HOMENAJE DEL WRONG SIDE AL POETA DOMINICANO,
Islas mentales
Cuando llevé las anclas viejas a casa
la noche estaba iluminada de rocío
y sobre las manecitas de mis hijos dos margaritas púberes
se entreabrían
y se cerraban.
Todo era ojos en el barrio para ver el poniente.
Chillaban los niños,
meditaban las viejas,
alargaba un juramento rebuzno.
La tarde estaba llena de presentimientos,
rondaba por las callejuelas un silencio de siglos;
todo el pueblo postumista esta como ido
o retrasado en un espacio de catorce mil años.
Era una hormiga:
Raptada la tierra.
Miraba de soslayo el mundo.
¿El sol?: un relámpago.
Un peñasco: fuerzas, fuerzas, fuerzas.
Tu sueño, mi sueño, su sueño: sombras, inmovilidad, nada.
¿Dios?: nadie me ha mostrado la huella de su
virtualidad, y por eso tengo que concluir que no existe.
¿Y la ciencia? ¿Y la verdad? ¿Y el arte?
Si no fuera porque la emocionina, aún
circula por mis arterizaciones, también
te iba a contestar que no existen.
Una caoba bruñida.
Al cabo del primer año: ligeros puntos grises.
En el segundo: un pasmoso silencio.
En el tercero: la curvatura de mi alcatraz
sobre sus espejeantes ondas.
Un lustro: una soledad de pormenorizaciones
que quería como agigantarse por momentos.
Un siglo. Dos siglos. Tres siglos:
Un ligero temblor en mis labios que deja al silencio
un tañido.
Ante el primer milenio:
Una maravilla. La maravilla
que paraliza el juego de los párpados
y deja, sin medida de tiempo, un eterno
carbunclo en los ojos.
El localismo que me rodea parece exótico
de tan matizado de símbolos.
No parece sino que se han crepusculizado todas
las rosas.
Con esencia de nardos desconocida
y un dejo en el hablar de dardo lento,
trataba de resumir, por momentos en una palabra,
todo “el ayer” y “ el mañana” de la Tierra.
Cuando le puso la moneda en la mano,
el esclavo se dijo: “esta es mi libertad”
y le volvió la espalda para siempre.
Toda la tarde se desvanecía en un rosicler mustio
y el espejear de todos los días venideros estaba
como pendiente
de un arroyo de láudano,
y de tinta.
La sangre de los sembradores ponía como la tierra mansa.
Sabaneta parecía una forastera cargada de collares rojos
y de lunares comunes blancos.
Yaguajal ofrecía su reflejo verdoso
y Tomines enrostraba sus pedregales al caminante.
La tarde que quería como venírsenos encima,
nos envolvía en un ambiente
de lunas y de pájaros.
La trepidación de una espontaneidad superior
hendía los aires y los recreaba,
y a horcajadas, sobre toda cosa viviente
o presentida, el afilado diente de la noche.
Perplejo ante la verdad y la vida.
¡Y aunque tratase de exasperarme:
en el límite de la nada!
Realidad
Suponed junto a la castidad de la naturaleza
la naturalidad del sentido casto.
Prended junto a la flor de la ternura
un hálito de unción, de paz y de cuidado sublime.
¿Habéis visto cómo andan en los pavimentos medio deteriorados
los familiares de enfermos que quieren agravarse?
¿ Habéis visto un niño sonreír en el alba
y clamorear en la media noche?
¿Alguna vez se os ha agotado la lumbre?
¿Habéis constatado en cierto determinado instante
que la sal estaba escasa en casa?
¿Habéis presentido da las once
sin ver llegar la leche para los pequeñines de las encías mondas?
En este veintitrés de agosto
alineo junto al fervor de sus mejores actos
las gravideces de la existencia que se me ha vuelto
suprasensible.
Postumismo
Una palma real,
esbelta y armoniosa como son las palmas,
inicia su balanceo rítmico
frente a mi ensimismamiento estático.
El aroma del café
pilonado en la cercanía,
me presta un esbozo viril,
que enmascarado de un vigor de salud,
es sólo ansia indescriptible
de una forma instintiva
y perfecta.
Salgo a tomar el fresco
pero en seguida estoy de codos sobre el alféizar,
atraído por la magia
de aprisionar en tres parcos renglones
el instante vivido.
Veo los niños construir hornos de tierra,
y en seguida me punza la locura
de amasar con arte sus juegos
o eternizarlos en una imagen atrevida y nueva
que es casi lo mismo.
(Con todo
el tiempo apenas reparó que yo irrealizaba).
Paisaje de villa francisca
Luz,
crepúsculo
y noche.
Los diletantes continúan en las mecedoras.
--Un barco
--Tres restos de columnas carcomidas por la intemperie.
--Una miríada de avecillas dispersas sin orientación.
Fritos.
Aire caliente de fogata.
Niñez.
Vejez.
Placer…. Después?
Placer, vejez, niñez...... hasta el renacimiento del mundo.
DOMINGO MORENO JIMENES
(República Dominicana, 1894-1986)
DOMINGO MORENO JIMENES (República Dominicana, 1894-1986) El poeta más importante del vanguardismo dominicano y representante del “postumismo” junto con Rafael Augusto Zorrilla y Andrés Avelino. En su poesía vanguardista caracterizada por la desarticulación de la métrica y de la armonía canta con acento propio los sentimientos, los paisajes y las cosas de su tierra natal. Según Hugo Verani “ la poesía de Moreno Jimenes encuentra su modo expresivo en el lenguaje coloquial, voluntariamente descuidado en su búsqueda de la palabra diáfana y transparente. El poeta dominicano aspira a ahondar en lo popular autóctono, convirtiendo el postumismo en un movimiento de afirmación nacional.
Fuentes: Antología de la poesía latinoamericana de vanguardia de Mihai Grünfeld,
Wikipedia y otras fuentes del Internet.
2 Comments:
He disfrutado de estos poemas, que descubro en tu blog, porque me cuentan historias, me sitúan en el lugar y evocan fuertes imágenes de una realidad --o irrealidad-- que he conocido.
Saludos.
Víctor Manuel:
Quiero darte las gracias por tomar parte de tu tiempo para visitar esta muestra poética de Domingo Moreno Jimenes. Si los poemas retroaer tu mente hasta el pasado y sumergirte en la alborada de la isla, pues creo que logramos el cometido. Moreno Jimenes una de nuestras mejores y uno de los pioneros de la vanguardia dominicana poco conocida en el exterior salvo la excepsión del campo académico donde figuran algunos trabajos críticos
sobre su obra y trayectoria.
Gracias por la visita.
Daniel
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