FRENTE AL RETRATO DE CLARA.
El cuarto luce enrarecido por la oscurida, los sonidos se van desprendiendo con los pasos de una sombra que se desplaza ansiosa, casi quebrando los mosaicos desgastados. Una silla con rostro senil, forrada con cuero tosco, se sitúa delante de una mesita repleta de fotografías, con sus marcos de bronce hindú, ya oxidados por la falta de limpieza. La luz va rompiendo el predominio de la oscuridad, la sombra del cuerpo en movimiento se proyecta en la pared izquierda de la habitación como una escena de cine mudo. ¡Clara! ¡Clara! ¿Dónde diablos te encuentras? Tendré siempre que andar por los cuartos buscándote como si fuera una exterminadora de salamandras, jodida mocosa, qué te crees, qué me casé con tu padre para ser tu esclava, te equivocas, te advierto que no soportaré tus estupideces. ¡Sal de una vez! Te ordeno. No me mires con esos ojos de gatita inocente, si ya sé, eres sólo una niña pálida, bien estúpida por cierto.
¿Está sonando el timbre? ¿Quién será a estas horas? Quizás algún extraño, no corra abrir la puerta, ¡no oyes!,Te dije que no abras la puerta, pero quién diablos será, bueno ya desistirá, pues nadie va abrirle a éstas horas de la noche. ¿Y si es un ladrón?, ¡Dios mío! Con eso de la muerte de la vecina, tengo los pelos de punta. ¡Clara! ¡Clara! ¡Ven!, sal de la sombra, ven a jugar entre mis pies, ¡Dios mío! Siento miedo ¿Te pasa?, ¿Por qué sudarán mis manos?, ¡Clara ven! Dejas ese marco tranquilo, no me hagas levantar de la silla, porque te arrepentirás, recuerda lo que te pasó el otro día, ¿qué se lo contará a tu padre?, Cuanto lo siento mocosa, tu padre solo le cree a mi vagina, ja, ja, ja, te aconsejo no perder tu tiempo. Me siento muy ansiosa, ¿por qué será?, Quizás un cigarrillo logre calmarme, ya se me pasará este nerviosismo repentino, ¿qué?, ¿Te molesta el humo?, ¿cómo diablos puede afectarte?. No jodas negrita, madre tuvo que ser una negra, sólo basta con mirar tus orejas, observa esa nariz, no es de blanco; Rodolfo es un hombre muy fino para ser tu padre, creo que tu madre le cargó la deuda de otro a mi marido y él con lo ingenuo que es, aceptó el cuento. Quien sabe cuántos se acostaron con ella antes de que muriera, que no ofenda su memoria, pero quien diablo te has creído, para decirme que debo hacer, negrita hedionda.
¿Se iría la persona que tocó la puerta? No sé por qué mi vejiga se infla cuando me siento ansiosa y luego de pasada la tensión, se afloja, ¿te has pasado Clara? No, no es porque sea una vieja, apenas tengo treinta años, tu madre esa pobre puta si lo era, ¡no me levantes la voz! Negra de mierda, que te rompo las nalgas con esta sandalia de goma, que se lo dirás a tu padre, ja, ja, ja, ja, me río, tu padre cuando llega solo piensa en mi v..., ya sabrá cuando sea grande, tendrá tu hombre y comprenderá lo que te estoy diciendo. Los hombres sólo piensan en eso, trabajan y mueren por eso. No te hagas la inocente, que no lo eres, mugrosa, acaso crees que puede engañarme, pero que pendeja eres negrita. Ya son las diez, ¿qué hará tu padre que no llega? En un barrio como éste, que es la verdadera cueva de Alibaba, no digo y sus cuarentas ladrones porque sobrepasan esa cantidad con creces. Recuerda los chicos que paran siempre en la esquina de la veinticuatro, ¿te atrae él del jacket rojo?, ¿verdad? Es hermoso, parece un toro de lidia.
¿Qué se lo contarás a tu padre? ¡atrévete! Y puedo asegurarte que tendrás dientes nuevos. ¿Escuchaste eso? Hablo contigo, ¿qué si escuchaste un ruido en la ventana? Sabia de antemano tu respuesta, nunca oyes, ni ves nada, no entiendo por qué dicen que ustedes ven y oyen todos, si tú nunca escuchas nada, nadita de nada, como dicen las letras de aquella canción. ¿Es que eres diferente a los demás? Ya quisiera yo saber que hay en tu cerebro, no me digas, me lo imagino, m... Ésta noche la brisa está bastante inquieta, será que habrá tornados, ¿viste la tele, Clara? ¿Cómo que no te interesa?, ¿A ver por qué? anda, explícate tal vez logremos hablar un lenguaje común por primera vez, espero por ti, no me hagas perder el tiempo. Que estúpida eres negrita, bueno me estoy cansando de tí, ¿recuerdas que te pasó cuando me aburrí de tí? Ah, dejas de llorar, te lo merecías, me tenías cansada. Tu padre nunca se enteró, ni llegará a enterarse, fué todo perfecto, además, él todos los días se toma un consomé del agua de mis panties, no me digas esa palabra, no soy ninguna bruja, sólo me llevo de los consejos de Juana, ella sabe sus cosas, je, je, je, je, no crees?, Sino observa a tu padre, él pobre no se me quiere despegar ni para orinar, se nota que sé hacerle el truco, verdad? Cuando crezca experimentará estos secretos de mujeres.
Ahora si me cansé de ti, iré a la cocina a tomarme mis pastillas, sin ellas seguro que el insomnio se transformará en un mosquito toda la noche ¿tienen mosquitos en los reinos de la penumbra? Imagino que si, porque cuando era niña, mi madre me decía que los mosquitos trabajan para el diablo, no te rías, es cierto. Ahora vete a dormir, yo también haré lo mismo después que me tome mis pastillas para los nervios, no son para la locura, no estoy loca, te lo he dicho no sé cuántas veces, estuve en el hospital, tù bien sabes que fué por algo leve así que deja tus insinuaciones, que además de negra, eres chismosa, jodida mocosa. Quédate tranquila frente al espejo, te cubriré con el paño, duerme tranquila mi negrita linda, que si no estuviera conmigo que triste sería mi vida. A pesar de nuestras peleas continuas, te considero mi sagrado mal y la cura para la soledad que desprenden estos muros color de féretros. Las sonrisas diligentes del personal me producen asco, no se lo diga nunca mi negra, calla y seremos cómplices aunque nos llamen locas, son unos sucios vestidos de blanco. Ahora si que nos vamos a dormir, deja de bromear, ve a dormir, que mañana debes asistir a la escuela.
Daniel Montoly© /2000
Sobre el autor: Poeta y escritor dominicano residente en Estados Unidos.
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