Sunday, February 7, 2010

Reseña: Río Vertebral, poesía como totalidad iluminadora que no admite fragmentación.


Río vertebral/Vertebral River (Pecan Grove Press, 2009) la re-edición bilingüe de Río vertebral del poeta Juan Armando Rojas (Ciudad Juárez 1969, México) nos arrastra con ella a la deriva serpentina y, con la embriagante seducción del lenguaje, nos adentra en esa gruta al descubierto, a ese micro-mundo cósmico de la frontera México/Estados Unidos. Sin lugar a dudas la historia actual de México se gesta en esa franja fronteriza. En este libro la frontera no es meramente una barrera divisoria entre dos cosmovisiones del mundo que en diversos sentidos se contraponen; en el lingüístico, cultural, religioso, social etc. En esa parte de nuestra América la definición de “historia” suele ser más violenta y real que en ninguna otra parte del planeta, porque no pretende formularse un documento para la posteridad, no, en su definición viven e interactúan diariamente miles de seres humanos.

Río Vertebral de Rojas Joo plasma en versos un mural lingüístico, heterogéneo en su composición, pero homogéneo en su significado social y en la dimensión de lo humano. Observemos como ejemplo el poema titulado “El Puente”, donde el poeta canta para la historia lo que la misma se censura o no se atreve a revelar; la relación compleja entre ambos extremos; el Norte rico y el Sur emergente que se abre paso entre los grandes desafíos de la modernidad. En este poemario encontramos la configuración de un paisaje subjetivo sustentado en la reflexión que a los ojos foráneos podría parecer inhóspito, crudo y árido. Sin embargo, en esa belleza contraproducente -a juicio de algunos- está intrínseco un lenguaje de símbolos, donde cada elemento trasciende la dimensión que lo sostiene como forma. Y una vez se transforma en sustancia, el ser transfronterizo lo decodifica en su existencia para poder asumirse como parte íntegra de la misma y lograr el objetivo: producir un diálogo y exploración de ese espacio donde se produce la subalternidad y los sujetos se desarrollan en la hibridez y diversidad de los discursos, según propone José David Saldívar en su Border Matters. Esto fenómeno incluso sucede cada día cuando miran el sol, aspiran el aire peculiar de esa zona u observan el paisaje que testimonia el enfrentamiento de dos mundos diametralmente opuestos, que no por ello dejan de estar interconectados entre sí a través del flujo migratorio, comercial, cultural e informativo.

En el poema “El puente” el poeta traza o describe un bosquejo en tiempo real de una escena trágica que acerca al lector a la realidad sociopolítica que estremece los cimientos fundacionales de la nación mexicana como muchos años antes logró el famoso muralista mexicano, Diego Rivera, en su conocido mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central.” De modo similar Juan Armando Rojas Joo numéricamente va describiendo los elementos que componen la escena para mostrarnos una totalidad que sociológicamente muestra la alienación de la sociedad transfronteriza, sumida en la disparidad de valores. Por un lado están los valores propios de la sociedad mexicana, como la religiosidad católica, el espíritu colectivo, la solidaridad, las ricas tradiciones aportadas por los pueblos originarios, la fuerte presencia del nacionalismo, entre otros. A ello se contraponen los valores de la sociedad norteamericana, como el énfasis en la individualidad, la búsqueda desenfrenada de la riqueza a toda costa, la desintegración de la familia, la pérdida de la Fe teológica para dar paso a una cristiandad de carácter sociológico y, por último, el rechazo radical a cualquier influencia de la cultura o visión de los pueblos indígenas. En estos versos del poema “El puente” podemos ver cómo el poeta pone de manifiesto esta realidad cuando escribe:

Un río
dos países
dos culturas

Con el arribo de la globalización económica y la implementación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; México se transformó en una especie de sótano industrial, en el cual las grandes corporaciones norteamericanas trasladaron su producción para sacar provecho de la mano de obra barata, libertad arancelaria como también de la apertura del mercado a través de las privatizaciones de parte de las empresas estatales. Lo que aceleró el empobrecimiento de amplios sectores del campesinado y el florecimiento de una violenta subcultura basada en el narcotráfico. Los versos que transcribo más abajo corroboran la presencia de este fenómeno criminal a lo largo de la frontera, incentivado por la demanda de estupefacientes en los Estados Unidos.

