Wednesday, September 15, 2010

VOCES DEL SIGLO XXI

Carlos Amador Marchant
(Iquique, Chile, 1955)




Qué pasa con el Sol

Me ha pillado en plena calle
de la ciudad
un sol de tres p.m. de verano.
No es necesario que me tiren agua
cuando estoy mojado de los pies
a la cabeza,
no es necesario mirar mi rostro
para opinar sobre la desgracia de este joven,
no es necesario, pensar ahora, en la costa,
cuando el agua parece azúcar
circundada por hormigas.


Estampado

Un cuaderno de colegio
de hace un tiempo
lo abro con sorpresa.
En su interior mi letra antigua
se acerca de golpe a mis ojos
y trae las ramas secas de un tiempo.
Este cuaderno, con su letra,
es la foto con tantos rostros,
es la letra antigua estampada,
es un cine cuando se me da la gana.

Del Libro: PISANDO TIERRA
(Ediciones Nueva Línea-Santiago de Chile-1977)




DESCARRIADO

Acostumbrado estoy
a arrinconarme de día en las desoladas
arenas de la costa.
Como pollo friolento
alejado de padres, de hermanos, de parientes.
¿Quién ha puesto esta vida en mis canillas
rodando como neumático roto?. Nadie
me responde.

La olas llegan, me tapan, se recogen
y me dejan con cara de difunto. ¿Qué será
de mí
a esta hora de un día que no he vivido,
que tengo dormido como vida de vientre?.

Acostumbrado estoy
a sentir pánico de la noche marina. No podría
poner ni siquiera un pie en sus oscurecidas aguas.
Acostumbrado estoy
a sentir pánico de los días en las ciudades terrestres.

Por eso
a cada hora me siento más escéptico de hogar,
más pollo sin padres, sin hermanos, sin parientes.


NIDO

Pero algo en mí se acampa y ese algo tiene
sabor a mar.
Alguien entre mis raíces, muerto hace muchas décadas,
debió ser un hombre de océano.
Porque de otra forma no me explico
que todos mis caminos vayan a la costa.

Creo que mi alma esconde un secreto.
Un secreto con sabor a llantos, a gritos
y a ruidos de embarcaciones.

Y con ese algo de pereza que convalece
se encamina mi cuerpo como un cachorro
que mira a su alrededor e investiga.

Soy un marino con las llaves del océano en la mente.
Alguien que se pone el traje y se lo saca.
Un marino que tal vez aún no viene al mundo,
pero que busca su nido en las rocas,
en las algas marinas, y en galpones pesqueros.


GALPÓN


La primera vez que entré a aquel galpón de redes
me pareció haber penetrado a una goleta varada
sobre las rocas de la costa.
Todo era humedad, el mar ahí dormía
protegido entre bastiones de calaminas.
Un balde de océano lanzado a la tierra era ese galpón.
Las manchas del pez más libre
aprisionado por las garras del hombre
se hallaban impregnadas en el suelo, en las paredes,
y hasta en los harapos de las mismas mujeres.
Nunca pude sentir más de cerca la profundidad del océano
que tocando un grillete oxidado, escondido
bajo unos cajones olvidados.

Las escamas de los peces
fueron mi silla por largo tiempo mientras bebía
una triste
taza de café.
Y mi ropa nunca pudo oler más que a pescado
descompuesto
cuando caminaba y estiraba -saltarines-
mis brazos y mis piernas.

¡Cómo poder hablar de paraíso
si en cada milímetro de calamina, colgaba
una lágrima de mujer marina!

He dicho que nunca pude oler más que a ese galpón.
Me lo llevaba, junto a mi ropa, al regresar a casa.
Y hasta el óxido danzaba en mis pantalones
como un bailarín ebrio.


Del Libro: GALPÓN DE REDES MARINAS
(Editorial ex Universidad del Norte de Arica-Chile, 1980 y reeditado 1993).




Huir de la mentira

Es posible que ya no mienta,
es posible que ahora diga la verdad.
Ayer hablé sobre calles que sucumben,
sobre ratas que dominan los campos,
hoy quiero hablar de frutos que se abren
y caen a la tierra pura.
Nada es más amplio que la verdad,
aquélla que se eleva como las olas
y estalla en mil pedazos sobre las rocas.

Si no he conocido a nadie
que haya hablado con la verdad completa,
hoy quiero ser el que ponga la primera piedra.
Por eso pido que todos se alejen,
que me dejen solo, que nadie golpee a mis ojos.
Hoy quiero descansar
de suburbios y ruidos de sirenas.
Mañana me corresponde caer a la tierra,
lento y espacioso como nieve.


SOBRE LA ESCARCHA


Moriré de frío sobre la escarcha
pero guardaré el silencio de esos árboles.

