Wednesday, September 5, 2007



Rodolfo Alonso

(Buenos Aires, 1934)

A la sombra de Malthus

Sabios anuncian,
con discreta emoción
y sopesando datos,
de manera siniestra,
irreprochables,
que en el Tercer Milenio
más hombres tendrán sed.
(De hacerlo, no serán,
como se ve,
lo suficientemente
originales:
todos los siglos
consiguieron tener
sed de justicia,
de libertad, belleza.)
Ahora, por fin, parece
-miserable milagro,
cruel consumación,
irrisorio destino
final-, que los humanos
tendrán por suerte
matar muriendo
(cazando lluvias,
en oasis blindados,
cercando ríos,
encerrando al mar)
por una simple, serena,
saludable y letal
sed clarísima de agua.


CONFABULAR


es la llanura el hijo perfecto
los que abrimos la mañana con los dientes
viviendo hasta aquí arriba
el vino de mano en mano
el poema de mano en mano
la sangre de mano en mano
sí es verdad
habría que decirlo a todo el mundo


LA CINTURA DEL MUNDO

la muerte ha de morir
sabemos lo que amamos
sobre qué piedra sobre qué raíz
habrá que aventurarse
resiste su virtud
lo que nos queda en pago
la condición el ojo triste la palabra
que habrán de compartirse con los hombres
tú confirmas la vida con tu voz
dejas caer tu aroma y te desvistes
en todos los que parten


LA MUCHACHA DE LAS ISLAS CANARIAS

la que yo amo distribuye el tiempo
conserva las raíces de las horas en sus manos
salud en sus campanas
en su muralla convertida en lluvia
en su corazón que está en declive
en la cumbre la muerte en el fondo el amor
amor sus dos pupilas amor cabalga la certeza
y ella convive con los hombres
hoy sus islas habitan mi garganta
la nadadora negra está de pie en la orilla
y hace jirones de pelo con el viento
la que yo amo persiste en el invierno
se da y huye
para luego volver a prosternarse
levántate esperada tu corazón es un crisol
pero aún hay una espada en tu sonrisa
la que yo amo está cerca de mí
nuestra fuerza es la fuerza de los hombres
está en mis venas y en mis músculos
caliente como el pan como la sangre como el vino

Déjà vu

Una mujer se desnuda en mi memoria
mientras afuera resplandece la ciudad
o llueve y hace frío

Una mujer lava su pelo negro con el agua de mi infancia
una distancia va formándose

Su piel es lenta y fresca como la mañana que acaricia
su voz se hace lejana

Una mujer me alcanza
el primer seno descubierto
el primer seno acariciado

Mientras adentro resplandece la memoria


(De "Hago el amor", 1969)

Como dos astros

Como dos astros errantes
que se han unido por su errar
nuestros errores nos acercan
nuestros errores nos separan

Como dos astros errantes
que se deslizan por amor
nuestras miradas nos atraen
nuestras miradas nos rechazan

Como dos astros errantes
que se separan para ver
la sed el hambre el sol la furia
nuestros caminos encontrados

En lo profundo de los cielos
en el silencio de la luz
como dos astros errantes
morimos renacemos

(De "Señora Vida", 1979)

Olor a lluvia

El aire trae de pronto recuerdos del olvido
con sabor a horizonte, hierba húmeda y ausencia.
Color difuso y neto, casi como sin dueño,
máscara o habitante, límpidamente orgánico,
cargadamente etéreo. Espíritus, espíritu;
huellas de una memoria que gira en su vacío
repleto: fuegos, cuerpos, dioses, rastros, palabras.


(De "Sol o sombra", 1981)

Hormigas sobre naranja

Lo negro devorando al esplendor,
aullando silencioso,
y silenciosamente devorado
por tanta maravilla.


(De "Alrededores", 1983)

Volver a Poemas

Desde la Tierra Prometida
Los viejos te soñaban y ya no eras promesa.
Sal sobre las heridas. Y corona de espinas.
No hay primavera fácil en las ciudades tóxicas.
El campo es impotente en manos impotentes.

Los hijos de la tierra, los hijos de la sangre,
abren los mismos ojos a la mañana ácida.
¿Quién podría anidar sobre nieblas y espanto,
tanta muerte infecunda, esta vida que mata?

