Wednesday, September 27, 2006

Homero Aridjis
(México, 1940)

EL CANTO BAJO LA BRUMA


El canto bajo la bruma
alumbra en su vuelo
un camino

el alba
abre en el nido de un ave
la luz

el sol
mira el poema
ya vivo

mirado
el fruto
tiene peso

mueve su sombra
el árbol


ANVERSO

No veo tu sonrisa entre mis labios
apurar la prolongada espera
en tu abandono de luciérnaga a la noche;
sólo tengo asida entre mis brazos
la inexpresable lucha
de penetrar en el bosque sin fondo de tu sueño
que empieza en la penumbra.
Sólo el afán de arañar las escamas de la tierra
y volcar la savia del origen
en tu canasto de riveras blandas,
para encontrarte a ti,
en el hueco de tus verdes plantaciones
como un todo revuelto entre mis manos.
Sólo mis párpados abiertos
confundidos en el incendio de absorberte
en tu acuario de humo,
bajo la soledad de unos cerebros desyelmados.
No veo tu presencia desdoblada
ahondarme y contenerme,
sólo mi furia de hombre
en las grietas de ti misma
persiguiéndote sin alcanzarte.
Sólo la noche posada en tus cabellos,
la noche raspándonos los ojos,
la noche uniéndonos y separándonos
como división eterna entre los cuerpos.


LA FORMA DE TU AUSENCIA

Ni un momento
he dejado de ver en este cuerpo
la forma de tu ausencia,
como una esfera que ya no te contiene.
Pero dos cosas constantes te revelan,
te tienen de cuerpo entero en el instante,
y son la cama y la mesa de madera,
hechas a la medida del amor
y del hambre


CUANDO LA SOMBRA DUERME...


CUANDO la sombra duerme su cuerpo se ilumina
su rostro reflejado atraviesa cristales
y finalmente se instala en todo brillo

Sus dedos trenzan en el aire
los bellos frutos de los días de mayo

Muda en la respiración muda de las cosas
la voz de una mujer pasa buscándola

Desnuda en el esplendor irreparable
sus ojos se abren como un río
de luz y de sonido


DONDE EL ENSOÑADO Y EL SOÑADO...


DONDE el ensoñado y el soñado
van por un solo camino
se levanta un cuerpo

Por ese adentro de mujeres que hablan
de pasadas contiendas en las que no estuvimos
otro cuerpo se abre

y todo aquello que los cuerpos forman
es en la sombra
un brillo solitario


LA NOCHE MUERE SOBRE UNA MANZANA ROTA...


LA NOCHE muere sobre una manzana rota
La creación recomienza

El alba crece insuperable
compacta en sus disturbios

El hombre pulsa la memoria
abre el instante nuevo
con manos transparentes

Por todas partes la fantasía
de ser entre las horas
la proeza el grito la resurrección

También de la tierra húmeda
de los hechos ya ocultos
llega el movimiento
el segundo perpetuo
la presencia
Una palabra corta en dos tus labios

KID AZTECA


Sé tú mismo ahora rostro abofeteado
Tú último rival ha muerto el deseo
de triunfal para ti sólo se levanta
la hierba pobre sobre la piedra dura
La noche donde serás ninguno se avecina
Ya ha sido golpeado
ha sido lanzado contra las cuerdas
y soñado sobre un saco de arena muchas veces
Puñetazos y dolor es la vida—y el resto nada
Aquiétate desesperación
Piérdete miedo de ser noqueado para siempre
Acepta ya el puñetazo loco
que tenderá tu cuerpo sobre la lona


Homero Aridjis
(México, 1940)


Homero Aridjis (México, 1940)Poeta y narrador mexicano. Nacido en Contepec, Michoacán, estudió periodismo en la Escuela Carlos Septién García de la ciudad de México. Se formó en el taller literario de Juan José Arreola. Fue embajador en Suiza y agregado cultural en los Países Bajos. Ha dado clases de literatura en varias universidades de Estados Unidos (como en la de Indiana y Nueva York) y colaborado en numerosas publicaciones. En 1985 co-fundó el Grupo de los Cien, una organización ecologista integrada por artistas e intelectuales comprometidos en la defensa de la naturaleza, especialmente en su país. Aridjis lucha por la conservación de los bosques, el fin de la matanza de tortugas marinas y ballenas, y el del tráfico de animales. Actualmente es presidente del PEN Club Internacional.

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