Cuatro por cuatro, por cuatro por cuatro
se multiplican/ las maquilas

Tres toneladas de coca confiscadas en el puente.

Dos cholos riñen por una virgen.
Uno muere.

Rio Vertebral es un poemario articulado en treinta y tres composiciones que nos brindan la voz de un poeta que alcanza la madurez de ciudadano poeta transfronterizo, como puntualizara en el prólogo del libro el crítico peruano, Julio Ortega. La poesía de Juan Armando Rojas trasciende el contexto de los lindes acostumbrados o de los encasillados fáciles, ya que su poesía apela a la universalidad del símbolo, porque, poéticamente, el desierto o la frontera no son marcos específicos en un punto determinado, sino códices que nos inducen a la meditación del hecho poético. De ahí que estamos frente a una obra cuyo mensaje es inherente a cualquier ser humano sin importar su ubicación geográfica. Esta obra ubica a Rojas entre los destacados poetas latinoamericanos del Siglo XXI, por la audacia y coraje de su discurso, la plasticidad de las imágenes, el fundamento humanista presente en sus versos, aún más, por demostrar que la poesía es la síntesis reflexiva de la aprehensión del mundo real. En otra parte del libro nos dice el poeta:

Confieso haber llegado a este santuario
A hurtar la lluvia
A disecar la noche

El poeta en su voz admite la responsabilidad del hurto que hace en el orden que guardan las cosas en ese santuario para hacer de ellas una realidad sustantiva, trascendente a la naturaleza objetiva. Toda poesía termina siendo un hurto reciclado por el filtro de la impresión, ese que el entorno proyecta en el sujeto que la testimonia. Pero la belleza sutil está en ese reconocimiento mismo que el poeta hace del hecho sacro representado por el paisaje. Él no pretende profanar el santuario, aunque termina siendo transformado por él a partir de la observación como si fuese un fenómeno cuántico.

¡Yo sé dónde se esconde este diluvio!

En este verso el poeta se nos revela como aquel que después de “saquear la realidad” se asume en ella como ente capaz de develar su naturaleza cósmica, revelando así el secreto orden del fenómeno aprehensivo, ahora transmutado en sustancia iluminadora. No es casual que haya escogido la palabra “diluvio” en medio de un desierto donde el agua no sólo representa la vida y el desafío, sino también un paradigma que, a pesar del espíritu de destrucción que simultáneamente conlleva, produce el génesis de la existencia, es decir, el elemento destructor de la materia conlleva al principio creador.

Un escenario azul se extiende por la arena.

Vemos aquí la belleza cromática y simbólica del lenguaje poético del poeta transfronterizo Juan Armando Rojas transformando al desierto en un espejo que refleja el misterio de lo desconocido, belleza que invita al lector a emprender con él ese viaje al centro del desierto, al que generalmente se teme y se asumen como un ente hostil e impredecible:

Sobre las manos tersas de la arena
Crece el árbol del monzón.