Mucho antes de la vida mis ojos observaron los prados.
Y enmudecida, como casa deshabitada,
mi alma arrastró su lengua sobre la tierra amplia.

Si ayer llegué tiritando de frío
mañana he de irme por los mismos caminos.

Porque la vida es como visitar una casa.
Pero luego hay que despedirse, hay que salir
a la puerta y perderse en la niebla.

En consecuencia, he de volver al silencio
al remoto....al pétreo.


ESAS CALLES
(Arica 1972)

Zona industrial y Población Juan Noé.
y bicicletas juntas miles de bicicletas juntas.
desplazándose como ríos.
Y piedras y rostros de mujeres bailando tras mis ojos.
Ahí me quedé parado en el tiempo,
ahorcado como iconoclasta,
paralítico de ojos.

Pero la playa trajo muchas algas
y espuma limpia y espuma sucia.
y hubo gaviotas que volaron por mis ojos
y pusieron huevos marítimos y pusieron huevos
huevos muchos huevos tras mis piernas tras mis manos.

Y estos huevos enfáticos, clarividentes.
Y estos ramales casi duros pero sueltos
anclaron mi esqueleto en estas Zona Industrial-Juan Noé
con bicicletas miles de bicicletas
con este disco entre mis manos
con este Alone Again que me persigue
con estas salivas limpias
con estas palmeras remecidas.


Del libro: ALONE AGAIN
(Editorial LOM-Santiago de Chile-1999-2000)



PIDO QUE BAJES

Sólo pido que bajes del caballo y enfrentes la tierra a cuerpo raso.
Más allá de tus ojos está el océano y en el aire encontrarás lo perdido.
Una veintena de voces dicen ser tus hermanos
y en aparejos del camino no sólo encontrarás agua sino tu voz repartida.

Sólo pido que bajes del caballo y mires hacia el frente.
Que entiendas que hay hombres verdaderos que aún quedan en la tierra.
Que te unas a los arrecifes buscando otro aliento.
Porque más allá de tus ojos está el océano
y una veintena de hermanos quiere abrazarte.


SI NO QUIERES

Si no quieres morir es mejor que no nazcas.
O de otro modo es mejor que nazcas trayéndonos
el misterio de la muerte.
Porque todos buscan nacer para inundarse de aventuras
y nadie en este mundo asume el mordisco de la nada.

Si tan sólo los recién nacidos nos trajeran el misterio de semillas,
de plantas que nacen bajo tierra
del soplo huracanado de los riscos.





AL LEVANTARSE

Nadie dijo algo al levantarse porque todos sabían que se irían al alba.
Nadie sintió al perro porque lo habían refugiado en casa del frente
y maletas repletas de ropas se escabulleron entre sombras.

Todos escaparon como felinos dejando sus pelajes sobre suelo
y descorcharon el vino que quedaba en la despensa.
Robaron bulla y se llevaron silencios
pisotearon música y la escondieron bajo tierra.

Nadie dijo algo al levantarse porque sabían que huirían
y dejaron malezas
con sabor
más amargo que olvido.

Del libro: HIJO DE SASTRE
(Edición personal-2009-Valparaíso-Chile)

©Carlos Amador Marchant















Carlos Amador Marchant
nació en Iquique-Chile en 1955. Es autor de los libros poéticos: “Pisando Tierra” 1977 (Ediciones Nueva Línea-Santiago); “Galpón de Redes Marinas”, 1979 (Premio Nacional de Poesía Universidad del Norte de Antofagasta, publicado el 2000 en editorial de ex Universidad del Norte de Arica); “Después de mi Casa”, 1983-84 (impreso en editorial de la Universidad de Tarapacá de Arica); “Alone Again”, 2000 (premio Gobierno Regional de Valparaíso).


De la novela 2001 (Premio Gobierno Regional de Valparaíso); y del ensayo “Los Cururos de la Santa María”,“Barquero en el Puerto”, 2002 (conversación con el poeta Efraín Barquero. Libro premiado por el Gobierno Regional de Valparaíso). Mantiene en proceso “Hijo de Sastre” (Poesía, 2009, Valparaíso-Chile, edición personal en trámite). Durante el 2005 ganó diversos premios y menciones, siendo el más reciente, el premio nacional de poesía Municipalidad El Bosque (Santiago). En la década del 80 fundó y dirigió la revista internacional de poesía “Extramuros” (Formato papel, manteniéndola en la actualidad como página web). Entre los años 2003 al 2007 fue presidente de la Sociedad de Escritores de Chile-Versión Valparaíso.



NOTA DEL AUTOR DEL BLOG: Los trabajos visuales usados como ilustraciones en esta breve selección poética del poeta chileno, Carlos Amador Marchant son de la artista argentina, Ronni. Pueden visitar su blog donde podrán disfrutar de su obra visual como también poética. El enlace es: http://ronnidibualma.blogspot.com/

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