Obra: AMANECER
Álvaro Antón
( BOLIVIA 1940)
Ya no me persigue el terror político
con su rayo láser,
ni los prójimos me aman
con su palo y su picana eléctrica.
Ya no me ofende la Declaración Universal
de los Derechos Humanos,
ni la bomba me quita el sueño,
ni siquiera los disparos
de una guerrita en Africa o Europa,
¡qué más da!
Caen los muros,
crecen los lamentos.
Y el odio vuelve
con sus ángeles violentos.
El Sur sigue donde estaba.
No nos portamos mal
(es evidente)
y todos tan contentos,
constitucionalmente.
Esta vida me sobra
con su nicotina,
con su infarto y su cáncer,
con su miedo al sida y las jeringas.
Sólo el amor
y la poesía
pueden ser míos
cuando a nadie parece ya importarle
el amor
y
la poesía.
Después de tres cafés
me sobran las alquimias.
Curado del estrés,
supero lipotimias.
Mis dolencias, ya ves,
son afecciones nimias.
Males de la vejez:
insomnios y bulimias.
El sístole aburrido
y el diástole cansado
repiten el maullido
De un gato enamorado.
(Largo y hondo quejido
de un macho engatusado).
Después de impresionar a las muchachas con nuestro ingenio;
después de quemar lirios, enterrar nubes e incendiar templos;
después de degollar vacas sagradas y asesinar dioses;
después de escribir sin mayúsculas y sin signos de puntuación;
después de dinamitar museos y bailar en los cementerios;
después de perseguir la gloria y soñar que nos acostamos con ella;
después de pelear con dragones, imperios y quimeras;
de gemir porque publiquen nuestro nombre en los periódicos
y de reunirnos por la madrugada para derribar pirámides,
¿qué nos queda?
un sillón en la academia
y una chequera.
La mujer de mi vida se acuesta con un tipo
que la hace sufrir cada vez que llega con un ramo
de rosas al amanecer;
que le ha robado sus horas más preciosas y no puede
devolvérselas.
La mujer de mi vida comparte su belleza con un ciego
que, a menudo, tropieza en la misma piedra de
escándalo;
que la trae por la calle de la amargura
y la lleva a la punta de un cuerno de la luna.
Sordo ausente, no le presta atención cuando ella le
habla de las horas muertas.
Todo le entra por un oído y le sale por otro en la
consulta del otorrinolaringólogo.
Harta de tanta sombra en una habitación cansada,
la mujer de mi vida sigue ocupándose de la declaración
de la Renta y de las pólizas de seguro de vejez;
sigue haciendo cuentas para que las bombillas no se fundan
este fin de semana.
Ella sigue hermosa y puede que ese patán la siga viendo
hermosa
y le diga que la quiere (a lo mejor, es cierto)
y puede que la siga seduciendo como cuando sus
miradas se cruzaron hace mil años.
La mujer de mi vida.
Se engaña y engañándose te engaña
sin querer. No ve más que el dolor lento
de las cosas. Ignora el movimiento
de la luz. El ve sólo la montaña.
Es su realidad una maraña
de símbolos, un puro sentimiento
o un sueño donde el sueño es pensamiento,
cristal de tiempo que la sangre empaña.
Ojo burlado y burlador, tu instante,
tu fragmento de certidumbre inerte
no ve sino diamante en el diamante.
Tú sabes lo que sabes al no verte
e ignoras lo que ignora el nigromante,
lo que ignora la vida de la muerte.
Mejor no hablaremos.
Nos beberemos
ya que moriremos
y cuando oscurezca,
cuando nadie nos vea,
nos robaremos
lo que es nuestro.
1: Obreros ladrones de minerales en los yacimientos andinos.
El canto en el deseo de los pájaros.
La poesía
en el amor del hombre – Rugiente
la belleza,
león en llamas.
2.
a) Suma del aire: un día como un sueño real
más cinco sueños que aún no son
sueños...
b) [el tiempo] la única
fractura del espacio.
3.
Tiempo azul / sonoro espacio
un árbol un dios una ciudad un río
un viaje una mujer desnuda
(memoriaimagensueño).
