Thursday, April 19, 2012

Consuelo póstumo para Borges


La apertura de los archivos de la Fundación Nobel permitió conocer que se rechazó a J. R. R. Tolkien con el argumento de que su prosa era “de segunda categoría”. También rebotaron a Graham Greene, Lawrence Durrell y Alberto Moravia, entre otros

por Silvina Friera

Desclasificar archivos es como chapotear por un mausoleo. Más allá del carácter necrófilo, la benemérita Academia Sueca consigue que el asombro no se pueda silabear. Lo desgasta tanto que deviene en un asunto tedioso por lo obvio. Desde el revés de una trama ahora visible, la novedad confirma que algunos académicos, por más denuedo que hayan cultivado en maquillarse con una cosmética abigarrada de erudición, no han vacilado en descalificar, lisa y llanamente, con argumentaciones que se podrían escuchar en una cancha de fútbol sueca como “prosa de segunda categoría”. Palo y a la bolsa de los expulsados del Olimpo literario.

Uno de los miembros del jurado del Nobel de Literatura 1961, el ilustre crítico Anders Österling, rechazó premiar a J. R. R. Tolkien, desenfundando un escueto y demoledor comentario. El señor de los anillos, que de la mano de sus hobbits y elfos ha vendido millones de ejemplares en todo el mundo, “no está, en modo alguno, a la altura de la narración de calidad”. En esa ocasión, el comité de los ―casi siempre― polémicos galardones consagró al yugoslavo Ivo Andric por “la fuerza épica con la que traza temas y representa destinos humanos dibujados a partir de la historia de su país”.

Los documentos desclasificados y revelados por el periodista sueco Andreas Ekstrôm en el diario Sydsvenska Dagdladet, para consuelo de la tribu lectora de la trilogía de Tolkien, si esto fuera posible, arrojan otros descartes mayúsculos. También fueron bochados Lawrence Durrell, Graham Greene, Karen Blixen, E.M. Forster, Alberto Moravia y Robert Frost.

La noticia es un tajo por donde brota el tiempo. Las lapidarias sentencias escriben la historia de un inventario donde muchos “perdedores” devienen ganadores por otros medios. Las secretas deliberaciones de la Academia Sueca ―acostumbrada a no mostrar su juego― no se pueden conocer hasta 50 años después de la entrega del Premio Nobel de Literatura. Una vez cumplido el requisito estipulado, la biblioteca de la Fundación Nobel abre sus archivos. Y los periodistas hurgan en los escombros del pasado.

En los albores de este 2012 corresponde habilitar las compuertas para revisar lo que sucedió en 1961. Ekström, periodista sueco que lleva un lustro metiendo la mano en esta caja de Pandora sueca, dijo que esta es la primera vez que se ha encontrado a Tolkien entre los candidatos que optaban por el Nobel. “La decisión final se hace pública sin ninguna nota añadida ―explicó el periodista sueco―, pero sí se descubren la lista de candidatos propuestos y los comentarios sobre los mismos”. La candidatura de John Ronald Reuel Tolkien (1892-1973) la presentó su amigo C. S. Lewis, quien lo persuadió de que publicara El hobbit y con quien compartió debates literarios en un grupo informal conocido como Inklings.

Los académicos suecos que galardonaron a Andric (1892-1972), autor de Un puente sobre el Drina, no escatimaron el desdén y cierta perfidia en sus veredictos hacia los “perdedores”. Robert Frost, por ejemplo, fue objetado ―aunque a usted, lector, le cueste creerlo― debido a su “avanzada edad”. La vejez, según cómo y cuándo se la mire, puede desplazar a los codazos del podio de arbitrariedades a la “prosa de segunda categoría”. ¿Es una premisa literaria la edad del candidato, ya sea un joven o un señor demasiado maduro? Habrá que estudiar cómo incide la biología en la calidad literaria. Todo es posible en el reino de la estupidez. El poeta estadounidense entonces tenía 86 años y murió dos años después, en 1963.

Hombres rudos en la faena de bajar el pulgar, el conciliábulo académico despachó otra impugnación “memorable”. Österling calificó al novelista británico E. M. Forster como “una sombra de lo que fue”. La obra del novelista italiano Alberto Moravia, en cambio, “adolece de una monotonía general”. La trastienda de las deliberaciones revela que Graham Greene, quien nunca ganó el galardón, fue “subcampeón”; mientras que a la escritora danesa Karen Blixen, autora de Memorias de África, le correspondió el tercer lugar.

