Monday, October 31, 2005

Integración

Vuelve la costumbre:
su inmortalidad
toca teléfonos,
las metrópolis
se inundan con piedras íntimas
y con largos bostezos
de principios sólidos.
Los nuevos rasgos
emergen de las obsidianas,
incrustan sus raíces
con madurez
en los tímpanos,
en las lágrimas.
Cantan los pájaros
con sus ecos de resinas.
El ritual discurre:
el trópico,
la duna,
el Shinto,
la voz del gong, las olas,
de levitas se funden
en orgasmos rítmicos.
Los lienzos
abren sus retinas,
corren grifos de polvo,
los genes se multiplican,
cambia el jardín,
las flores, la vista,
el cosmos y el enigma.


Daniel Montoly
© 2002

Saturday, October 29, 2005

TRES VERSIONES EN DIFERENTES IDIOMAS DEL POEMA NEW YORK EN HORAS INVERSAS


NEW YORK EN HORAS INVERSAS
DE DAVOS A 11 DE SEPTIEMBRE

Las vidriosas penínsulas rehacen
sonrisas presurosas,
las horas
se acalambran,
abrazan argumento salariales,
por culpa de la dictadura
de las máquinas
y los testículos bursátiles.
Se advienen ríos de brazos
gritos, espantos,
perros, cachiporras,
dirimiendo el conflicto a sangre
y fuego.
Los ardores del atardecer
van tragándose los golpes,
mientras sombrías coordenadas
de ojos emigrantes exhalan;
bajan los ánimos urbanos,
pasa el metro, y los semáforos
proscriben
los rasgos étnicos.
La vigilia, los segundos
interceden,
azulan los escombros.
Un recuerdo...
siento el olor a agua humana
reprocharme donde no miro.
El río Hudson
habla sólo de sus próstatas.
Siento, un grito dolor
sacudirse las horas,
asombran las muertes en parajes
íntertextuales de media luna.
Discurren garabatos
analgésicos
al museo con flashes escabrosos.
Es domingo... La ciudad duerme
sin sus dos implantes en las nubes.
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NEW YORK EM HORAS TROCADAS
COM DAVOS EM 11 DE SETEMBRO

As vidrosas penínsulas refazem
sorrisos pressurosos,
as horas
enrijecem,
abraçam argumentos salariais,
por culpa da ditadura
das máquinas
e dos testículos acionistas.
irrompem rios de braços
gritos, espantos,
cães, maças,
dirimindo o conflito com sangre
e fogo.
Os ardores do entardecer
vão engolindo os golpes,
enquanto sombrias coordenadas
de olhos emigrantes exalam;
decaem os ânimos urbanos,
passa o metrô,e os semáforos
proscrevem
os traços étnicos.
A vigília, os segundos
interferem,
azulam os escombros.
Uma lembrança...
sinto o odor de água humana
reprovar-me onde não miro.
O rio Hudson
fala apenas de suas próstatas.
Sinto, um grito de dor
Livrar-se das horas,
assombram as mortes nas paradas
inter-textuais de meia lua.
Discorrem rabiscos
analgésicos
no museu com flashes escabrosos.
É domingo... A cidade dorme
sem seus dois implantes nas nuvens.


Traducción portuguesa del poeta brasileño Antonio Miranda
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New York at inverse hours
From Davos to September 11th

The glassy peninsulas reform
hurried smiles,
the hours
become cramped,
embrace salary arguments,
as a result of the dictatorship
of machines
and stock exchange testicles.
Now come rivers of arms,
screams, terrors,
dogs, truncheons,
solving the conflict to one of blood
and fire.
The ardors of evening
slowly swallow the blows,
while shadowy coordinates
of immigrant eyes exhale;
urban spirits fall,
the subway goes by, and traffic lights
prohibit
ethnic features.
The vigil, seconds
intercede,
turn the ruins blue.
A remembrance...
I feel the smell of human water
reproach me where I do not look.
The Hudson river
speaks only of its prostrates.
I feel a scream pain
shake the hours,
deaths in intertextual passages
of a half moon
amaze.
Analgesic scrawls
discourse
at the museum with crude flashes.
It is Sunday... The city sleeps
less its two implants in the clouds.

Traducción al inglés de la poeta cubana Silvia Brandón Pérez.
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De profundis.


De profundis.

En carcere et vincullis.

Que no caiga sobre mí tanta limosna, que no vengan
a darme prosperidad, a ofrecerme luz y barro
esos amigos muertos, los gendarmes agresivos
que devoran cada verso y cada abrazo, y son hermosos.
Déjenme si escribo al borde de las celdas
y no tengo por amante sino un cuervo, y una casta
de lluvia hasta el fin. Y que la sombra sea
la única confidente, la demorada firme,
el desfile en que verán
uno tras otro cayendo mis miembros. Uno tras otro:
toda mi parda exaltación.

Si yo he dicho la belleza es porque si, voy demudado
de un principio al punto donde alcanzo a no morirme.
Si he anhelado una camisa, una cena y una ergástula
es porque he sido apenas el comediante: lo más mínimo.
Si me han visto llorar, y no tengo ya remedio,
no llamen a mi madre. Que no venga el capitán.
Yo digo siempre de profundis. Y he elegido acabar
así, sintiendo
la rosa del deseo atroz; martirizándome.




