Wednesday, September 25, 2013
VOCES DEL SIGLO XXI
CRISTIAN LÓPEZ TALAVERA
(ECUADOR, QUITO 1985)
POÉTICA
Escribir: entrar en un cuerpo y morir en otro
decir amor, mientras la lluvia tatúa palomas en el desierto
VEJEZ:
los ángeles esperan el
devenir,
vestidos de alas, gritan
desahuciados
su larga estadía es ausencia
algunos chapucean sus
lágrimas en el sótano profundo de la noche,
fisgan la tristeza de la
flor derramada en el baldío cielo
sus ojos perecen en la
lejana niebla del olvido
sus ojos perecen en el grito
agónico de la mano suspensa
sus ojos perecen en la
imagen de su iglesia condenada
sus ojos
desanudan la memoria en
fragmentos húmedos,
en dios,
y en mi.
por momentos las lágrimas de
los ángeles caen sobre mis dedos y las uñas abandonan su letargo en la carne;
toman cuerpo del sueño, respiran contra la pared oscura que divide las sombras
de sus cuerpo enhiestos.
mueren en silencio…
ALETARGADOS, EMPIEZAN EL RECESO
A LA RUTINA DISPERSA EN CORAZONES FICCIONADOS POR DESNUDOS CLAVOS QUE OPACAN
ALGUNA VERDAD
morimos en su mentira… así
comprendemos que la muerte es un aviso y que estamos vivos
JEAN A. RIMBAUD
Dios:
apiádate de estos versos
dialoga penitencias en este letargo
de cabezas mutiladas
ovíllate en mis labios
sé carne en mi lacerado rostro
lanza tu magia
para desatar
maldad
maldad
a estos hombres que reptan hacia tu locura
(inéditos)
La
soledad es una ceniza que cae del cielo
I
¿Qué
palabra puede susurrar el viento
en
mi sueño fragmentado?
Un
abismo atormenta lágrimas
las
madrugadas son insomnios
estatuas
amparadas en la lluvia
mi
amor:
un
gemido incapaz de llevar luz
II
La
muerte está en el pasillo.
Espléndida
revolotea en la mirada de los pájaros
sostiene
sus párpados en la sal de la agonía
es
un cuerpo etéreo, roto
guillotinado
en el patíbulo de la inocencia
III
Levanta tu mirada,
entreteje
un intersticio en el
esplendor
de la memoria
posa
una palabra en mis oídos
saborea
la yema de mis dedos
Levanta
tu mirada
enreda
tu cabello en mis labios
muerde
la manzana divina
derruye
tu sombra en mi cuello
muerde
la manzana aquella
que
consume el fuego
que
resiste abandonarse
en
el crepúsculo de lobos
escindida
en mi sombra
IV
Arropado
en tu pensamiento
la
soledad es una ceniza
que
cae del cielo
transparentes
manos sumergen
tu
cuerpo en un abandono,
una
sombra roja
sin
ojos en el rostro.
“un dios gravita en círculos”
ese
vacío que se dirige a ti
lleva
en su mano al poema
ella
te abrigará
se
enroscará
lamerá
tus heridas
ella,
que teje el nido de amor
encenderá
el brillo en tus ojos
V
en
silencio,
tu
cuerpo habita en mí
LOS
HUESOS DE MI PADRE ENVUELTOS EN MANTOS DE ESTRELLAS
ABRUMAN
EL POEMA
Y fue en el silencio que el
hueso de mi padre
cayó enfermo,
su cuerpo se trizó en la oscura
barca de la noche,
una estela de soledad abrumó
sus páginas en blanco;
mientras pájaros entumecidos
del poema
no pudieron derramar lágrimas;
la noche, danzando enardecida,
bromeaba en borrachera de
ciegos.
Y fue en el silencio que mi
padre recayó con el heroísmo de la muerte
avante rompió el dije de sueños
absurdos,
erigiéndose sobre el ruido de
peldaños,
resplandeciendo estalactitas
que se deslizan
sobre rostros pálidos
Y fue el silencio un puerto
solitario,
una gaviota que divisa la
evanescencia de la tierra
cabalgando sobre los ojos de un
niño inquieto
Y el silencio era madrugada,
polvo emigrante de la infancia;
una casa cimentada en adobe
que revolotea junto al cuerpo
estéril,
dejando atrás gorriones de
brumosas plumas
aleteando por encima de
terneros atascados en matorrales siniestros
convertidos en camastro de
rosas.
