Konia
La imagen que aparece junto al poema fue reproducida del Internet.
-La belleza descubre su forma exquisita
En la soledad de la nada…-
Rumí
Sacié mi sed en tu íntimo paisaje
y mis palabras
cobraron vida, se hicieron piedras
ante la expresión fugaz
de los pensamientos.
Sellé mis labios en lo absoluto
y habitó en mi ser
la dulce flama que el viento
no llegó a extinguir
con el licor de las acciones.
Vuelvo, nadando,
por cada punto
de este insondable Océano,
alegre como un delfín,
y con el ímpetu de tus columnas.
Entonces, encuentro bajo el suelo
las fibras de la primera tela,
el manto del tabernáculo
que cubrió mis tantos rostros
y mis cuatros brazos
arrancados por el tiempo.
Ahora descubro, que cada árbol
es una lámpara para tu adoración.
Daniel Montoly © 2003
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