Norge Espinosa. Santa Clara, Cuba, 22 de mayo de 1971. Graduado de la Escuela Nacional de Teatro en 1992. Desde adolescente se vinculó a grupos teatrales y talleres literarios, obteniendo premios y menciones en concursos provinciales y nacionales. En 1989 obtiene el Premio de poesía de El Caimán Barbudo con su primer cuaderno: Las breves tribulaciones, que será editado en 1993 por Ediciones Capiro, y será saludado por la crítica con notas elogiosas. En 1990 gana el Premio Único de Ediciones Vigía, con su poema Cartas a Theo, que es publicado por este sello matancero. Durante los tres años de su carrera se vincula a distintos maestros, entre ellos Roberto Blanco, quien imparte en 1991 un taller sobre dirección teatral. Bajo la guía de José Oriol González, funda el Teatro de los Elementos, que se propone indagar en experiencias comunitarias a través de intervenciones en localidades marginales o periféricas. Para este colectivo escribe varias piezas que participan del teatro callejero y se estrenan en La Habana, la Isla de la Juventud y Santiago de Cuba. En 1992 se integra por breve tiempo al efímero Teatro del Centro, en Santa Clara, donde asesora una versión de Dos viejos pánicos, alentado por la información que sobre Virgilio Piñera obtiene de su amistad con el poeta y dramaturgo Abilio Estévez. En 1993 regresa a La Habana y comienza a trabajar en la sede nacional de la Asociación Hermanos Saíz, donde llegará a desempeñarse como Especialista de Literatura y Artes Escénicas, coordinando diversos eventos, como Las palabras compartidas (Holguín, 1995) y las tres ediciones del Yorick (1996, 1998, 2000), de cuya primera convocatoria se publican las memorias por la editora Abril. En 1995, Teatro El Público estrena Sarah´s, unipersonal protagonizado por Mónica Guffanti que se presenta, además, en Ecuador. Su poemario para niños Los pequeños prodigios es editado por Gente Nueva como parte de la colección cubano-argentina Pinos Nuevos en 1996. En 1997 entra a dirigir la librería El Ateneo, que se convertirá en un espacio de confrontación no solo de temas literarios, sino también escénicos, sociales, etc. Es jurado del premio David de Poesía y del Encuentro Nacional de Talleres Literarios. Entra como asesor al Teatro Pálpito, para el cual escribe Sácame del apuro, versión en tiempo de teatro bufo de “El camarón encantado”, que conquista los más importantes lauros en la categoría de teatro para niños y jóvenes en los festivales más renombrados del país. Viaja a España como parte de una amplia delegación cubana al Festival de Cádiz. Dirige en 1998 y hasta el 2000 las tres convocatorias anuales de la Jornada de Arte Homoerótico, bajo los auspicios de la AHS desde las cuales aglutina a los artistas cubanos que indagan en los márgenes de la sexualidad desde cualquier perspectiva creadora. Recoge lo más logrado de su poesía en Las estrategias del páramo, que imprime Ediciones Unión en el 2000, y comienza a laborar como jefe de redacción de la revista tablas en su tercera época. Gana en ese año el Premio Prometeo de La Gaceta de Cuba, y obtiene en el 2001 el premio Calendario de ensayo con su libro Carlos Díaz: Teatro El Público: la trilogía interminable, que será editado en el 2002. En octubre de 2001, trabajando ya como asesor de Teatro El Público, viaja a los Estados Unidos de América para participar en el Programa Internacional de Escritores de la Universidad de Iowa, y permanece en ese país durante siete meses, viajando a distintas ciudades: Nueva York, Washington, Chicago, Atlanta, Portland Maine, Miami, etc. A su regreso se incorpora al equipo de redacción de la revista Extramuros y participa en la temporada de La Celestina, que alcanza 150 funciones en Teatro El Público, y prepara una versión del ballet La caja de los juguetes, destinada a Teatro de las Estaciones, agrupación que ya había estrenado su texto-homenaje En un retablo viejo, tributo al núcleo fundacional del títere cubano: los hermanos Camejo. La mayor parte de los espectáculos que asesora para Teatro El Público merece el premio de la Crítica a los mejores espectáculos del año. Participa en el taller para dramaturgos emergentes que el Royal Court Theatre desarrolla en Cuba, acudiendo a la Residencia Internacional de dicha compañía en el 2003 y regresando a su sede inglesa en el 2004 para coordinar una lectura dramatizada de su pieza, junto a otros cuatro miembros de dicha experiencia de intercambio. Se edita en forma de libro su pieza Romanza del lirio, que la revista tablas había publicado como libreto en el año 2000. El sello Alarcos de la revista tablas acaba de publicar La virgencita de bronce, versión de Cecilia Valdés para títeres y público adulto que estrenará el Teatro de las Estaciones.
Sus poemas se incluyen en las antologías de poesía cubana más completas de los últimos años en Cuba, España, México, EUA, etc. Sus ensayos y poemas han sido traducidos al francés y al inglés. Obtuvo la Orden por la Cultura Nacional y el premio Abril. Ha viajado a Rusia, México, España, EUA e Inglaterra.

