Thursday, March 22, 2012


Premio Literario Casa de las Américas 2013

Abierta la convocatoria al Premio Casa de las Américas hasta el 31 de octubre del 2012 • La edición 54 del certamen se celebrará del 21 al 31 de enero del 2013

La Casa de las Américas convoca para el año 2013 a la LIV edición de su Premio Literario. En esta ocasión podrán concursar obras inéditas en los siguientes géneros y categorías: a) novela, b) poesía, c) ensayo de tema histórico-social y d) literatura testimonial. Además, se convoca a la literatura brasileña (con libros de ficción escritos en portugués y publicados en esa lengua durante el bienio 2011-2012).

Al mismo tiempo —y en ocasión de conmemorarse el centenario del intelectual y político guatemalteco Manuel Galich, lúcido estudioso del mundo indígena y pilar de esta propia institución— la Casa de las Américas convoca a un Premio Extraordinario de estudios sobre las culturas originarias de América. Podrá optar por dicho Premio cualquier estudioso, sea indígena o no, con un libro inédito escrito en lengua española. Serán aceptados, siempre que se ajusten al tema convocado, todos aquellos libros que lo aborden desde las más diversas disciplinas.

Los autores concursantes en novela, poesía, ensayo de tema histórico-social y literatura testimonial, así como en el Premio Extraordinario deberán regirse por las siguientes

BASES

1. Podrán enviarse obras inéditas en español en novela, poesía, ensayo de tema histórico-social, literatura testimonial, así como en el Premio Extraordinario. Se considerarán inéditas aun aquellas que hayan sido impresas en no más de la mitad.

2. En novela, poesía y literatura testimonial solo podrán participar autores latinoamericanos, naturales o naturalizados.

3. Por el premio de ensayo de tema histórico-social podrán concursar también autores de cualquier otra procedencia, con un libro sobre la América Latina o el Caribe, escrito en español. Igualmente por el Premio Extraordinario podrán concursar autores de cualquier nacionalidad siempre que el libro se ajuste al tema convocado.

4. Los autores deberán enviar dos (2) ejemplares impresos en un tipo y tamaño de letras perfectamente legibles, a espacio y medio y foliados. Las obras no excederán en ningún caso de las quinientas (500) páginas.

5. Ningún autor podrá enviar más de un libro por género, ni participar con una obra en proceso de impresión, aunque esté inédita, o que haya obtenido algún premio nacional o internacional u opte por él mientras no se haya dado el fallo del Premio Casa de las Américas. Tampoco podrá participar en un género en el que hubiera obtenido ya este Premio, en alguno de los cuatro años anteriores.

6. Se otorgará un premio único e indivisible por cada género o categoría, que consistirá en 3.000 dólares o su equivalente en la moneda nacional que corresponda, y la publicación de la obra por la Casa de las Américas. Se otorgarán menciones si el jurado las estima necesarias, sin que ello implique retribución ni compromiso editorial por parte de la Casa de las Américas.

7. Las obras serán firmadas por sus autores, quienes especificarán en qué género o categoría desean participar. Es admisible el seudónimo literario, pero en este caso será indispensable que lo acompañe de su identificación. Los autores enviarán sus respectivas fichas biobibliográficas.

8. La Casa de las Américas se reserva el derecho de publicación de la que será considerada primera edición de las obras premiadas, hasta un máximo de 10.000 ejemplares, aunque se trate de una coedición o de reimpresiones coeditadas. Tal derecho incluye no solo evidentes aspectos económicos sino todas las características gráficas y otras de la mencionada primera edición.

9. Las obras deberán ser remitidas a la Casa de las Américas (3ra y G, El Vedado, La Habana 10400, Cuba), o a cualquiera de las embajadas de Cuba, antes del 31 de octubre del año 2012.

