Sunday, September 2, 2007

Nicolás Suescún
Bogotá, Colombia 1937

Déja vu


Después de todo, queda algo
o más: una sombra que no se esfuma,
una huella que no se borra,
la imagen en el vacío
que sigue a la ilusoria plenitud
a horrores imaginados o vividos;
la inexistencia en medio de la vida.
Es que en el futuro
está el pasado y en el pasado
se pudre el porvenir.
Basura nada más que basura.
Hablas en la oficina
y es como si no dijeras las palabras,
las palabras también están sucias,
te dices, y te revelan, te parece,
relaciones no naturales.
Y ves, sólo tu ves la imagen de tu momento,
y borras la información, te tiembla el foco.
Luego buscas y no encuentras
y después de la búsqueda
viene la expedición al ocaso
para acabar en la pira funeraria universal
apagada por el sucio oleaje de la historia,
un viento nada más, que te congela.
Los pedazos
La vida ya no tiene sentido para ella
y se le rompe el corazón, ya roto,
en más pedazos, y yo, ¿qué puedo hacer,
ya casi muerto y hablando oscuro?
Es que hay algo que me espera,
lo presiento, en la noche,
un mar silencioso o un laberinto
imaginado, sin salida.
Y hay tantas preguntas sin respuesta.
Hay tantas cabezas rotas
como piedras destrozadas en el camino,
como ideas olvidadas
y decepciones, sueños truncos.
También tengo yo roto el corazón,
y sólo ella, lo sé, pueda tal vez
recoger los pedazos uno a uno,
los suyos y los míos.

Utopías

El paraíso terrenal, el jardín del Edén
-para Adán, la vasta tierra entera:
¿no era mejor un sitio sin el árbol
de la ciencia del bien y del mal
y montañas, y más de cuatro ríos?-
es cosa, se sabe, de sueños y de ensueños,
materia de esas tierras fantásticas y exóticas,
creadas por hombres que imaginaron
mundos mejores que éste en que vivimos,
sólo islas a veces, pequeños estados ideales,
perfectos, armoniosos, pacíficos y gratos,
con jerarquías férreas y mucha disciplina,
o donde todos los hombres eran iguales
en comunidades, gremios, falansterios
y en idílicos y hermosos jardines naturales
o ciudades simétricas, higiénicas y bellas,
del remoto pasado o el lejano futuro
en fulgentes Atlántidas o urbes futuristas,
nebulosas comarcas y fantásticos edenes
de habitantes con perfecta salud y larga vida
entregados a dulces y espirituales usos,
o a los mismos oficios de siempre, sin sudor
y sin lágrimas, con orden y justicia, o sólo orden;
amables tiranías, o comunas anárquicas y laxas.
Ácratas mansos, soñadores exactos,
Utóposes ilusos todos ellos: Platón,
Moro, Bacon, Campanella, Fourier
y Owen, Huxley, Orwell y todo el resto,
con sus barcos de papel y castillos en el aire,
sus pesadillas, visiones o leyes ideales;
y también los que buscaron y lucharon
por el Edén perdido en la dura tierra
que pisaban, para hacerla buena y suave
y pródiga, y que pusiera deliciosos frutos
en sus bocas, y donde en brazos del amor
olvidarían el mundo, el tiempo y el espacio.


Reporte económico

“Trabajarás con el sudor de tu frente”, así maldijo Dios a Adán. Y es así como Adam Smith concibe el trabajo. K. Marx

Adán, no el del Edén, sino Smith,
y el viejo Carlos de las grandes barbas
se encuentran en un puente de Londres.
El judío teutón se abalanza
contra el sajón flemático,
éste lo elude y el falso teutón
cae en las aguas heladas del Támesis,
famoso por las ninfas
que otrora cantaran en sus riberas.
Un coro de alabanzas se levanta
a razón de un chelín por cada voz.
“Todo tiene su precio”, dice Adán,
y Carlos se hunde en el río de la historia,
turbio y lleno de una fauna pedestre.
Glú-glú-glú. Dios entonces
lo recibió en su seno y le dijo:
“Carlos, Carlos, esto te sucede
por llevarme la contraria,
pero Yo soy generoso y soy magnánimo,
dame todo lo que tienes en los bolsillos
y Yo te daré la mejor de mis nubes
muy cerca de la nube de Adán,
de Adán el del chelín, no el del Edén”.
“Eso sería el infierno, dijo Carlos.
“En efecto”, díjole Dios
con truenos y relámpagos,
“pues haz de saber
que todo tiene un precio,
hasta en el Cielo,
pregúntale a Adán si no es así,
al del Edén o al del chelín”.

Este realmente no es el momento

Este realmente no es el momento
de pintar basiliscos,
los intrincados trazados de sus lomos,
ni de hacer la apología del animal doméstico,
gato, perro o periquillo.

