
LA CORTE DE LAS INTRIGAS
Ugur Cheng Du, volteó la mesa, violentamente, y todas las tasas de té cayeron al piso. Sus sirvientes permanecían impávidos, sin comprender la reacción airada del gobernador.
Luego ordenó a sus guardias reunirlos a todos en el jardín de La Armonía. Estos hicieron cumplir su orden cinco minutos más tarde. El funcionario con la ira casi fundiéndole los ojos, amenazó con contarle las cabezas a todos de no encontrar al culpable.
El jefe de los cocineros dió tres pasos adelante y acusó al eunuco Den.
Los guardias procedieron arrestarlo, lo revisaron y encontraron varias patas, y antenas en sus bolsillos.
Daniel Montoly © 2003
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