Obra: El Pensador
Jonás Muvdi
Es la hora del crepúsculo: -sexo ambiguo
entre el día y la noche-
mis amigos –setenta en total-
toman café y charlan.
Las citaciones de versos
se repiten,
el léxico sexual de algunos
se acentúa con los tragos.
El tiempo
se adosa a la pared como musgo,
discurre arrastrando
sus agujas voraces por los rostros.
Yo observo, estoy y no estoy
en los diálogos,
me quedo varias veces en un "dejavu",
con los fosos de Edipo
fraguados en un vacío enorme.
Saco mi lápiz y tomo apuntes,
leo y releo los nombres temporales
de estas almas tránsfugas
aunque quizás no vuelva a verlas nunca
con los ojos de aquel día que antes tuve.
Daniel Montoly/© 2002
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