10. Los jurados se reunirán en La Habana en enero del año 2013.

11. La Casa de las Américas no devolverá los originales concursantes.

12. El incumplimiento de alguna de estas bases conduciría a la invalidación del Premio otorgado.

La Casa de las Américas anuncia que una vez más entregará tres premios de carácter honorífico. Dichos premios (José Lezama Lima, de poesía; José María Arguedas, de narrativa, y Ezequiel Martínez Estrada, de ensayo) se otorgarán a obras relevantes escritas por un autor de nuestra América, cuya primera edición en español sea de los años 2010 o 2011. En el caso de los libros de ensayo se tendrán en cuenta también aquéllos sobre tema latinoamericano y caribeño, publicados asimismo en español, sea cual fuere la nacionalidad de sus autores. Las obras concursantes, en lugar de ser enviadas por los autores, serán nominadas exclusivamente por un Comité creado al efecto.

Fuente: La Ventana

Wednesday, March 7, 2012

La destrucción mercantil de la literatura


La liquidación de la literatura es solo un aspecto del proceso vertiginoso de disolución de la experiencia humana y de la realidad. Una masa global de decenas de millones de humanos es eliminada militar, económica y semióticamente en los campos de exterminio definidos por la racionalidad corporativa

por Eduardo Subirats

Guadalupe Rodrigues es una joven profesora de origen guatemalteco que ha terminado un manuscrito de 600 páginas titulado “Mito y literatura”. Es una investigación de cinco años realizada en una universidad norteamericana, pero es también un estudio poético sobre lo que llama cinco obras clásicas de la literatura latinoamericana del siglo XX.

Su análisis literario es expansivo: en lugar de aplicar interinamente modelos interpretativos fabricados a partir de la literatura europea y norteamericana, o filosofemas prediseñados por la máquina académica y el mercado cultural globales, analiza una serie de obras literarias maestras latinoamericanas a partir de sus vínculos lingüísticos, simbólicos y religiosos con las culturas originales de las Américas: Juan Rulfo y José María Arguedas son los modelos hermenéuticos que estudia la profesora Rodrigues.

Pero a partir de estas raíces ―que el racismo letrado hispanoamericano ha condenado como indigenismo desde el día cero de la conquista hasta la noche del boom mágicorrealista― “Mito y literatura” construye un diálogo soberano con la literatura mundial (en el sentido que “Weltliteratur” tuvo para Goethe, no en el sentido de las ferias internacionales de la industria del libro).

Diálogo espiritual, filosófico y estético entre obras literarias maestras como Yo el Supremo, de Augusto Roa Bastos, el Grande sertão, de Guimarães Rosa y, del otro lado de una impuesta frontera académica y comercial, la poesía de los Vedas, la filosofía revolucionaria de Sade, el mito de Fausto o la conciencia escindida en la obra dramática de Shakespeare.

“Mito y literatura” es, además, un análisis literario feminista. Una clase especial de feminismo que tampoco coincide con las semióticas de género de la máquina académica global. Guadalupe Rodrigues es feminista porque establece la continuidad de la memoria religiosa y literaria entre los cultos, los mitos y los símbolos de la Madre Tierra en las religiones populares e indígenas de América, y sus expresiones literarias y artísticas modernas.

El objetivo de Rodrigues es reconstruir la obra literaria como un universo simbólico por derecho propio, en conflicto y contienda con la disolución semiológica de la obra literaria en las redes intertextuales lingüísticamente indiferenciadas de la producción académica e industrial de fiction y creative writing. Esta dimensión crítica de su análisis con respecto al establishment estructuralista de las Humanidades la ha pagado al precio de su censura académica. Su rechazo de la reducción comercial de la literatura ha estigmatizado su perspectiva hermenéutica con otros males.

