fabrica sus historias con soldaduras de insomnio y una vista del cielo parisino como aderezo. Rehace pedazos de su vida que yacen dispersos en los genitales del recuerdo. Son distintas las creencias que rondan en su habitación, se incrustan en las paredes de su piel, a excitarle sus hormonas hasta dejarla como una adolescente preñada de murmuraciones. Su intimidad se ve socavada por indelicadeza de las páginas, que les confesian a sus lectores los sueños inhibidos de una treintiañera insatisfecha. Un tango suena quebrando la dictadura impuesta por el silencio, que sólo se había visto quebrado, por los constantes martilleos de las teclas sobre la tira de color de su maquinilla; regalo de su madre cuando apenas contaba con treces años de edad, esperanzada de verla en el futuro realizada como una escritora de renombre. El sueño profano que nunca pudo realizar ella, por tener que asumir el rol de madre de una familia numerosa muy temprano.

La joven autora sale cada atardecer a pasear por los parques vecinos a su apartamento, aspira el suave perfume de las flores de geranios, de las margaritas amarillas que crecen silvestres en las orejas del parque. Nada parece alterar el retrato habitual de su rutina. Se inquieta algunas veces al cruzar la puerta del vecino, un jubilado precoz debido a un accidente automovilitisco. Él siempre la observa a través de la indiscreción de su ventana, que deja al descubierto la intención de sus miradas pordioseras de amor y de caricias. Ella ha soñado varias noches haciendo el amor con él ardientemente, con una pasión que casi raya en el salvajismo, se ruboriza cuando lo recuerda y no puede evitar que la humedad se haga palpable en su vagina, sintiéndola correr entre su panties y resbalarse más tarde por sus piernas como una gota tibia de vino rosa. Recrea sus fantasías reprimidas con aquel amante imposible, postrado en una silla de ruedas tan deseoso de poseerla como ella a él. La joven escritora (no tan joven tiene treinta años) se divierte con los coqueteos de su mente, nunca se ha permitido el lujo de experimental los roces de una piel varonil más allá de las descripciones de sus románticas novelas.

Varias veces se ha sentido tentada a cruzar el umbral de la puerta que se erige entre ella y su idolatrado amante como El Muro de Berlín. Hoy domingo saldrá a dar un paseo en la mañana, sabe que él visita con frecuencia el lago, a echarles trozos de pan a los patos y los gansos. Idea un encuentro furtivo, prepara las posibles preguntas, calcula como dejará fluir sus emociones una vez que lo tenga frente a ella. Es consciente que aquello será una horrible diversión a costa de la imposibilidad de ambos. Amaranta nunca supo lo que fue juventud, aún en sus tiempos de chica universitaria. Ella recuerda como eludía las fiestas sociales y las embestidas masculinas, llegando a ganarse el epíteto de “La extraña criatura neurona” entre los compañeros de su promoción. Pero nunca le importó lo que ellos pudiesen pensar de su estilo de vida, sólo le preocupaba alcanzar el sueño que su madre había ideado para ella como muestra de fidelidad a la progenitora de su vida. Hoy será el día más difícil en su corta existencia. El alter ego de su creación correrá una aventurada carrera de peligro, se siente tentada hacerlo para expresarse por sí misma por primera vez.