Thursday, October 27, 2005

Boceto de una noche




Era la una de la madrugada, la parada del bus lucía como mi rostro y te buscaba desde la habitación de mi casa con las yemas de un lápiz. Qué vago se hizo todo, porque eras como un gas filtrándose por la simetría de mi insomnio. Besando la página descansaba tu esqueleto en el sin tacto de mis dudas transparentes. Te hacía valorar como a un lujo por la apetencia de mis sentidos; dándole a comer mi sueño a las libélulas con una actitud malvada.

Te esperé con la edad rota, y tú viniste, virgen de medianoche con el velo de tu cuerpo rasgado ya por la testarudez de mis esperas, y allí me encontraste, sumido en un atolladero de silencio, con un trago de amargura derritiéndose en la mesa y la sombra de dos labios protuberantes, tallados en una servilleta.

Luego mis ojos se establecieron en la ingravidez de tu origen, y las cenizas espantosas de tus lágrimas de gárgolas se diluyeron por los brazos y las grietas del olvido. Sólo quedaron los trazos infinitos de tu negrura, muriéndose sobre el telar de una rosa abandonada ante la levedad de mi tumba...

Daniel Montoly© 2002

Tuesday, October 25, 2005

Los jueves se redactan sin azúcar



La trampa del divan
Álvaro Antón



Nadie encuentra su medida
entre alfabetos
de ademanes azucarados
con blusas húmedas.
El alcance salta,
toma el momento del cuello
-sexo grato-, -grato sexo-
rebaja de carne y huesos:
musical sin rodeos de apetitos.
Se pronostican torrenciales
asaltos inmorales,
los números redactan
memorias de agonía en Broadway
con bailarines.
Un tsunami de pulpos amarillos
oscurecen las avenidas
con humos enfermos,
se enrarece el panorama.
Hay temporal, suenan las nubes,
bajan las faldas a las aceras,
los grillos de látex
estornudan en los penes
y las palomas danzan
en las cornisas de la San Patricio.
El hijo sagrado estigmatiza
cristales de colores
ventila dudas de tréboles
con escapularios rojos y amarillos.
Es jueves, noche de subway,
vagón, muerte con graffitis.
Los ortodoxos garabatos tintan pudores
de negros gigantes en las horas dormidas.


Daniel Montoly©

Friday, October 21, 2005

De la poesía de Haití (por Eduardo Dalter)



Este foto ha sido reproducida del siguiente enlace:

http://www.lehman.cuny.edu/ile.en.ile/paroles/roumain_gouverneurs.html



La historia de la poesía de Haití del siglo XX, en toda su extensión y hondura, tiene a primera vista una relación más íntima, o acaso más afín, con los sueños libertarios de Toussaint Louverture o de Petion que con esta realidad precaria y lastimada de país con más de 90 por ciento de analfabetos, que a la vez soportó una de las dictaduras más arrasadoras y demenciales del continente, como fue la de la familia Duvalier. No obstante, el curso de la poesía haitiana, siempre ahondada en la circunstancia, revoloteando en el destino de los días, es un puente cierto, construido con duras maderas de la zona, que va desde aquellos fervores históricos o míticos a esta realidad tajante, cruda, o, cuando no, sorprendente o inconcebible. La intensidad de esta poesía, inclusive las ásperas polémicas, en torno de la lengua francesa y el créole, o ya del indigenismo, ilustran por sí un enraizamiento situado en el corazón mismo de la desgarradura. Ciertamente, desde el desembarco de los marines en 1915 y de las dos siguientes décadas de diezmante ocupación, el historial de los poetas y escritores de Haití se vertebra alrededor de la persecución, la cárcel, la muerte y el exilio. No existe en América latina un conjunto de poéticas del estremecedor dramatismo de la poesía haitiana, vivenciada y exudada en los bordes, y por momentos, pareciera, más allá del dolor de las palabras. Obras como las de Jacques Roumain (1907-1944, Jacques Stéphen Alexis (1922-1961), Jacques Viau (1942-1965), Felix Morisseau Leroy (1912), Anthony Phelps (1928) y René Philoctete (1932-1998), entre otras, substancian un recorrido humano a herida abierta y, a la vez, uno de los extremos reveladores o prospectivos de la poesía y la cultura de Occidente.

Eduardo Dalter

(Texto de presentación de la Poesía de Haití publicado en Cuaderno Carmín, Nº 16, Buenos Aires, mayo de 2001.)

4 poemas :

Jacques Roumain

Africa he guardado tu recuerdo Africa
estás en mí
como la astilla en la herida
como un fetiche tutelar en medio de la aldea
Haz de mí la piedra de tu honda
de mi boca los labios de tu llaga
de mis rodillas las columnas rotas
de tu humillación
Sin embargo
no quiero ser más que de vuestra raza
obreros campesinos de todos los países...
obrero blanco de Detroit peón negro de Alabama
pueblo innumerable de las galeras capitalistas
el destino nos yergue hombro con hombro
y renegando del antiguo maleficio
de los tabúes de la sangre
pisamos los escombros de nuestras soledades
Si el torrente es frontera
arrancaremos al declive su cabellera irrestañable
Si la sierra es frontera
romperemos la mandíbula de los volcanes
que refuerzan las Cordilleras
y la llanura será la explanada de la aurora
donde reunir nuestras fuerzas descuartizadas
por la astucia de nuestros amos
Como la contradicción de los rasgos
se resuelve en la armonía del rostro
proclamamos la unidad del sufrimiento
y de la rebelión
de todos los pueblos en toda la superficie de la
tierra
y mezclamos el cemento de los tiempos
fraternales
en el polvo de los ídolos.


