Tuesday, February 26, 2008


Entrevista : Sin soledad no se puede escribir


"Uno para escribir necesita hacerse muchas ilusiones y creerse muchas cosas, he creado ese mundo aparte de mi mundo" • Entrevista al escritor cubano Antón Arrufat


por Johanna Puyol

La XVII Feria Internacional del Libro dedica este año su homenaje especial al escritor Antón Arrufat (Santiago de Cuba, 1935), junto a la doctora Graziella Poggolotti. Poeta, narrador, dramaturgo y ensayista, Arrufat mereció el Premio Nacional de Literatura en el año 2000 y ha cosechado numerosos reconocimientos desde entonces, con una obra diversa y numerosa, pero unificada en su excelencia. Lo avalan lauros tales como el Premio Alejo Carpentier por La noche del aguafiestas, o el Premio Iberoamericano Julio Cortázar 2005 por El envés de la trama.

Se ha descrito a sí mismo como un escritor experimental, y su obra no ha escapado a la polémica, marcada siempre por lenguaje rico y por momentos irónico. La celebración del reciente estreno sobre las tablas de su obra Los siete contra Tebas, casi cuatro décadas después de su primera publicación, añade esplendor a este homenaje merecido.

Con este homenaje su nombre queda estrechamente ligado a la historia de la Feria Internacional del Libro. ¿Qué piensa de este vínculo?

—Me interesa tener un vínculo casi histórico con la Feria. Creo que además es un fenómeno social que tiene que continuar y debe hacerlo. Imagino que tal vez se perfeccione, que se modifique, es algo que el curso de la historia indicará. Pero indudablemente la Feria es permanente, porque mientras el hombre lea y le interesen los libros este espacio permanecerá. Yo estaré ligado a esa historia permanente, que también es la del gusto por el libro, la del acercamiento al libro.

“Sabes que en el mundo moderno estas cosas están en peligro porque los jóvenes están más interesados en la lectura en la pantalla. Son nuevos gustos, nuevas adquisiciones que el hombre ha hecho. Cuando surgió la televisión, la gente dijo: el cine se va a acabar. Cuando empezó el cine la gente dijo: el teatro se va a acabar. Ni el teatro se terminó ni el cine tampoco, simplemente se adecuaron, hubo una relación de interinfluencias, y en el cine hacen las cosas de una manera y en la televisión de otra. Indudablemente la televisión tiene la ventaja de que, como la vida moderna en las grandes ciudades es muy peligrosa, sobre todo por las noches, y además el trabajo diario es muy intenso, la gente se queda en las casas. Eso le da una fuerza de comunicación a la televisión que no tienen las otras manifestaciones.”

En un reciente artículo sobre escritores y sus rutinas de trabajo Ciro Bianchi relata que Ud. se resistió a la computadora por mucho tiempo. ¿Se aferra a ciertos rituales a la hora de crear?

—Escribo de dos maneras. La primera es a mano, escribo así todos mis poemas. La otra era a máquina, los artículos, las novelas, los ensayos y sobre todo el teatro los hacía de esta manera. La máquina y yo estábamos muy acostumbrados el uno al otro y la tecnología moderna no me despierta mucha curiosidad. Soy de otra época y estos adelantos me dejan un poco frío.

“Cuando llegó la computadora, era como un artefacto enorme que puse en mi estudio, y yo la miraba y pensaba: tal vez un día… Pero no me interesaba trabajar con ella, me llevaba muy bien con mi máquina de escribir. Luego, hago los poemas a mano, porque se me puede ocurrir uno en la cocina, cuando estoy preparando el desayuno, y tomo un lápiz y un papel y lo escribo. Mientras camino hasta mi estudio, enciendo la computadora y abro el Word ya no tengo absolutamente nada en la cabeza.

“Esta creación necesita de unas herramientas muy elementales y rudimentarias, el lápiz y el papel, que es una manera antiquísima, pero es la manera de hacer un poema. Algunos poetas me han dicho que tienen la computadora encendida el día entero y cuando se les ocurre algo corren hacia ella. No es algo que pueda practicar.

“Sin embargo, sí estoy escribiendo algunas cosas en la computadora, como los ensayos y discursos como el que acabo de hacer en la inauguración.”

De joven solía encerrarse en el baño a leer. La lectura era para usted una experiencia solitaria. ¿Ocurre lo mismo con la escritura?