4.
Cada verso me cuesta una agonía.
5.
Se apaga la llama de una vela
no hay gallos en la noche [sin embargo]
un gallo canta.
(Publicado en Caducidad del Fuego)
6.
La poesía espera la muerte del poema.
El poema espera la muerte del poeta.
Sólo el poeta
no espera
nada.
Libas el zumo de las horas mientras hablas del mundo y su impudicia.
Eco de trompetas lejanas en tu cuerpo.
Caricias de saxo entre tus piernas. La batería zarandea tu soledad tan joven.
Entre temblores nos perdemos sin saber por qué un hombre y una mujer se buscan para aniquilarse.
(No sabemos por qué nos perseguimos ni para qué nos queremos).
Gimen clarinetes en tu pecho y el piano se vuelve loco en tu cabeza.
Tu tren se va sin nadie y yo presiento que esta noche no estás conmigo, aunque duermas en mi cama.
Este poema
forma parte de un libro
del cual se tirarán
500 ejemplares.
De esos 500 ejemplares
se regalarán 50,
de los cuales
se leerán 5,
de los cuales
sólo 1
será comprendido.
Vale la pena.
En la alta
ribera
un hombre espera
volver a Riberalta.
En su tierra colorada
todo es alborada.
No hace falta
la melancolía
de la tarde
en el barranco.
El cielo arde
y el amor fermenta
su melaza.
Junto a un banco
de la plaza
el tataí cuenta
lo que fuimos
y el bibosi lamenta
lo que no hicimos.
En la alta ribera:
el sol y la palmera.
En la ribera alta
sólo tú prevaleces
en forma de alegría.
A veces,
te llamas Riberalta;
otras, Poesía.
PEDRO SHIMOSE
4 Comments:
Daniel: Seguimos sumando a la colección. Encantadora poesía que lo pinta de cuerpo entero.
Poema de amor: La mujer de mi vida...una historia tan real, y entre líneas a pesar que está describiendo el desamor, el hombre que vive con su amada, así todo no habla o recita desde la bronca "Ella sigue hermosa y puede que ese patán la siga viendo
hermosa
y le diga que la quiere (a lo mejor, es cierto)
y puede que la siga seduciendo como cuando sus
miradas se cruzaron hace mil años.
La mujer de mi vida.
Felicitaciones, por seguir quitandonos las vendas de lo que desconocíamos.
Gabriela Abeal
Amiga Gaby me alegro mucho que haya podido introducirte a la obra de este gran poeta boliviano. Se conoce muy poco en Latinoamérica la obra de Shimose contrario que en España donde su poesía goza de gran respeto entre los críticos literarios.
Tenemos en nuestra América minas rebosantes de poesía y con largo trecho para descubrir. Gran parte de las obras de muchos de nuestros grandes poetas permanece desatendida en sentido académico. A falta de estudios profundos que la revelen a la nueva generación de escritores y poetas latinoamericanos.
Un fuerte abrazo y gracias por el apoyo de siempre. Daniel
Daniel: Así es, hay tanto para descubrir.
Yo me enteré no hace mucho que aquí en Argentina en San Luis inauguraron el Museo de la Posía, cuando lo leí dije es la primera vez que escucho o leo que hay un Museo de la Poesía...tienes que ver que belleza y se ocupan de exponer libros que se mandan y de conocidos, un día te manadré las fotos y el informe.
Saludos
Gabriela Abeal
¡Hola Gaby!
Un museo de poesía, resulta bastante interesante. Tal vez alguna vez en mi vida pueda visitarlo. Mándame algunas fotos cuando puedas de esa manera publicaré algunas en el blog.
Te cuento que en San Francisco hay joven poeta que tiene un mercado de poesía a las afueras de un super. Auxiliado por su vieja máquina de escribir se sienta cerca de un muro y oferta escribirles poemas a las personas a cambio de donaciones.
Podemos estar de acuerdo o no con su idea, pero la misma es novedosa aunque no nueva porque ya existió un mercado de poesía en Basora, Irak.
Un abrazo. Daniel
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