De Bois d'ébéne (1944; edición póstuma)- Versión en español: José M. Valverde- Jacques Roumain nació en Port-au-Prince en 1907. Fue asesinado en plena lucha política en 1944. Sus obras consideradas maestras, como Bois d'ébéne y Gouverneurs de la rosée, se editaron poco después de su muerte y revelan instancias sensibles de la historia y la cultura hatianas.

Felix Morisseau Leroy

ASÍ OCURRIÓ


Así ocurrió
Jesucristo tenía que morir
Pese a todo tenía que morir
Aun cuando Pilato dijera que no
Caifás insistía tanto
Que se llegó a condenar al Hombre
Tenía días sin comer
Y estaba tan débil
Que al subir al Monte de los Olivos
Con dos maderos al hombro
Iba de tumbo en tumbo
Pilato lo miraba con compasión
Y también los soldados romanos miraban
Fue entonces que por ahí pasó un hombre
Simón Cireneo
Un negro fuerte, como Paul Robeson, pasó por ahí
Miró aquello como sólo los negros saben mirar
Pilato sintió lo que el negro tenía en su corazón
Y a los soldados hizo una señal
Todos se echaron sobre Simón
Y con fuerza lo apalearon
Luego le dijeron: toma la cruz y cárgala
Simón tomó la cruz
La tomó de la mano del blanco
Se echó a correr con ella
Se echó a cantar
Se echó a bailar
Bailó cantó
Se fue corriendo hacia arriba
Dejando atrás a todos
Regresó cantó bailó
Hizo girar la cruz sobre su cabeza
La echó al aire
La atrapó
La cruz quedó bailando sola en el aire
La gente gritó milagro
Y cuando cayó la cruz
Simón la tomó
Bailó mucho con ella
Antes de devolverla a Jesús
Desde entonces
Cuando es muy pesada una cruz
Cuando algo pesa demasiado
para las fuerzas de un blanco
Llaman a un negro para que cargue
Después bailamos cantamos
tocamos el tambor
tocamos el bambú
Nuestra espalda es muy ancha
Cargamos la cruz, cargamos el fusil,
cargamos el cañón
ayudamos al blanco
cargamos los crímenes
cargamos los pecados
cargamos por todos.

Felix Morisseau Leroy nació en el pueblo de Jacmel en 1912. Algunos críticos lo señalan como una de las más destacadas voces de la historia de la poesía de Haití. Su libro Dakout, al que pertenece este poema, data de 1952. Escribe en créole y es un defensor de la literatura en esa lengua.


Anthony Phelps

Pero dónde pero dónde
adónde se va a retumbar la tormenta
Pero dónde pero dónde
adónde se va a aullar el viento
viento revocador tumbador de estrellas
Había una vez una Ciudad
Había una vez un País
Cuando la boca como luna soñadora
esconde la cara bajo las palabras
Cuando la vida en ropas de Príncipe
voltea la espalda a la ventana
hasta el sol
hasta el sol está desnudo
Había una vez un País
Había una vez una Ciudad
Pero dónde pero dónde
Pero dónde
Mi memoria tiene tanto dolor
de garganta


De Méme le soleil est nu (1983)- Versión en español: Lazlo Moussong.- Antonhy Phelps nació en Port-au-Prince en 1928. Vivió durante muchos años fuera de su país. Fue cofundador del grupo poético Haití Littéraire en 1962, que marcó un hito en las letras de su país. Su obra Méme le soleil est nu se reafirma entre sus páginas.

Jacques Viau

NADA PERMANECE TANTO COMO EL LLANTO
VII
Hemos ido acumulando corazones en nuestro corazón,
palabras en nuestra voz quebrantada por azadones.
Hemos dejado huellas por todos los caminos
y algunos de nosotros ya no estamos.
Hemos ido de manos con las sombras.
Nuestro andar es un grito estacionado.
Por cada paso, un día que transcurre.
Por cada palabras, mil palabras que vocifera la prole.
Qué será de nosotros después de esta larga travesía?
Poco importan si el mármol o la piedra eternizan
nuestro corazón de húmedo barro.
Nos basta con que nuestra voz perdure en la voz
del amigo, en la del compañero de rutas que nos tendió
la mano cuando se aproximaba la caída.
Hemos llenado muchos de los vacíos que nos legaran.
A otros toca llenar los que nosotros dejamos.
Apenas tuvimos tiempo para remendar la herencia.
qué corazón irá nuestro corazón a depositarse?
A qué silbido irá nuestro silbo a renovarse?
Nada sabemos,
cumplimos una jornada que empezó antes que nosotros
y que no concluirá con nosotros.


