VOCES DEL SIGLO XXI
KAREN VALLADARES
( Honduras)
Debo elegir la rabia
Debo elegir la rabia,
la furia, el llanto y el grito y la herida y otra
vez la rabia.
Veo que corre mi sangre, que no es mi sangre,
y siento que aquí nadie
puede ser feliz.
Ser feliz es una maldición.
Hay que vivir como si nada importara,
golpeándose el pecho; elegir la rabia,
tomar un poco de ron, y pensar
que nada importa.
Elegir el fuego, el insulto, la voz irritada,
la queja, la mano
empuñada, la casa vacía, la soledad, la mesa sola.
Vuelvo a elegir la rabia,
y pienso en toda la mierda que debo decir.
Esta
noche será húmeda hasta los ojos,
y no por la lluvia de este invierno
inconcluso.
Pienso en el invierno,
en las hojas cayendo de los árboles,
en el moho
de las paredes, en el aullido de un gato, y me da rabia.
Vuelvo a elegir la rabia porque todo es una terrible porquería.
Nadie
se ama, nadie se toma de la mano,
nadie se besa. El amor no es cierto.
Elijo la rabia para detener el tedio
de esta casa sin vida.
®Karen Valladares.Tomado del libro: Maldita poesía
Nada me importa
Nada me
importa este día
Yo estoy ausente
pero en el fondo de esta ausencia
Hay la espera de mí mismo.
Vicente
Huidobro
Nada me
importa este día.
Nada, juro
por Dios que nada me importa.
Ni las
gradas vacías de la casa,
ni el agua
que cae lento en las paredes,
ni la
lluvia que esta por venir,
ni el
suspiro,
ni el
viento,
ni mi
cruzar de piernas,
ni el
maquillaje,
ni el
viento soplando en las laminas,
en las
cortinas,
ni los
pasos en el pasillo oscuro;
ni la bulla
del televisor,
ni el escandaloso
juego de los niños,
ni el
timbre del móvil,
ni la
billetera vacía,
ni la cama vacía,
ni mis
manos,
también
vacías
ni mis
ojos,
ni mis pies
desnudos,
ni mi
cuerpo también vacio.
Nada me
importa este día
nada, juro
por Dios que nada me importa
como para
escribir un poema
que realmente importe
®Karen Valladares. Tomado del libro Ciudad Inversa
Noche
No
entres dócilmente en esa noche quieta.
Dylan Thomas
“Afuera ruge el viento”
Clementina Suárez.
Baldosa oscura.
Fría
Abandonada.
Noche espesa,
poema rodante
Húmeda sábana.
Túnel,
pasillo solitario
Baldosa oscura.
®Karen Valladares. Tomado del libro Ciudad Inversa.
®Karen Valladares. Tomado del libro Ciudad Inversa.
Escribo y tiemblo.
II
Escribo y tiemblo porque estoy muriendo.
Y no sé exactamente de
qué, mis órganos son insectos que me recorren por dentro.
En mi sangre
hay caballos que galopan sin parar sobre el rojo o el azul o el verde o
el rosa.
Tiemblo y continúo con la respiración entrecortada, y
Huidobro y Girondo me carcomen los ojos, las uñas, y las páginas en
blanco. Me arranco la piel y veo mis huesos.
Sufro por cualquier
cosa, soy la víctima, lloro, me cubro los ojos, la risa, la
insignificante y gangosa voz de este cuerpo mutilado.
Pienso mi enfermedad sin nombre, y me sale espuma de la boca..
Imagino este cuerpo como un barco.
Toda yo soy imaginaria. Me imagino casa y me deshabito, y me adentro, y huyo.
Rayo las paredes, escribo obscenidades y concluyo que tu nombre es obsceno.
Y aborrezco desde entonces el asco, la soledad, la putrefacción.
Karen Valladares. Tomado del libro: Maldita poesía
Déjame volver
A: F.
Déjame volver a los días huérfanos de luz,
a la tiniebla de mi cuarto solo,
a la soledad de junio,
a la circunferencia del pensamiento abandonado.
al canto de las cigarras antes de la lluvia
y a romper los aguaceros al invierno.
A mis días de cuerpo desnudo y voz templada.
A pronunciar tu nombre entre dientes.
Porque ahora me consumo en tu maldita manera de decir las cosas,
en tu silencio pulcro, eterno.
Y no es que mi corazón sea una sala de espera.
Déjame ser sublime o tenaz.
Déjame avanzar en mi locura.
Déjame ser la que nunca o la que siempre fui.
Déjame volver a mi antojo.
Déjame lanzarme a tu silencio y romperme en el peor de los gritos.
Tengo todo el día, para decirte lo que pienso.
Para decirte que este día me viene sobrando
Para decirte que no me estremece la mañana azul
o la tarde opaca, o los pájaros que se estrellan en
nuestra ventana.
Todo eso me suena cursi, apestoso.
Sin
importancia.
No me importa
el oleaje de las cortinas,
el sol que estalla como ampolla sobre nuestra ciudad
el bullicio de los niños correteando en las afuera de
la casa.
Aseguro que nada de eso, hoy me importa.
Tengo todo el día para decirte lo que pienso
Para decirte que me estorban las palabras.
Y por eso grito,
y por eso
lloro,
y por eso me
rio a carcajadas.