“el
silencio era mi padre cicatrizado en la llaga del dolor”
sus ojos pactaron con el humo
del cigarro y
secundado al alboroto de puntos
(…)
suspensivos
huyó masticando hojas de coca,
(manchado de barro el rostro de
mi padre,
una partitura de luna, abre
heridas del pasado)
licor fugaz que emerge en
fauces enterrados
inquietudes del haber nacido
fue en el silencio donde el
cuerpo estertor
expulsaba sueños barruntados
en cienos escarlatas;
y es
en esta zarza,
que el
hueso de mi padre jadea en ermitaños,
claustros en donde acosa el ojo
trisado de la muerte…
VUELVO
AL POEMA COMO AVE AGAZAPADO EN SU ALA
¿A dónde me lleva este camino
empedrado de ríos abyectos?
¿en qué sueños apacibles
los llanos silentes celebran el ritual del poema?
Mis dedos dibujan soles en tu rostro
y te invitan a la mesa
(donde descansa la familia)
Mi lengua te inmoviliza el secreto
no es aroma visible es canto mágico;
oropeles que se cuecen en un ayer.
El pasado, un animal en celo,
impide su derrota
martillando el mar que habita en nuestras bocas…
tomo una cana de tu ceja,
conjeturo su dulzura contra el cielo
parajes desasosegados pierden inmovilidad
en líneas de fuego:
formando tu cuerpo,
enfermo el poema deshabita
este cuaderno de resina:
un futuro inquieto
un olvido de carne
un beso demente
una flor desollada en el tiempo
;
Padre:
sin tu regreso he sufrido el poema
y no es llanto que cubra firmamentos nocturnos
es llanto bondadoso
de una melodía obscura
es llanto que en mañanas torpes
amanece anclado al vuelo de las gaviotas.
Padre:
he sufrido el poema,
en cada verso la piedra de la
desilusión
batalla sobre el espacio numerológico;
la geometría que en tí era montaña
hoy solamente es demonio consagrado
a la ayahuasca
he sufrido el poema,
y la belleza me ha tatuado árboles
en los huesos;
sangro cuando tu águila sonríe
y tu voz recoge los pedazos de sombra
que de mi se esparcen en resaca
Te nombro me nombras
comprendemos
que las palabras son gotas de sangre
que se abaten en las mejillas de un niño
malherido;
(pide paz
canta una melodía con flores,
pero de su boca emerge un pedazo
de carne con gusanos)
un relámpago
catarsis aprisionado en la violencia del ocio;
sufro el poema
y en él el fuego eterno es dicha
pétalo que vagando con el viento
abre puertas sedientas de pasos
rompe con la absoluta calma …
;;
Es tu primera muerte,
en tus piernas se recogen los pétalos del amor
los perros que furiosos devoran la noche
combaten debajo de tu lengua.
Afuera sigue la ciudad
Labullamalheridairrumpelosbolsillos
desterrados en el tiempo
Afuera sigue la ciudad;
yo, como un murciélago abatido
me congrego a tus lágrimas
a las hendijas donde el futuro hiede
hiere
quiere
miente…
El lado oscuro de la mente
)ocho(
Una
hondonada de llantos cavan nuestra piel, invierten el círculo de fuego en el
agujero que arrecia fragmentos díscolos
Entran en
la escena que imprime desiertos. LA CIUDAD ACECHA CON SUS OJOS CERCENADOS. El
gato maúlla su chubasco y pretende clavarse en mi labio reseco. H/u/y/o por el
patio trasero que me lleva a bulevares. Paseo mi mirada y lontananzas se mofan
a lo lejos
LA
NOCHE DESCLAVA SUS MANOS:
abraza
mi rostro
amordaza
mi carne;
soy
un hueso en el poema
El círculo
encadenado a la mujer desnuda se libera de su vicio y toma camino al norte,
benévolo descuartiza su aflicción en la locura, acorrala sus palabras necias a
la muerte
encuentra al suicidio en la
esquina de la acera, recuerda sus sillas vacías,
sulicor borracho. se abraza en la escritura
Retoza sus zapatos vacíos en
la madeja del recuerdo
toma su vaso y depara
angustias;
una sábana con arrugas
arremete en sus cuerpos
-
¡Cuidado! Exalta la poesía
-
No tienen lápida donde recrear su lenguaje
I
Te condeno a clavar la cruz
en mi pecho
develar mi angustia en sueños
lacerados
perpetuarme en la pena