Nuevamente el poeta nos sumerge en el lenguaje visual del símbolo que trasluce la resistencia de la naturaleza ante la mirada hostil que de ella hace quien la desconfía y al que terminará salvando por su carácter redentor. Estos dos versos me remitieron a hacer un paralelismo subjetivo con una litografía del artista belga, Jean Michel Folón, donde figura la imagen de un árbol que descansa en un fondo colorista y en cuyas ramas sobresalen cientos de ojos. Río Vertebral articula dos elementos vitales para la existencia del ser humano; el río que representa el signo vital del agua, así como las vértebras, elementos que hacen alusión a la parte neuro-ósea en torno a la cual giran las funciones esenciales del cuerpo humano. Esta excelente obra poética publicada por Pecan Grove Press, San Antonio, Texas, en edición bilingüe y con una cuidadosa y esmerada traducción al inglés hecha por la poeta y crítica literaria, Jennifer Rathbun, remiten al poeta como a la traductora a las categorías de pioneros de una poesía fundamental para comprender lo complejo factores que componen el micro y macro universo, esa frontera entre Estados Unidos y México. Río vertebral es una poesía de testimonio. Este testimonio cumple con la certeza de arrebatarle al tiempo su individualidad para sobrevivir a los embates del mismo, lo que indudablemente convierte a este libro en una obra fundamental para acercarnos a la postmodernidad imaginaria, desfiladero en el cual dos mundos colindan bajo una constante ebullición socio-política. La frontera, contrario a lo dicho por Carlos Fuentes, no es “esa cicatriz,” sino la herida que aún permanece latente en los rostros comunes de ambos lados, ya sea divididos o unidos, pero siempre a través de un hecho violento, incluyendo el nacimiento del arte, o a través de “ese invento imaginario del hombre extranjero.” Como hace mucho tiempo dijera un líder Touareg, refiriéndose a la división territorial del desierto del Sahara como fruto de la colonización por parte de las potencias europeas. Los invito a nadar juntos hasta los márgenes de la poesía, de manos de uno de los poetas que sin duda se ha convertido en marco de referencia para la nueva generación de escritores.


Daniel Montoly
Delaware, Ohio a 24 de enero de 2010



Nube negra


Vas a llorar sola al buscarme entre Sahuaros

Podrás partir el cielo
imaginar la historia
oscurecer el viento
podrás nombrar la noche

Podrás llegar por ventanas inconclusas
por la yugular del río entre afluentes
y piedras
donde la esquina se derrama

Habrás de llorar sola
de luto y a escondidas
las horas muertas
sobre pueblos de antigua noche
y al fin merecerás la lluvia

Junto a hombres sin viento
verás el árbol de roca incandescente
y en el agua
y en el río
los testigos
jurarán que el viento consumió mi cuerpo

Si al rescatarme nube negra
recogieras cenizas de mis alas

muy sola llorarás al ver mi cuerpo en la llanura



Black Cloud


You will cry alone searching for me amongst sahuaros

You could part the sky
imagine the story
darken the wind
you could name the night

you could arrive through inconclusive windows
through the river’s jugular between affluents
and rocks
where the corner spills

You will have to cry alone
mourning and hidden
dead hours
over towns of antique nights
and at last you will deserve the rain

Next to men without wind
you will see the tree of incandescent rock
and in the water
and in the river
the witnesses
will swear that the wind consumed my body

If upon rescuing me black cloud
you gather my wings’ ashes

when you see my body in the plains you will cry alone


Traducción al inglés por Jennifer Rathbun


El puente


A María Eugenia Martínez Joo, junto al recuerdo de tu “asesinato accidental”


Un río
Dos países
Tres culturas
Cuatro rumbos
Cuatro puentes en el río
Cuatro mujeres cruzan el puente cuatro hombres esperan a las cuatro
Cuatro muertes con una 45’’ al querer asaltar a cuatro gringos
Cinco huérfanos
Cinco ladrones

Cinco amantes cuatro esposas tres hijas y dos hijos abandonados en una ciudad

Cinco mojados esperan el cruce de las cinco
Cinco de la tarde ya pronto viene el tren
Cuatro por cuatro por cuatro por cuatro se multiplican las maquilas
Cuatro pesos cada vez que abren la mano si trabajas en el puente
Cuatro estaciones se escuchan en mi radio cuadrafónico
Cuatro dedos en su mano se lo cortaron se lo llevó el río
Tres kilos de coca confiscados en el puente
Tres hombres detenidos por la migra
Tres pesos ya no son un dólar
Dos catedrales en la plaza de Juárez
Dos cholos riñen por una virgen
Uno muere


The Bridge


To María Eugenia Martínez Joo and to the memory of your “accidental murder”

One river
Two countries
Three cultures
Four directions
Four bridges over the river
Four women cross the bridge four men wait at four
Four killed with a ‘45 assaulting four gringos
Five orphans
Five thieves