A medida que los segundos han ido pasando, una sensación hasta ahora desconocida parece recorrer sus venas, aumentando el ritmo de su corazón elevándole su estado de nervios. Corre la cortina de la ventana que da al patio del vecino, observa los preparativos de su caminata dominical, la angustia comienza a rebasar su capacidad de asimilación. Bruscamente cierra la cortina, como si tratará de evitar que el fantasma del amor fragmentara su resistencia en todos estos largos años. El joven mira fijamente a su ventana, sabe que ella se oculta tras la aparente indiferencia de los cristales, puede oler su sombra femenina arreada hasta sus córneas desnudas por la brisa cómplice de julio. Está plenamente, consciente que nunca pasará nada entre ellos, aunque él, desearía que aconteciera como algo inevitable, pues él lo desea tanto como ella, a pesar de ser sexualmente inútil de la cintura para abajo. Amaranta lamenta haber iniciado este torrente de fantasías, que hoy parecen ahogarla, volando en su cuarto como tormentosas bandadas de mariposas psicológicas. Seca sus manos con insistencia, con un pañuelo de seda, observa su máquina de escribir con un papel atragantado en la garganta. Tres líneas se alargan felpudas a medio camino. Es la historia de una ilusión inconclusa, que espera que ella pueda sentir algo de lástima consigo misma. Que se invista del coraje para sacarla de la ficción, llevándola de las manos de la realidad a ser carne de su carne, vista, sentida, como los ardores que socavan hoy la moral de sus castos senos.

La joven autora camina en dirección a su pequeño sótano, corre la puerta corrediza y saca una rema de papel, la coloca debajo de sus axilas y cierra la puerta nuevamente. Toma la almohadilla de terciopelo negro, se sirve una taza de té hindú, para exorcizar las insinuaciones de Morfeo. La tarea por delante es larga, sólo cuenta con la ruidosa actitud de su máquina para socorrerle, cuando la soledad haga patente su presencia en las vaginas de ambas como un fuerte cosquilleo íntimo. Deja correr tres lágrimas, punza la primera tecla, su máquina parece responder de mala gana como si quisiera hacerle patente su tristeza. La joven escritora sintiendo un agudo dolor en el alma, se dispone a matar aquel sueño que ha sabido despertarle sus instintos femeninos de amar y ser amada por fuera de su creación. Llora desconsolada, sintiéndose la mujer más malvada y cruel por haber iniciado aquel macabro juego. Se levantó en la noche, vistiendo su larga bata de dormir, caminó hasta cruzar el patio contiguo, se perdió en la brumosidad invernar y sólo los vuelos de la prenda de dormir se observaban aletear a lo lejos como diciéndole adiós a la inhibición que la traía reprimida.

Daniel Montoly
© 2001

Sunday, November 6, 2005

Konia



La imagen que aparece junto al poema fue reproducida del Internet.


-La belleza descubre su forma exquisita
En la soledad de la nada…-
Rumí

Sacié mi sed en tu íntimo paisaje
y mis palabras
cobraron vida, se hicieron piedras
ante la expresión fugaz
de los pensamientos.
Sellé mis labios en lo absoluto
y habitó en mi ser
la dulce flama que el viento
no llegó a extinguir
con el licor de las acciones.
Vuelvo, nadando,
por cada punto
de este insondable Océano,
alegre como un delfín,
y con el ímpetu de tus columnas.
Entonces, encuentro bajo el suelo
las fibras de la primera tela,
el manto del tabernáculo
que cubrió mis tantos rostros
y mis cuatros brazos
arrancados por el tiempo.
Ahora descubro, que cada árbol
es una lámpara para tu adoración.

Daniel Montoly © 2003

LA CANCIÓN DEL TRASPATIO.




EL PATINETE ESPACIAL.
Obra de Ibai Antón



Se estiró, efigie perezosa
de extremo a extremo
ocupando la cara mendiga.
Brizna a brizna
fueron saliendo sus notas profanas,
como perfumes envainados
en cacerolas de mármol.
Echaron sus torsos a la lengua,
se dieron al amor de la saliva.
En los zaguanes entumecidos
de la dentadura hubo un canto,
una brisa letal del esófago:
puente sin cobijo entre la idea y la sombra.
Notas suspendidas a contrapunto,
soplo pretérito, espina musical
prolongada, que incesante,
se multiplica en la boda del misterio.
Sus notas viajan tibias, invisibles,
se condensan como incienso
de imágenes retóricas.
Murmura lo que no dice,
cae del cosmos narrado a la débil
cintura de la realidad cruda.
Hay una canción maloliente
por coser en las axilas
de todo hombre sastre,
para que la cante otro
una vez que la haya visto brotar
del esófago.

Daniel Montoly
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