No es el bello desierto ni la selva voraz.
Un reiterado abismo nos ciega y nos atrae.
Quiere hacerse destino, se pretende constante.
Nos engañan y quieren engañarse también.

¿Cuándo terminarás, Saturno, con nosotros?
Tu mirada congela, y tu estrépito encubre
los dolores, los odios, las miserias, las penas.
¿Nunca terminarás de devorarnos, patria?

(De "Jazmín del país", 1988)

Como Rimbaud en Harrar

¿Sin que la poesía me abandone
también yo he frecuentado reyezuelos
en ácidas comunas suburbanas
por óbolos pequeños, subsistencias,
en los alrededores del poder?

¿Salvando las distancias, lenguaraz
de caciques menores, jefes siervos,
sustentando retoños vigorosos
con migajas de estruendo, alegorías,
para que la poesía me abandone?

(De "El arte de callar", 2003)

Ruido de fondo

Las manos de la nieve
la nieve que cae en sueños
tus sueños como sombras
que asombran nuestro día
el día que no aclara
lo claro de tu risa
que ríe sin que lo sepas
saber que no eres mía
mi pequeña insistencia
que insiste en recordar
el recuerdo que vuela
volando ante el olvido
sin olvidar tu cuerpo
el cuerpo que ilumina
iluminando frondas
la frondosa alameda
álamos contra el cielo
el cielo de tu boca
la boca de la muerte
la muerte que no muere
morir de haber vivido
viviendo como vives
la vida que me das
te doy lo que me duele
el dolor padre y madre
la madre amante hembra
las hembras junto al fuego
el fuego que es la especie
la especie está en peligro
peligran nuestros miedos
los miedos luto en flor
Florencia nunca nunca
nunca será Las Vegas
ni veo en Delfos lumbres
para alumbrar Wall Street
estrías del planeta
planetas que se extinguen
extintos valles fértiles
fértiles sueños manos
las manos que se aman
al amor de lo hecho
hacer lo que se pueda
poder hablar decir
te digo lo que canto
cantar como las manos
manos que construyeron
construir sobre el abismo
abismos que se abren
y abriéndose se cierran
sobre gargantas libres
libertad y justicia
justicia entre las manos
las manos de la nieve

Oda a Jonathan Swift (1667 – 1745)

Lo que el humor no pudo
no lo tendrá la muerte.
Luz de la inteligencia,
corazón de razones,
luz de razón, el hombre
no siempre come sombra.
Propone, con modestia
(desde Irlanda, en el mundo,
hace trescientos años),
iluminar la vida,
o morirnos de risa,
al menos, de la infamia.


Rodolfo Alonso (Buenos Aires, 1934) fue el miembro más joven del grupo nucleado alrededor de la legendaria revista argentina de vanguardia Poesía Buenos Aires. A partir de Salud o nada (1954), publicó más de veinte libros propios, la mayoría de poemas pero también de ensayo y narrativa. Fue el primer traductor al castellano de los 4 heterónimos de Fernando Pessoa. Tradujo también a otros muchos autores de diversos idiomas (Ungaretti, Cesare Pavese, Marguerite Duras, Prévert, Montale, Carlos Drummond de Andrade, Apollinaire, Murilo Mendes, Eluard, Dino Campana, Manuel Bandeira, Pasolini, Baudelaire, António Ramos Rosa, Rosalía de Castro y otros). A su vez, fue traducido en Francia, Bélgica, Portugal, Brasil, Estados Unidos y Galicia. Ya en 1961 Editions Le Cormier publicó en Bruselas una selección de sus Poèmes, con traducción y prólogo de Fernand Verhesen. Otras antologías de su obra poética fueron publicadas en España, México y Colombia. En 1978 fue incluido en La paix invincible espoir, antología de Madeleine De Vits para las Ècoles Associées de l'U.N.E.S.C.O. (Jacques Antoine, Editeur, Bruselas). Colaboró en numerosas publicaciones, tales como L'esprit des lettres, Les Cahiers du Sud, Le Journal des Poètes o Le Courrier du Centre International d'Etudes Poétiques, organismo del cual es corresponsal en su país desde hace largo tiempo. En 1997 recibió, con Juan Gelman, el Premio Nacional de Poesía. Sus últimos libros publicados son Antología poética (Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, 1996) y los ensayos de Defensa de la poesía (Editorial Vinciguerra, Buenos Aires, 1997). Este mismo sello acaba de publicar, en 1998, su traducción de Les diables amoureux, de Guillaume Apollinaire. Escribió guiones y textos para filmes de cortometraje, la mayoría de los cuales fueron premiados en festivales nacionales y extranjeros. Dirigió su propia editorial de libros, que llegó a publicar más de doscientos cincuenta títulos diferentes. Entre 1986 y 1989 fue Director del Fondo Nacional de las Artes.

