Obra: El misterio de la Santísima Trinidad
Álvaro Antón
... La vieron, la barca subterránea
ahogada por los chirridos
de los pájaros sórdidos
de Alfred Hitchcock
alzarse con el cuerpo inerte
de Dylan Thomas
hasta su gruta. Adentrarse
en el hondo ostracismo
sin dejar rastros visibles
en la superficie oleaginosa
como impulsada
por la boca mágica de un duende
que abre río torbellinos
en plenas rocas neurológicas.
La vieron dejar una estela
del vestido grisáceo
enganchado en los incrédulos
traficantes de cordura.
Moverse en círculos,
danzar desnuda
igual a una serpiente líquida.
Y el pobre rostro quijotesco,
la enajenada voz de Dylan Thomas
se adhería pávida a sus risas
como un liquen, como el ala
a un murciélago azufroso.
La vieron, vieron su ígnea boca...
porque la neurosis
es consistente a las neuronas.
Se ve, se huele y se mastica.
La vieron, ya no lo digan
que resucita de entre los muertos.
Daniel Montoly©
2 Comments:
Daniel: Je, que buenoooooooooooo.
Es un film tu poema.
Tiene unas imágenes increíbles, empezando con: ahogada por los chirridos
de los pájaros sórdidos
de Alfred Hitchcock (ídolo).
que abre río torbellinos
en plenas rocas neurológicas.
enganchado en los incrédulos
traficantes de cordura.
Moverse en círculos,
danzar desnuda
igual a una serpiente líquida.
Bue, hubiera pegado el poema para citar todo lo que me llama la atención.
Felicitaciones Caballero.
Gabriela Abeal.
Querida Gaby:
Estuve alejado por unos días de los meneteres del Internet, pero vuelvo nuevamente a la carga de machetes. Escribí ese poema mientras observaba una foto de Dylan Thomas en la portada de un libro. Aún en ella se podia apreciar la turbulencia de su enfermedad, pero sobre todo su genialidad.
Eres bondadosa con tud palabras, pero yo no sufro de la modestia, por tanto las tomo como un estimulo para seguir excavando en la poesía.
Un abrazo fuerte desde la hermandad que forjan las letras. Daniel
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