que sigue nuestro camino
adesgajar mi falo
en el cadáver que soy
a condenarme en la luz
II
Fui tu nombre en el silencio
grité mi borrachera en la
desecha sangre de tu lengua
lloré tu nombre en nombre de
los cielos
deshice tu arena junto al
zumo de la agonía
grité tu nombre
mientras tú no acababas de
nacer
III
Estás en el poema/
el poema se abandona a sí
mismo
estás en el poema/
un poema que nació con el
suicidio
)nueve(
Por estos
caminos donde la lluvia despeja las dudas en los tejados//te tomo entre mis
manos //Atravesando noches vírgenes donde las coces oscilan en llantos
temblorosos
Estas
calles sempiternas que en soledad yacen con los ojos cerrados, en aquellos
párpados caídos hemos encontrado la puerta de salida hacia una lágrima
reconstruida en la arena
Sintiendo
palidecer el tiempo/
Lo cojo de
la mano y aprieto
Hasta sentir
su sudor,
Ahí, donde la lengua sucumbe En el miedo
Dejo el
cigarro sin terminar en la vereda donde ningún viaje es sueño; cerca del
anciano triste que espera censurar su abandono en la muerte/donde ninguna parte
es otro día/donde un abrazo fuga con la escritura/donde un cabello martilla su
sueño
En
esta calle cimentada de olvidos marcho
volteando el
pañuelo en los rostros exhaustos que
acompañan mi ausencia.
Atravieso dolores ajenos
terminando en viajes
púrpuras:
Poseo una zona anudada en la memoria;
quietud
aburrida de peñascos, donde una mujer levanta sus brazos al charco de
estrellas, aquella donde la saciedad envejece en el verso, espacio donde las
casas no conocen el rastro de los hombres
en ese
espacio que los perros abatidos de hambre recorren cicatrizando sus miedos
camino/
con la
mirada hacia el suelo/abatido en la furia del reposo. tratando de no avistar la
danza de la desnudez perpetrada en la naranja pálida que imita la vida
<>
¿puede
atesorar el cuerpo desnudo de la mujer, abatida en el cimiento de la palabra,
la manzana en sus senos, puede conjeturar una oración en su lengua teniendo en
su cuerpo un mimbre desolado?
¿puede
desaparecer de la memoria,/abandonarse en el chubasco de puertos solitarios?
me remito
a la ciudad de la que extraño sus calles sonoras
divago
sangrando mis llagas en papeles ebrios.
Mengua la
niebla ,
Me burlo
de los pájaros que se entumecen en el poema
<
y
los párpados caídos>>
camino/
me desvelo con el lápiz
broquelado sobre el hombro:
el agua deshecha en la oreja
palidez enfrentando su muerte
camino/
y me bebo tu sexo
modelo el tiempo en sangres
consumidas
RECONSTRUYENDO LA PALABRA
Este
artificio diminuto que condensa saliva,
vestimenta
quesemeja
viento;
óxido por
donde la ciudad repta hacia su ahorcamiento
este rostro
que se muestra en mi sudor/
nombra su
deterioro en la escritura habituada a
las cejas
de la luna.
Y es aquí donde el hombre
degollado se aproxima al sueño, agitando su pañuelo en el desdén de la noche…
[parpadea… …mi luna es un ojo:
es
su conquista]
CRISTIAN LÓPEZ TALAVERA
CRISTIAN LÓPEZ TALAVERA Ecuador, Quito. 1985. Poeta, narrador, editor y docente secundario. Ha realizado estudios
en Literatura y Comunicación Social. Participó en los talleres literarios de la
Casa de la Cultura, dirigidos por el poeta Diego Velasco Andrade, en el periodo
2008-2010. En poesía ha publicado: Casa de Soledad (Drugos de la naranja,
2009); el plaquette Llanto al Padre (Muercielagario cartonera, 2010); dos de
sus cuentos integran la Antología: Los Engendros de la Luna (Taller Cultural
Retorno, 2010). Director y fundador de la revista Ojos de Perro Azul. Dirige la
editorial independiente Jaguar.
Nota del autor del blog: Las obras visuales que
ilustran esta breve selección poética del poeta ecuatoriano, Crsitian López
Talavera son del artista alemán, Hans Richter y fueron tomadas de diversas fuentes
del Internet.
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