7 Comments:

Blogger Gabriela said...

Acá estamos otra vez, ya que hoy por tiempo me faltó leer a Rodolfo Alonso y con el cual otra vez quedo maravillada. Sus poemas los llamaría certeros, pegan donde era su destino...y me encantó Dejá vu...me recordó a otro Poeta que admiro...muy, muy bueno, felicitaciones.

Cariños Gabriela Abeal.

3:03 PM  
Blogger Daniel J. Montoly said...

Saludos Julio.
Gracias por el honor de la visita y por la bondad de tu comentario.

No veo inconveniente para enlazar los lugares, no sé cómo hacerlo, pero encontraré alguien que lo haga pronto.
Con afectos. Daniel

11:44 AM  
Blogger Daniel J. Montoly said...

Sabes Gaby, yo no conocía a este fabuloso poeta argentino hasta hace poco, que lo encontré en una antología de Poesía Latinoamericana elaborada por un escritor cubano.

Comparto la misma opinión que tú, su poesía es incisiva, audaz y sobretodo muy depurada con cierta influencia surrealista.

Mi poema favorito de esta muestra breve, es HORMIGAS SOBRE NARANJA. Es fantástico y con multiplicidad de sentido.
Con afectos y cariño. Daniel

11:51 AM  
Anonymous Anonymous said...

Daniel: Yo tampoco lo conocía, me quedo dos veces maravillada, pues lo había leído antes y después de conseguir tiempo.
Y encima vive, por lo que leo y uno no está enterado de nada. Vos sos de entrar a leer poesía de cualquiera y te encontrás con maravillas? pues a veces hago lo mismo, y una vez cuando me enamoré de un poema de un Poeta que ni sabía ni en la web había info, al querer leer más de él, las maravillosas causalidades de la vida...me llevan a que hoy sea mi Editor, y se me caen las babas cuando me cuenta historias de estar con Cortázar, Juarroz, etc...a veces reniego de la maldita tecnología otras le beso los pies.
Besos, Gabriela.

12:39 PM  
Blogger Daniel J. Montoly said...

No te preocupes Gaby, que eso nos pasa a todos, gran parte de nuestros mejores poetas yacen son pocos conocidos aun en sus países de origen.

Sé de muchos poetas de mi país que he venido a ponerme en contacto con sus obras después de venir a vivir al extranjero.

Uno de los mayores problemas es el desinterés de los organismos estatales para promover la cultura y otro se debe a la naturaleza misma de la sociedad de consumo, porque se produce lo que se vende y genera ganancia.

Ni la poesía ni los poetas encajan en el mundo materialista de hoy día por eso se les considera seres inadaptados y sentimentales utópicos. Pero que le vamos a hacer, hay que continuar hasta cavar un hoyo en el universo.

Me gustaría que habláramos sobre algunos trabajos de tu editor.

Como siempre, con afectos. Daniel

2:30 PM  
Anonymous Anonymous said...

Hola Daniel: Hoy hablé con el Editor, y pues te tiene bien registrado quién eres, hay alguien que no diré el nombre que se ha ocupado de hablarle de tí maravillas...luego si quieres me dices te doy su correo.
Bueno, Feliz finde.

Gabriela Abeal

2:37 PM  
Blogger Daniel J. Montoly said...

Hola Gaby!!

Pues grata sopresa me llevo aunque no he soprederme porque es la era del Internet y san Google, pero imagino que es alguien humano.

Dale un saludo al editor y seguimos en contacto. Espero que hayas disfrutado de un buen fin de semana.

Un abrazo. daniel

10:41 PM  

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