Si precisara
masticar
esa palabra
no la hieras
con sabor
de piedra
ni con palidez
el rumor
de sus pisadas...
Porque el vivir
cada mañana
es anclarse
en esa voz
déjale
entrar
hoy en tus sueños
a conversar
con tus deseos.
Amaneció al otro lado del tiempo
Envolverse
con tu diestra
pesada
de ternura...
Dormido
en la luz
luciérnaga
de tus pupilas
retorcerse
sin miedo
a las fauces
del vacío...
Al despertar
del sueño
hablarte al corazón
en la alborada
de alegría.
En pasos de distancia
Llegó
a una estación
de otoño
donde tu mano
------------cayó
------------en su hombro
voz
de arroyo
------------en sus sentidos...
Ellas
Reencenderán
la lumbre
en el patio
de las sombras.
George Reyes
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