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Problema poético y político. Dilema de una literatura nacional o regional latinoamericana en conflicto con una lógica corporativa que conlleva la disolución de las expresiones culturales a los lenguajes y formatos de la máquina académica y a una redefinición mercantil y burocrática de la cultura. La posibilidad teórica de una literatura clásica moderna latinoamericana (o de una música y una arquitectura modernas y clásicas, y de una estética clásica y moderna en la pintura, de Villa-Lobos y Niemeyer a la pintura de Francisco Toledo) es anatema para los aparatos globalizados del latinoamericanismo y sus repetidores locales.

Pero el ataque es también estético. Ataque de la vanguardia del espectáculo cultural contra la literatura como obra de arte y medio de reflexión y resistencia. Pero antes concluir esta crítica del espectáculo tengo que terminar el relato.

Guadalupe Rodrigues envió el manuscrito de su libro a una editorial española, una de las más agresivas en cuanto a su penetración comercial en América Latina: “La interpretación que propone de esos clásicos de la literatura latinoamericana me ha parecido realmente brillante y llena de tantas intuiciones y sugerencias que sin duda incitan a releer estos libros con otros ojos…” ―fue la generosa respuesta de su agente literario―. El mensaje seguía más adelante con un veredicto: “Me temo que fuera de los departamentos universitarios, poca gente sabe ya quién es Mário de Andrade o Guimarães Rosa, y empiezo a tener dudas hasta con Juan Rulfo. Por tanto, un extensísimo ensayo dedicado a reinterpretar sus obras nos resulta muy difícil de asumir hoy por hoy…”.

La anécdota es reveladora de muchas cosas. Una de ellas me parece urgente: la lógica empresarial de la producción industrial de literatura confluye y coincide con la reducción estructuralista de la obra literaria a una intertextualidad sin conciencia, vaciada y exenta de toda profundidad.

Bajo este principio uniformado, Mário de Andrade o Juan Rulfo no poseen un valor en sí mismos: ni como soporte comercial, ni como reflexión intelectual. Son textualidades semióticamente interconectadas en redes de signos atravesadas por un valor monetario. Por eso tampoco es necesaria su interpretación. De hecho, ya no se lee hermenéuticamente la literatura en el sistema de administración académica global del conocimiento: se hace sociología y deconstrucción textual. La experiencia poética, el conocimiento mitológico y simbólico, la reflexión existencial y filosófica no tienen lugar en la cultura comercialmente administrada.

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Los titulares que inflamaron la máquina académica global de las décadas recientes invocaban hasta la náusea la letanía de postsujetos y transujetos, de intertextualidades, hipertextos y social-texts. Bajo su signo se ha disuelto la reflexión humana en cualquiera de sus formas artísticas e intelectuales, en provecho de la producción industrial de realidades virtuales globales y la transfiguración hologramática del ser en la trascendencia electrónicamente vigilada del espectáculo. Esta visión entusiasta, que la vanguardia estética postmodernista reivindicaba como el último grito de una libertad prêt-à-porter, es hoy la pesadilla de una destrucción en tiempo y espacio reales de tejidos sociales, tradiciones intelectuales y artísticas, y vínculos humanos de solidaridad.

La liquidación comercial y académica de la literatura es solo un aspecto del proceso vertiginoso de disolución de la experiencia humana y de la realidad. Una masa global de decenas de millones de humanos es eliminada militar, económica y semióticamente en los campos de exterminio definidos por la racionalidad corporativa, las epistemologías tecnocientíficas, los poderes financieros trasnacionales y los medios globales de comunicación.

La trivialización de los lenguajes cotidianos en las retóricas del espectáculo democrático o en la industria literaria, la manipulación gramatológica e iconológica de reflexión humana, y la fragmentación y degradación educativas son precondiciones de este proceso regresivo de la civilización humana. Y uno de los temas por los que deben comenzar la crítica y regulación de este proceso regresivo.

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Eduardo Subirats es autor de El continente vacío, La existencia sitiada y Proceso a la civilización; es profesor en New York University.

Tomado de La Jornada

Tomado de La Ventana
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