Pero aún pudo verte, un eco
que caería a tientas
con la antena de las palabras, lomo
de la separación.
Su rostro suavemente resignado,
la lámpara que ardiera;
mas de repente surge
dentro de mí una llama
en que susurras con dolor. No. Nunca.
Alfonso Costafreda
0 Comments:
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home