Nada permanece tanto como el llanto (18 poemas) escrito en español; este poema VII es copia de esa versión original. Jacques Viau nació en Port-au-Prince en 1942. Perteneció a una familia de perseguidos políticos, que se refugiaron en Santo Domingo. Fue abatido durante las insurrecciones de 1965 cuando aún no había cumplido sus 23 años. El poeta haitiano René Depestre destacó "la alta facultad de radiación de su palabra".



Nota:

Gracias a la labor incansable que viene desarrollando Isla Negra como centro de difusión internacional de la poesía tengo el gusto de poder compartir este interesante trabajo y cuatros poetas haitianos. Isla Negra cuenta con una dinámica red lectores y colaboradores, y gracia a ella tuve la oportunidad de conocer el estudio que viene realizando Eduardo Dalter sobre la poesía haitiana.
Un trabajo encomiable viendo la poca atención que se le ha prestado en Latinoamérica a la literatura haitiana.

Haití a dando grandes poetas y novelistas como Jacques Roumain, a quien Langston Hughes tradujo al inglés en poemas memorables que sirvieron a cimentar la base de lo que sería más tarde la llamada corriente negra o poesía basado en los ricos elementos aportados por los esclavos africanos dentro de la cultura caribeña.

Agradezco la amabilidad de Eduardo y Gabriel por concederme la oportunidad de reproducir este trabajo y los poemas que lo acompaña aparecido en la última entrega de Isla Negra.

Daniel Montoly

Thursday, October 20, 2005

Mimetismo



GRITO Y SILENCIO
ALVARO ANTON


Instantáneas noticias favorables
-Octavio Paz-

Recuerdo aquel cuadro en el museo
aquello tarde lluviosa
aquella escena renacentista
aquellos labios
salvados del holocausto del tiempo
esperando por mis ojos
para ser besados.
Su color se derramó en mi rostro.
Al salir del trance
ya no era un cuadro sino su mimetismo.

Daniel Montoly/© 2005

Tuesday, October 18, 2005

Orígenes autóctonos



LOS PENSADORES LISERGICOS
ALVARO ANTON


Estallo en juicios justos.
Entre almohadas
de páginas
trazo mi voz, mujer desnuda,
atada a las estelas
de la ceniza
y al polvo sabático.

Conozco lugares
en botellas marítimas,
sé del olvido que nada
en el sexo visual
de apetitos inconformes.

Creo estar ciego
entre hectáreas oscuras;
me calmo y cruzo
la sustancia caótica.

Los templos emplazan
a la lengua infinita
para subir del fondo:
pez de pan y de piedra.

Tengo las herramientas:
un reloj, una tambora,
un sitio claro
donde descuartizar milagros;
altar de Abraham
para ofrendar mi víscera
al verso libertino.

Traigo un poema
en mi raíz autóctona,
un ikebana de mi trópico
de pobres danzarines negros.

Daniel Montoly©// 2002

Sunday, October 16, 2005

AGUALUNA

Prólogo

Creo que fue Robert Desnos quien sintetizó en dos versos dirigidos a su mujer, Youki, la intensidad misma del amor: “Tanto amé tu sombra, que ya nada me queda de ti.”
Digo esto porque los poemas de Gabriela Delgado necesariamente nos remiten a los poemas del amor.
Son muestras y sueños de una carta entrañable, de textura doméstica y adorable sensibilidad. Acaso, porque su poesía se entreteje de imágenes que hacen posible un replanteo significativo del deseo, la pasión y la realidad, como principio y angustia. Así se nos revela su espíritu, como el de una seductora que es “seducida” por el lenguaje lírico de un libro que es una metáfora en sí, AguaLuna, reducto de la fascinación y del vértigo del diario vivir. He ahí su misterio y su canto. El goce y el dolor. Todo esto, nos asombra y nos convoca, entre luces y sombras, a la música que toda verdadera poesía engendra y al verbo revelador de la forma, como primer paso en la lectura de estos versos que van ramificándose como una partitura del corazón.
De Gabriela Delgado podríamos decir que congrega en el paisaje de este primer libro, una fina percepción que se advierte a flor de piel, demostrando una imprescindible calidad en el momento de articular las palabras.
Su discurso lírico pone al desnudo a una “artista de la palabra” que cristaliza los estilos literarios de su tiempo y como tal, lima de asperezas cualquier deslizamiento en la construcción de su propio lenguaje.
Resplandece su obra, que es comunicada desde lo más íntimo del alma hasta desencadenar en episodios de verdadero canto a la naturaleza, con simplicidad y belleza, poniendo en evidencia un rico universo poético, configurado mediante la energía de dos tipos de material: el psicológico y el espiritual.
No obstante eso, Gabriela Delgado, nos invita, en un pequeño poema, a descifrar sus “Instrucciones para el amor”, como una inaplazable guía de sus otros textos de AguaLuna: “Descreer de la cordura./ Rescatar la memoria y el instinto./En ritmo de cortejo fusionar las mareas./ Ensambladas las manos sin guantes de rutina./. Hurgar con la boca los húmedos secretos/ lamiendo la sal del deseo...”
Tal es así, que los temas de AguaLuna, son variaciones en profundidad de la razón íntima de su canto. En esas peregrinaciones se devela su poesía, ya sea como desciframiento o superposición parcial de las penas ocultas que el alma encierra, como destellos de los presentimientos que van a desembocar necesariamente en el dolor más oculto. Entresacamos algunos versos de “Remitente”, lo que arroja alguna luz de su espíritu al descubierto: “Cobarde y perezosa/ como para mostrarme sin escudo...” donde se anuncia, sin vacilaciones, al exponer más adelante, en descarnado discurso, que protege “el sueño que aún sueña”, para no volverse una sombra, “ni una pagana del amor descreída.”
Es en estos encuentros y desencuentros consigo misma, que Gabriela Delgado, asume el placer y la congoja a un tiempo, como si fuera una página más de esa galería de sensaciones, atribuidas al fuego de la ensoñación o al despropósito del más rendido estupor que rubrica cada fracaso. En ese ánimo, se anuda y desanuda AguaLuna.
Pero también está el orgullo herido que asoma de un corazón expuesto al sacrificio. Todo sentimiento humano está abierto al dolor y al sacrificio por el ser que se ama. En el poema “Ella”, encontramos esa manifiesta realidad que se empecina en no desaparecer como un nuevo dolor en la misma herida: “Aun tratando de engañarte/ mi piel no tendrá su perfume/ a lejanía e imposible.” mostrándose desnuda a esa realidad que entiende pero no olvida: “No quiero ser ella en tus besos,/ ocupar su espacio en el abrazo./ No voy a cobijar tu espejismo./ Es mejor mantener tu sueño alado/ aunque hoy no lo entiendas.”
El merecimiento de haber ganado este primer premio otorgado por la editorial Nuevo Ser, nos abre un horizonte humano sin fronteras; en este sentido es conmovedor leer la primera página con que la escritora abre su poemario.
En “Remitente”, Gabriela Delgado se presenta: “Soy yo, así como lo adivinas y la otra que se escribe gota a gota”, una otredad que mana de un reflejo en el espejo