Five lovers four wives three daughters and two sons abandoned in one city

Five mojados wait to cross at five
Five in the afternoon the train will be arriving soon
Four by four by four by four maquilas multiply
Four pesos every time they extend their hand if you work on the bridge
Four stations cut in and out on my quadraphonic radio
Four fingers on his hand they cut it the river carried it away
Three kilos of cocaine confiscated on the bridge
Three men detained by the migra
Three pesos are no longer a dollar
Two cathedrals in the plaza of Juárez
Two cholos fight over a virgin
One dies

Traducción al inglés por Jennifer Rathbun


Repercusiones de una ciudad llamada Juárez

A esas mujeres rotas

Terregales de un polvo blanco que se transpira
suciedad
blancura de la sociedad
ritmos que se injertan en los ladrillos

Ciudad desubicada entre sus casas
tan sola tan enteramente sola
tan alejada de Jerusalén
por la circunferencia de la tierra

Hagamos oración por la ciudad que sangra
por la mujer que espera un puesto en la maquila
arranquemos los cables y mastiquemos
el azufre almendrado de los coches

Llegaremos temblando
hoy se terminó el trabajo en la fábrica
hay tres pares de ojos que me observan
tienen hambre

Oramos por la migración de los mojados
al darnos cuenta de que nos encontramos solos
entre las manchas mercuriales en el espejo
se desvanece la memoria de los puentes

Hablemos de esta ciudad a nuestros hijos
que no aparece en el mapa
crucifiquemos los brazos de este cielo
con mayor derecho que el vecino
Busquemos a las desaparecidas
entre las aguas
y sus médanos
donde siempre sobrará basura

Busquemos a las violadas
en la construcción geológica de nuestros hogares
entre las dunas blandas y su arena fresca
y el calcio de sus huesos

Hablemos de los latidos del puente
del poco oxígeno que se respira
en el minuto y medio de silencio
a que es acreedor todas las noches

Hacemos un círculo e imponemos
nuestras manos orando por el alcohol y la poligamia
rasguñamos el hielo ardiente del asfalto
esta batalla en el desierto

Las sombras de los ahorcados
rueguen por nosotros
por la fragilidad y el alto precio de una casa subsidiada
escúchennos

Por el segundo que separa un milenio de otro
recordemos la línea divisoria
el furgón en que mueren los mojados
la costumbre del silencio
en donde terminó el río bravo
en donde comenzó el río grande

Iniciamos la oración
para lograr el reino de los suelos
por los sueños
de los sueños
de los días
ahora y siempre


Repercussions of a City Named Juárez


To those broken women

Dirt storms of a white dust that transpires
filth
whiteness of a society
rhythms that inject themselves into the bricks

City lost amongst its houses
so alone so entirely alone
so far from Jerusalem
due to the earth’s circumference

Let us pray for the city that bleeds
for the woman that waits for a job in the maquila
let us tear out the cables and chew
the almond sulfur of the cars

We will arrive trembling
today the job ended at the factory
there are three pair of eyes that observe me
they are hungry

We pray for the migration of the wetbacks
upon realizing that we find ourselves alone
between the mercury stains on the mirror
the memory of the bridge banishes

Let us talk about this city to our children
that does not appear on the map
let us crucify the arms of this sky
with more right than the neighbor

Let us look for the wetbacks
between the waters
and its dunes
where there will always be abundant trash

Let us look for the raped
in the geographical construction of our homes
between the bland dunes and its fresh sand
and the calcium of its bones

Let us talk about the heartbeats of the bridge
of the little oxygen that you breathe
in the minute and a half of silence
that the bridge deserves every night

We make a circle and we cross
our hands praying for alcohol and polygamy
we scratch the asphalt’s burning ice
this battle in the desert

The shadows of the lynched
pray for us
for the fragility and the high price of subsidized housing
listen to us

For the second that separates one millennium from another
we remember the dividing line
the box car in which the wet backs die
the custom of silence

Where the río bravo ends
Where the río grande begins

We initiate the prayer
to reach the kingdom of the flies
for the dreams
of the years
of the days
now and forever

Traducción al inglés por Jennifer Rathbun


















Río vertebral/Vertebral River
por Juan Armando Rojas Joo. Traducción al inglés por Jennifer Rathbun. San Antonio, TX: Saint Mary's University Press, 2009.

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