—Sin soledad no se puede escribir. Hace poco leí con verdadero asombro en una biografía que Goethe escribía con toda la familia alrededor. Aunque Goethe vivía en una casa mucho más grande que la mía, y era un alto funcionario, no tenía ninguna necesidad de la soledad. O sea, estaban sus nietos junto a toda la familia, y las familias son muy ruidosas tanto las alemanas, como las cubanas. Se acostumbró de tal manera a escribir con ese ruido y que el nieto se le subiera a las piernas, que lograba concentrarse así. Eso sería completamente imposible para mí ni creo que deba ejercitarme en ello. Simplemente busco un lugar apartado, el estudio de mi casa, y a veces busco la mañana, que es solitaria, o la alta noche cuando está dormido el barrio. Esa hora es propicia para mí.

Suele citar una frase que le dijeron una vez: que lo importante para un escritor en cualquier tipo de sociedad es sobrevivir. ¿En qué consiste esta sobrevivencia?

—Sobrevivir en cuanto a escritor. Me gusta una frase de Borges: “Siempre nos han tocado malos tiempos en que vivir”. La relación entre el estado y el escritor es siempre peligrosa, difícil, pasa malos y buenos momentos. Hay momentos en que un rey como Luis XIV puede proteger a un dramaturgo tan grande como Racine. Luego el rey se vuelve contra él y Racine tiene que irse a un exilio de nueve años fuera del palacio de Versalles. El escritor corre sus peligros.

¿Qué sucede con su nueva novela, en proceso de escritura, Cambio de escala, que tiene como protagonista a un escritor ya entrado en años? ¿Sugiere el título un nuevo modo de juzgar el mundo?

—Confieso que no hago literatura autobiográfica ni quiero reconocer que hay una parte de mi vida puesta en mis libros, porque siempre me he creído que he inventado un mundo. Uno para escribir necesita hacerse muchas ilusiones y creerse muchas cosas, si no para qué va a sentarse uno frente a una máquina —o en una computadora, ahora que me modernicé—, en ese oficio tan absolutamente solitario como escribir. He creado ese mundo aparte de mi mundo, aunque indudablemente tienen vínculos. Cuando yo muera, que mis cartas aparezcan, que se publique mi diario, los lectores encontrarán que, sin duda, había una relación mayor que la que yo sospechaba, que la que yo confesaba, entre mis textos y mi vida.

“Ahora bien, Cambio de escala es una obra de un escritor viejo que no tiene nada que ver conmigo. Soy escritor y soy viejo, pero no soy ese personaje. Ese personaje surge de oscuridades dentro de mí, dentro de mis amigos, dentro de gente que he conocido. Es una mezcla de historias que no me pertenecen. Lo único que he logrado es coser lo mejor que he podido estas historias. Creo que los tres capítulos que ya están listos son las mejores cosas que he hecho en el mundo de la narrativa.”

La pasión por la literatura, en sus palabras uno de los mayores legados que le dejó Virgilio, ¿ha sobrevivido a los años, o, como en su novela, han cambiado las escalas y la forma de enfrentarse a aquella?

—La forma que uno tiene de acercarse a la literatura va cambiando a medida que uno va teniendo otras formas de acercarse a la vida, porque uno no es igual a sí mismo todo el tiempo, ni la sociedad es igual a sí misma todo el tiempo, ni la identidad permanece idéntica a sí misma a lo largo de toda la historia. Esas cosas no ocurren en la vida, solamente pueden ocurrir en el pensamiento dogmático. Pero indudablemente tendré otras formas de acercarme a la literatura, o mejor dicho, que la literatura permita que yo me acerque, porque ella está ahí, en su altar, y yo oficio en ese altar.


Tomado de La Jiribilla

Reproducido de La Ventana

2 Comments:

Blogger teresa coraspe said...

Siempre aciertas con las entrevistas que seleccionas, Daniel.
Un abrazo grande y un beso para Ananda...Tere.

2:49 PM  
Blogger Daniel J. Montoly said...

Gracias Tere. Pero siempre me gusta seleccionar entrevista de buenos poetas porque ello ayuda a comprender mejor su obra.

Estuve buscando el mensaje y hoy lo encontré el menssenger de Yahoo. No comprendo qué pasó con el correo que mandaste porque mi cuenta de Yaho está abierta.

Un fuerte abrazo. Daniel

2:09 PM  

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home

Creative Commons License
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.