En una palabra: este libro nos muestra, en una redimensionada visión, el espectáculo de su universo poético. AguaLuna nos remite a los contrastes y ambivalencias de la vida en una poesía escondida en los rasguños, en busca de un mundo iluminado, donde vive, es vitalidad y es luz emanando de la luz. Y esto es inherentes a todos nosotros, los amantes de la literatura.
La lectura progresiva de AguaLuna nos trasmite a los lectores una visión de la dimensión de su poesía; el silencio la protege e impresiona, dándole lugar y tiempo para reflexionar, aquietarse en silencio y dejarse fluir libremente respetando su espíritu.
La temática de su escritura persigue consolidar ese engranaje ya presentido, auspiciando, ahora sí, una unión de ritmo y concepto.
Es en esa vertiente, donde el texto logra su objetivo inicial: la poesía se convierte en canto, en música, en color, es decir, en la combinación inseparable que da vida a las imágenes.
Definitivamente puede haber comenzado como una reminiscencia del Cantar de los cantares o los Veinte poemas de amor de Neruda. Todo es posible. ¿Qué poesía de contornos confesionales no lo es?
Quizá todavía esté latente en los versos de Gabriela Delgado aquella cita de San Agustín: “la medida del amor es la de no tener medida”.
Pero lo que debemos advertir, más allá de sus precisiones o imprecisiones, es que a lo mejor, detrás de cada palabra, hay un ángel...
Norma Padra


Selección de poemas:

AguaLuna:

A Agustín, reflejo del agua
y a Lucía, luz de la luna


Selección de poemas:


**Fuera de su cauce**

Sangra el agua fuera de su cauce.
El atardecer mece muerte y silencio.
Arrastra esperanza de pájaros idos.
Esfuerzo de tierra y rancho.
Gimen los árboles de inútil sombra.
Se oxidan sus hojas sin savia.
Mar, casi río.
Nada lo detiene. Nada.
Se ahoga la tierra.
La mano, implorante en vano.
Galpón, sueños caídos y mantas.
La noche sepulta los cardos.

(2° premio - Centro de Capitanes de Ultramar y Oficiales de la Marina Mercante - 2001)

**Tarde de invierno**


Se viste de espejo
la soledad de la vereda.
El invierno se refleja
en adoquines
de vieja plata.
Tiñe el andar
de los que simulan
ignorarlo.
Trepa incansablemente
los muros,
borrando colores.
Regresa a tiempos pasados,
de ciudadela y medioevo,
de armaduras y espadas.
No hay cielo,
solo una hoja en blanco.
Baja la niebla.
Ecos del silencio.
En el gris del paisaje
se pierden los pasos.
de la tarde.


