VOCES DEL SIGLO XXI
VÍCTOR FOWLER CALZADA
(La Habana, Cuba, 1960)
NADA DE LO PERDIDO VOLVERÁ CON LA LLUVIA
Nada de lo perdido volverá con la lluvia.
Las voces, los gestos de aquellos
a quienes deseábamos
y ahora son un hueco en la respiración.
Quemaduras al bosque de las mesas,
en las paredes, encima de la piel.
El agua será una purificación,
pero no un regreso.
No vuelven los objetos, ni sonidos,
ni escenas que tuvieron algún significado
o incumplieron su misión.
Tal vez, mientras observamos absortos
la enorme pared de agua que se desploma,
pasa lo Perdido, aunque irreconocible ya.
La memoria lo ha transformado en bucólico.
¿Quién tocaba a la puerta aquella vez?
¿Qué mano recorría los cabellos
haciendo breves surcos
y era un placer sentirla?
Sensaciones lejanas, perdidas.
Tal vez enfrente de nuestros ojos
todo se repite, pero gastadas las formas,
como en los aquelarres.
Quemaduras al borde de las mesas,
en las paredes, encima de la piel.
Quemaduras en el cerebro.
Establecer analogías con el agua
es el peligro en este país
donde nunca termina de llover.
LIBREJUCIONES
Con el repaso del teclado
clarifica, minucia.
Es como acariciar la barbilla
de Hegel que todo lo dejó escrito:
tesis, antítesis, síntesis.
Etapas o estaciones para el descanso
en el ascenso al sol
de una nueva metafísica.
En las alas de ese pájaro me eduqué,
atravesé los países futuros.
He jugado, lo mismo que un niño,
a soplar una pluma;
si cae al suelo, pierdo.
Eran países armónicos como
La construcción de una coral de Bach,
tejidos por arañas fulguraban
cual catedral en el bosque.
(Dios no era visible, se dejaba adivinar tan sólo.)
Regresar del niño alucinado al pájaro
y luego a Hegel empollando el cerebro
lo mismo que una madre-gallina:
sostiene con desesperación y tiene comicidad
de lo patético extremo.
Oh, Dios, qué bella esta rotura
de las catedrales,
qué imponente la música de Bach.
ISLA QUE RESBALA
Traté de sostener entre los dedos
isla que resbala,
su blanca playa parecía incendiarse
bajo el sol,
la noche musical llena de puntos.
Conversación sobre la yerba verde;
el cuerpo de los dioses desnudos,
su alegría. Era redondo el seno
y pleno el sabor;
os juro que lo tuve.
No esta aridez sajando,
mira el polvo cubrir las provincias;
os juro que lo tuve.
Sin vivir ni morir he contemplado,
pero no pude hacer del tiempo un hilo.
Resbaló de mis dedos y se hundió.
MALECÓN TAO
El movimiento del oleaje
y la oscuridad: diálogo estelar.
la ciudad viva disminuye
Para ceder (entidad)
a geometría imaginaria.
Sobredimensión. El agua toca
mis dedos, los sujeta en el balanceo
de dos respiraciones en equilibrio.
¡Me liberé!
LOS SÍMBOLOS MÁS CLAROS
El brazo conducido por las aguas
y la mano crispada en torno al pájaro
que aletea, que desea escapar.
Barroca floración en la corriente:
centenares, miles de cuerpos navegando
inconexos.
Apenas visible el rostro temeroso
de saber la verdad
de aquello que contemplas,
miras cruzar los símbolos más claros.
Encima de tu cabeza el cielo entrega
su transparente azul.
La mano y el pájaro.
VÍCTOR FOWLER CALZADA
(La Habana, Cuba, 1960)
NOTA DEL BLOG: La obra artistíca que ilustra este texto pertenece al artista, y poeta surrealista, bvz. Pueden encontrar otros trabajos suyos en su página web en el siguiente enlace:
http://www.vbz.es/vbz.htm
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