
Obra: Tres musas
Álvaro Antón
Memoria de calle
Sus pezones eran imperfectamente jóvenes
cuando se inventaron las excusas,
bajaba la escalera
con un hombre en ambos brazos
a enjugar sus labios
en las aguas ígneas del oficio.
Lo hizo tantas veces;
recostaba sus palabras en un mañana
por venir apabullante de los astros,
esperando saciar sus sueños.
La vi ungirse de una cópula infinita
con el torso del origen,
ascender por el nocturno vaivén
hacia el óvalo, la cúspide
dónde las formas
se diluyen con la sangrante lluvia del claroscuro.
Daniel Montoly©
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