**Llegada a Río Grande**

Tengo mi recuerdo desbordado de Sur.
Ojos de hielo que se mezclan con los míos.
En una madrugada arrancada por la fuerza
a la más larga de las noches,
llegamos mis sueños y yo, cargados de poesía.
Paisaje duro y nuevo.
Calles, costas, campos quemados de frío.
Horizonte de mar y barranco. Arenas heladas. Río.
El viento se deshilacha hasta detenerse,
en galas de estaño se proclama el día.
Se pierden las ausencias en la anchura de la tierra
y deambula mi mirada, insaciable,
capturando cada hebra de ese suelo.
Piso con pies de peregrino, con cuidado,
cada camino tatuado en piedras de esfuerzo.
Respiran profundo mis poros, para robarse el momento
y estallar frente al fuego que crepita adormecido,
encallado en la memoria, adentro y afuera.


**Del sur**

Al Museo de la Ciudad de Río Grande


Cicatrices de la historia en el escenario del Sur.
Extintos dueños de la tierra
que vuelven en pedazos del pasado.
Leyendas de desnudo, grasa de foca.
Guanacos y cueros.
Simple vida. Astiles de murta. Flechas de piedra.
Entorno de espejo y hoguera.

Un dios blanco, arrogante, a fuerza de bozal,
quiso cambiar su credo y su lengua.
Desarmó su mundo en rompecabezas.
Para incluir el oro, el petróleo, las ovejas.
Domó su corazón indio
engarzándolo en otra vida
atada de ropa y costumbres nuevas.
Aquellas que matan de a poco.
Esclavitud, despojo y soberbia ajena.
La arcilla los fue moldeando sepulcro,
recuerdo, abandono...

Hoy, algunos que llevan su sangre
o toman la posta de su orgullo,
honran cada rito que recuperan,
cada surco alambrado que liberan.
Para sacarle el arnés a la memoria.
Para que el espíritu de corcel agraviado
vuelva a dejar huella, sin herradura, en la tierra.



**La muerte del bosque**


Se muere de asfalto el bosque
y con el caer de la tarde
suspira su último verde.
Sus ramas se vuelven sombra.
Silueta fantasma.
Sus colores se vuelven ocre.
No habrá luna esta noche.
Se niega a presenciar el desmonte.
No habrá grillos ni búhos.
Se muere el bosque.
El aserrín en el aire
huele a sierras, a hombres.


**Secretos de gato**


Fantasma antiguo
de mirada profunda.
Reflejo de misterio
en su azabache de almendra.
El arco de su lomo
dibuja pereza.
Piruetas jugadas con instinto
de incansable cachorro.
Sigiloso juego de caza,
caricias de acero,
silencio de sombra.
El imán de sus ojos
guarda con recelo
secretos de gato.

(Mención de Honor- Bienal “Rega Molina” – La Plata - 2000)

**En blanco**

Una en mil.
Sombras azules de mí misma.
Rompecabezas de sueño y presagios,
pequeñas piezas del pasado.

Claroscuro del presente,
laberinto apresurado
en pasos superpuestos.
Poco reloj para mi tiempo.

Luces del futuro,
silueta encandilada de rendijas,
soy muchas y una sola.
Se une mi arco iris en el blanco.


**Pasos sobre el agua**


Un camino de preguntas hace mi historia.
Pasos sobre tierra firme, sin dudas.
Otros sobre el agua, luna marina,
donde los porqué, sin respuesta, flotan.
Pasos a la nada que me alejan de mi misma.
Otros sin huellas, sin marcas.
Espiral de ida y vuelta que demora la llegada.
Pasos de surco profundo tallados en afecto.
Cada uno distinto. Todos sangrados.

Sumo. Camino cada día.
A veces el horizonte está tan lejos
que parece que recién comienzo.
Será imposible con lo que me resta
llegar a puerto.
Hay otras donde no camino. Vuelo.
Lo inalcanzable entra en escena
y aquello que hace un minuto estaba tan lejos,
está en mi mano.

**Sin titulo**

Me dibuja un espejo. Contornos inciertos.
Se absorbe mi luna, herida de vacío.
Me diluyo lentamente en la luz de la tarde.
Visión de ciego que arrastra sombras.
Me dejo caer en suspiros vencidos.
Empuja el viento, sensación de nube.
Me permito partir en la cresta de una ola.
Regreso al mar con acunada inconsciencia.
Y es allí, lamiendo sal y soledad,
vistiéndome de infinito y algas,
donde puedo poner mis pedazos
de nuevo juntos.


**Un vaso ebrio**


Pacto con un vaso ebrio de fantasmas
la secreta presencia del recuerdo.
Verdugo en la sombra de mis ojos.
Temporal de ausencias.

Pacto para extraviar mis sentidos,
para que el olvido me arrastre manso.
Lava, fuego, ruina marcando cada trago.
Cuna de inconsciencia.

Pacto con el ebrio fantasma derrotado
para que borre las huellas de estos años,
para que precipite el estallido de un vaso
que ya no sostiene, mi mano.


(2° premio – Aniversario de la UNI – Universidad de Luján - 1999)


**Quien**

Quien, amigo, va a darme su hombro
para llorar el presente y el pasado.
Quien, nodriza, tomará esta orfandad de niño
con el calor de sus manos,
y me prestara sus ojos
para descubrir un mañana.

Quien, pescador, remará a mi lado
corriente en contra,
el espejismo de mis tormentas
y se detendrá en un puerto calmo.

Quien, vigía, va a darse cuenta
que yo también necesito,
inventar atajos,
recorrer laberintos,
hallar el destello de un faro.

