Monday, July 10, 2006


Los materiales

Consejo para un joven poeta


Utiliza todo, la tapa de la alcantarilla,
la luna en el agua del retrete mirándose a solas,
la flor marchita en el pico de la manguera del extinguidor de incendio.
No dejes nada afuera: ni el hecho frotado con las yemas
de los dedos sobre el mostrador de vidrio
ni las moscas de los cubiletes de hielo dos noches después de la borrachera
ni la voz que sólo se extingue cuando apagas la radio.
Ni el portazo a medianoche frente a la calle
como boca de lobo sobre cuyo muro ciego imprimes
dando manotazos tus desafueros, tus penas
y las coces de tu grafitti que blasfema.



El poeta reza sus poemas...


El poeta reza sus poemas
cuando lo escribe
como si fueran plegarias.
Considera entonces que la poesía es religión.
Pero cuando pasado cierto tiempo
vuelve a leerlos
y comprueba, caramba, que no son tan buenos,
cambia de opinión.
Piensa ahora que no hay verdaderas razones
para dejar de ser incrédulo.


Las puertas del espacio

No escribo sobre aquello que pasa por mi cabeza.
Más bien escribo sobre aquello por lo que mi cabeza pasa.
Vivo solo, encerrado en mi cuerpo.
Yo soy mi universo y mi solo firmamento.
A veces desde afuera una corriente de aire entra
cuando se abre la puerta y un montón de cosas viene
a instalarse en mi mesa.
¡Cuánto desearía yo que como la puerta
mi cabeza pudiera abrirse siempre!
Pero, ay, esto ocurre sólo algunas veces.



Juan Calzadilla (Venezuela)

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