Me burlo de
las cosas,
me burlo de todo
de vos, de ellos
de nosotros
de mí.
Tengo todo el santisímo día
Para decirte lo que pienso
Para gritarte en tu cara
Tus verdades,
Pero esto, esto que siento
no ocupo pensarlo todo el día
ni esperar la noche
o la madrugada
o que llegue navidad
o el invierno.
No, no importa la hora,
ni el tiempo
para decirte que te extraño todo el día.
Y también toda, toda la noche.
SIN PELOS EN LA LENGUA
Yo no tengo pelos en la lengua para decir las cosas.
Digo que disfruto del sexo, como disfruto caminar.
Aunque es distinto, porque al caminar no tengo orgasmos.
Digo que disfruto la poesía, los buenos libros, las buenas pláticas,
los buenos amigos.
La amistad es ciencia ficción y las palabras no lo dicen todo.
Yo quiero que las palabras me digan, que me cuenten cómo soy,
así, sin pelos en la lengua, sin rodeos, sin limitaciones.
Que hablen o me escriban un cuento o un poema, pero que digan,
no importa si hablan bien o mal de mí. Qué más da.
Yo no tengo pelos en la lengua para decir las cosas.
Digo me gusta el sexo, me gusta que me coja mi marido.
Que me agarre desprevenida, como la palabra al verso.
Como el brazo a la cintura. Como la voz a la boca. Pero que me coja.
Yo no tengo pelos en la lengua para decir las cosas.
Digo mis palabras. Atrevidas o no. Punzantes, infelices, denudas,
temblorosas, caídas, sumergidas, sedientas, orgásmicas.
Qué más da.
Yo simplemente digo las cosas. No me importa la plenitud,
lo infinito, la sencillez o la belleza.
Hay que dejar de pensar de vez en cuando, dejar de decorar la palabra, soltarla sin miedo,
sin comezón, sin tartamudeo. Sin pelos en la lengua.
Pero hay que seguir diciendo, seguir hablando...
Visita a la tierra baldía de Eliot
Dulce Támesis, discurre en calma, hasta que termine mi canción.
T.S.Eliot
Me niego a la mala poesía,
a lo cursi,
a lo sublime,
a la voraz precocidad del sexo,
a lo que no trasciende.
Me niego al bullicio del mar,
a la luna no vista en mi cielo,
a las estrellas de mar que no tengo,
a las voces que hay en mis oídos,
al llanto de Pizarnick,
a la locura de Panero,
a las Flores del mal de Baudelaire,
al vanguardismo llorón de Neruda.
Prefiero el balazo en Roque Dalton,
o hasta una canción de Silvio cantada por Café Tacuba.
Lo tradicional aburre.
Aburren los mismos callejones,
los sonidos.
Si fuese posible desaparecerlo todo.
¿Qué me queda entonces?
Yo asumo la idea de visitar la tierra baldía de Eliot
y me dedico a perfeccionar mi muerte.
No al estilo Plath o Storni.
Me niego a lanzarme al mar con dos piedras en las manos,
a ser la loca del muelle.
Me niego a todo
a todo.
A mí misma, por supuesto.
Quiero matarte, poesía.
Lanzarte al hospicio.
Desgarrarte la ropa,
despellejarte.
Maldita.
Quiero lanzarte perlas como a un cerdo.
Quiero provocarte,
sentir tus golpes,
sentir que estás en todas partes y creer que estoy loca.
Sentir que sos mi sombra, mi pared,
mis pasos,
mi cuerpo desnudo,
mi orgasmo;
mi conciencia.
Quiero volverte loca, poesía,
y no dejarte en paz nunca.
Reírme de vos a carcajadas.
Quiero matarte, poesía,
desaparecerte,
borrarte del mapa.
Sacarte de mi vida como a una espina,
darte una patada en el culo
y decirte puta; puta mil veces.
Morite, poesía,
morite lejos de mí,
donde no huela tu olor nauseabundo
y no pueda vomitarte jamás.
©Karen Valladares
Karen Valladares: Poeta, escritora, gestora cultural. Ex miembro
de los talleres Edilberto Cardona Bulnes y Máscara suelta. Integró la
asociación nacional de escritoras de Honduras (ANDEH). Codirectora de la
revista metáfora, miembro fundador del movimiento literario Poetas del
Grado Cero. Miembro de la editorial cartonera Grado Cero. Textos
traducidos al inglés y al polaco. Publicó: Ciudad Inversa (Grado Cero, 2010) y en las antologías Sociedad anónima (Editorial pez dulce, 2007), Antología 2017 nuevos poetas
contemporáneos
de América Latina (Miselena Caserola, Argentina, 2010), Recopilación de poesía femenina iberoamericana (Cascadas de palabras, 2010) y Canto
de sirenas, autoras iberoamericanas. Barcos sobre el agua natal,
antología de poesía hispanoamericana, del siglo XXI, editorial Litoral. Sus poemas se publicaron en destacadas revistas de literatura
principales Hispanoamérica. Ha participado en diferentes festivales
internacionales de poesía.
Nota del autor del blog: Las obras visuales que ilustran esta antología
breve de la poeta hondureña, Karen Valladares son del artista alemán,
Max Ernest y fueron tomadas de distintas fuentes del Internet.
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