Uno lo mira, el cielo,
sin nubes y mucho más azul
que aquel tan amorosamente descrito por poetas,
cubriendo el mundo intermedio de los hombres.
Ningún obstáculo. Sino
al contrario, necesario elemento
de sus proezas, sus idas y venidas,
testigo en el fondo inalterable
a pesar de las mudables nubes,
que guarda su secreto
hasta el último momento de luz iridiscente,
acogiéndolo todo.
No, el animal no tiene, ¿o tiene?
lugar en este instante,
gato, perro o periquillo
observando a su amo hacer el tonto,
con los ojos tapados,
doméstico y sumiso.
Un hombre

De vez en cuando
levanta la cabeza para oír
y oye su nombre.
Lo están llamando
a él, a quien nunca llaman.
Lo oye pero nadie se acerca,
la gente sigue pasando
sin mirarlo,
un hombre en harapos
que me alarga la mano,
letárgico y cansado,
y que de vez en cuando
levanta la cabeza,
aguza los oídos,
abre bien los ojos:
alguien lo está llamando
por su propio nombre,
y un momento después
deja caer de nuevo la cabeza
y las moscas recorren otra vez
la piel reseca de su cara,
erosionada por el sol,
la lluvia, el viento, el polvo.

Nicolás Suescún

Nicolás Suescún Nació en Bogotá en 1937. Poeta, traductor, periodista y librero, adelantó estudios secundarios en Virginia; luego tomó cursos de Humanidades, de Historia y de Literatura en la Universidad de Columbia y, más adelante, en la escuela de Altos Estudios de París; de regreso a Bogotá fue profesor de inglés de la Universidad Nacional; trabajó en la librería Buchholz, cuya revista Eco dirigió durante varios años; en 1976 expuso una colección de sus collages en la Universidad de Berlín y en la Galería Belarca; al poco tiempo fundó la Librería Extemporánea, fue diagramador de la revista Nueva Frontera, jefe de redacción de Cromos, preparador de informes internacionales para el noticiero Noticias Uno, y autor de innumerables notas bibliográficas en diferentes publicaciones nacionales y extranjeras. Traductor de Rimbaud, Flaubert, Somerset Maughan, Ambrose Pierce, W.B. Yeats, Christopher Isherwood y Stephen Crane. Obras: El retorno a casa, 1971; El último escalón, 1974; El extraño y otros cuentos, 1980; La vida es...; Los Cuadernos de N, 1994; y Oniromanía, 1996; Bag Bag, 2003; Un verde pensar bajo una sombra verde (trad. de seis poemas de Andrew Marvell), 2005

Fuentes: Revista Arquitrave y El Alep

4 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Bueno empezando de donde es la fuente Arquitrave, palabras mayores.
Luego por tiempo Déja vu- Utopías...hay algo siemple para mi en esto de leer, si llego hasta el final me deja pensando y con ganas de más, está todo dicho. Para qué ponerle más ornamentos.

Gabriela Abeal

10:13 PM  
Blogger Daniel J. Montoly said...

Querida Gaby:

Un gran poeta y un gran desconocido entre la nueva generación de poetas latinoamericanos.

Nicolás Suescún ha desarrollado una de la labores más importante al traducir al inglés a muchos de los jóvenes poetas colombianos. Con la energía y la esperanza quiero desde este espacio rescatar muchas de nuestras mejores voces que yacen en el olvido ya sea por la sombra de un gigante o por la falta de difusión de su obra.

Arquitrave es uno de las mejores revista y portal literario y detrás de ese proyecto el gran poeta colombiano, Harold Alvarado Tenorio.

Un fuerte abrazo. Daniel

1:27 PM  
Anonymous Anonymous said...

Estimado Daniel: Si eso noto de tu sitio, lugar o como se llame en la actualidad, que le hacés un lugar especial a cada persona, con sus poemas y una pequeña reseña, y está genial, no es solo mostrarse uno mismo sino como siempre se dice hermandad en la palabra, que poco he visto.
Gracias a lugares como el tuyo donde uno puede leer cosas que ni sabía que existía ni la persona ni su obra, he conocido gente que me inclino y me quedo así por media hora, unos escritores y poetas Latinos que no solo son grandes como poetas sino algo superior grandes como persona...hay muy buenos lugares como Arquitrave, Letralia, Remolinos, tienen sus estilos, obvio...gracias otra vez por respeonder siempre.

Cariños Gabriela Abeal

11:10 AM  
Blogger Daniel J. Montoly said...

¡Hola Gaby!
Desde comienzo de crear el blog, mi idea fue promover la literatura latinoamericana con énfasis en la poesía como género literario de poca valoración en el mundo editorial y entre los lectores.
En el proyecto original iba a contar con la participación de un profesor de Estudios Latinoamericanos de la universidad donde trabajo, pero por razones de tiempo tuvo que desistir de la idea. Tuve que continuar apenas punchando teclas y buscando por mis propios medios.
Sí. Son muy buenas publicaciones las que citas. Hay una buena publicación que dirige los poetas, Patricia Damiano e Isaías Garde, se llama IGNORIA, te la recomiendo. El enlace es el siguiente: http://bibliotecaignoria.blogspot.com
Quiero expresarte mi agradecimiento por el continuo apoyo y tus estimulantes palabras.
Un abrazo con cariño y afectos. Daniel

11:40 AM  

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