La moralina emerge con su carga de residuos, aunque el mundo haya cambiado. El comité sueco, que se quemó las pestañas a la hora de esgrimir sus rebotes olímpicos, opinó que Lawrence Durrell, el autor de la impresionante El cuarteto de Alejandría ―compuesta por Justine (1957), Balthazar (1958), Mountolive (1958) y Clea (1960)―, aportaba “un gusto dudoso debido a su monomaníaca preocupación por las complicaciones eróticas”. ¿Dictaminaban en serio los académicos suecos o se extraviaron por la tangente de tribulaciones y prejuicios íntimos?

Tomado de Página/12



Tomado de La Ventana

Saturday, April 7, 2012



Arte: Joan Miro


Fugitivo canto



FIJEZA

Dejar de construir
lo que se destruirá.

Sólo el fluir eterno del agua.

La llamarada inmóvil como el hacha
en el instante que hiende la madera.

El espejo que se quiebra ante los ojos.

¿Dónde encontrar el palpitar constante
de lo que no ha sido jamás?




NOCHE

La noche inventa largos tallos
al frente de tu casa
y una raíz ansiosa de humedad.
Cada abierta mañana se te ofrece en flor.
Sus noches y días acabarán
en erizada hora
y vientos blancos.
Su rojo es el rojo desangrado.




POETA MALDITO

Los dioses lo abandonaron
en un paisaje de blancura intolerable,
luego sus sueños huirían
perseguidos por unos ojos
que acababan de mirar
el fatigoso conflicto
entre la Verdad de cuatro lados,
y la Mentira triangular.




DIOSES MARINOS

I

Neptuno es el dios que has logrado resucitar,
sus cadenas azotan furiosas las olas,
tus ojos,
tus playas,
me recogen náufrago.

II

Neptuno es el dios que has invocado,
sus cadenas de plata azotan con furia las olas,
así tocarás en la arena de tus playas
la huella de un náufrago y su desvarío.


LA PLENITUD DEL POLVO

Pensando en los nuestro
en la plenitud de la mañana
dos mariposas arden insistentemente
su polvo de llama
sobre la enredadera florida del muro.

En la noche ya no seremos capaces
de saber si regresaron.

Guillermo Arango

Nació en Cienfuegos, Cuba, (1939). Cursó sus estudios en su ciudad natal y en Asturias, España, lugar de origen de sus padres. Es diplomado de las universidades de Santo Tomás de Villanueva y Loyola. Debido a la situación política deja la isla en 1962. Ha residido en España, México y Estados Unidos. Se ha dedicado a la enseñanza.

Su obra literaria abarca poesía, narrativa, teatro y ensayos. Ha ejercido por igual la crítica cinematográfica.

Su pieza dramática Todos los caminos recibió en premio internacional de teatro Alberto Gutierrez de la Sonala 2008, auspiciado por el Círculo de Cultura Panamericano.

Ha recibido cuatro becas de la Nacional Endowment for the Humanities.

Es miembro del Círculo de escritores hispanos de Columbus, Ohio.

Es miembro del PEN Club de escritores cubanos (Exilio).

Poesía:

Memoria de un pasado inmediato / Remembrance of a Time Just Past (Edición bilingüe), Linden Lane Press, Princeton, 1992.

Cancionero de Jagua, Orbis Press, Phoenix, Arizona, 2006.

Sorpresa de la noche, Bluebird Editions, Miami, Florida, 2007.

Memoria del corazón, 100 sonetos de amor y pena, ZC Editores, Miami, 2009.

Tribunal de sombras (Con un prólogo de Josefina Leyva), Editorial Betania, Madrid, España, 2010.

Poetas y pintores en la callecita de los tilos (Antología de poetas finalistas del Premio de Poesía Linden Lane Press de 2011), Linden Lane Press, Miami, Florida, 2011.

Narrativa:

Gatuperio (Cuentos), Ediciones Universal, Miami, Florida, 2011.


Contacto: labibijagua@yahoo.com, latatagua@yahoo.com

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