Quien, sacerdotisa, honrará mi credo,
predecirá mis sueños,
celebrará la vigilia de un hechizo
y hará del amor una cábala.



**Indicios**

Volver a empezar cada día, sin sol.
Ensimismada, la calle.
Entre paréntesis. En ascuas.
Un hormiguero en la vereda,
ni contraseña, ni cara.
Y la indiferencia de cada paso,
mueca indeleble entre líneas,
tajante el silencio.
El mundo se ha detenido.
Las puertas, cerradas.
Las máscaras propias y ajenas.
Nadie escucha, ve o siente.
Nadie late, sonríe o ama.
Una luna desteñida
ampara la niebla cotidiana.
Me rebela esta anestesia
y la sensación de andar a tientas
sobre un camino de guijarros.




Con la nostalgia como abrigo.
Sin palabras ni poesía,
sin lugar para recuerdos,
ni sueños nuevos.
Comienzo a sentirme rota.

(Mi favorito)

**Quizás**

Entre la cara y la ceca de una moneda
puede encerrarse la vida.
Rueda la rutina por su canto.
Rueda y gira.
Unos venden, otros compran.
Tiempo, amor, fantasías.

Entre la forma y el fondo de una palabra
puede escribirse una historia.
Dos puntas. Un mismo ovillo.
Opuestas verdades
que se citan en una esquina.

Entre el cielo y la tierra de una rayuela
puede pintarse un sueño.
En colores de sol y arco iris.
También pesadillas
en grises de furia y tormenta.

Entre un vos y un yo
pueden suceder muchas cosas.
O quizás nada.
Solo requiere un segundo, dos miradas.
Sucede un pequeño milagro
o quizás nada.


**Cuento**
a Mario Benedetti


Descubro un pequeño hilván de luz
entre las piedras de tu idioma.
Vuelvo a tomar mi curiosa lupa de adolescente
para preguntarme porqué intuyo tanto
del otro lado de tu muro.
Me sorprendo a mí misma
prostituyéndome en tu música.
Un claro de luna despunta mi primera mañana.
Bostezo una sonrisa de día nuevo. Canto.
Sin la voz de tu soprano preferida, pero canto.
Maldice quien intentó morir tantos años.
Renace aquella, que sin saber porqué,
se puso en tus manos.
Será que tus ojos me relevan de ausencias
y cada renglón que escribo,
cada renglón que ocultas,
construyen la palabra mañana.
Sin presagios ni augurios. Una sola promesa:
“ abrir nuestro libro en una página cualquiera
y releernos, cómplices de una historia ya contada.”
No importa cuan largo sea el texto,
cuan profunda la mirada,
vuelvo a encontrarme mujer en tu espejo,
niña en tus versos, extranjera en mi pasado.
Sin la vergüenza de desnudar lo que siento,
o por darme esta tregua de corales en tu almohada.
Hago juego y apuesto a tus palabras:
“ Alicia en el país de las maravillas es un cuento”.
Hay cuentos que merecen ser contados.




**Un día distinto**

Ruedan las lágrimas más allá de mi esfuerzo.
Lloro porque se desborda el alma
mientras el sueño te lleva lejos.
Tu mano se desliza dejando la mía vacía.
Ese hueco que sostengo con fuerza
abarca la sospechosa certeza
de no poder llegar a tu exilio;
mensajes escritos en idioma de silencio,
puertas para las que no tengo llave.
Pero también, las palabras de tu cuerpo
y los destellos que escapan de tus ojos;
enigma falto de cordura, que sí entiendo
porque el azar hace que dibujen,
en un bastidor de tiempo,
las mismas filigranas que los míos.
Ese hueco sujeta las huellas vagabundas
que marcamos pese a que no hay camino
y devuelve con fidelidad de espejo
el nudo que hemos trenzado
para que las nostalgias no crezcan;
el tácito trueque que pactamos cada día,
en ese lugar tuyo y mío,
pequeño jirón de espacio y de tiempo,
donde no caben los grises
y la vida toma, por momentos, forma de caricia.


( 2° premio – Centro Nacional de Escritores – Córdoba – 2001)



Cada tanto en mi vida
tropiezo con la misma piedra.
Postergo mis desgarros,
a cambio de un sueño
sólo obtengo arena.

(1° premio – “Argentina y sus escritores” Editorial Nuevo Ser - 2002)

**Suicidio**

Se encuentran, y no por casualidad, él y ella.
Ambos con un afuera formal y respetable.
Un adentro, por momentos sombrío o amargo.
Ella, un arma de fuego en desuso con óxido en el alma.
Raro estilo, finas cachas, pocos duelos. Casi sin marcas.
Él, coleccionista o curioso desarmador de enigmas.
No ha hallado aún la pieza que le falta.
Unos segundos para evaluarla. La toma en sus manos.
No piensa: -“La llevo”- Acaricia el gatillo.
Tal vez sea posible usarla.
Requiere algunos ajustes, aceite
y una baqueta que pueda limpiarla.
Se inicia entre ellos el largo juego de repararse.
Un vaivén de baqueta y alma
más digno del sexo que de las armas.
Él, en sus sueños, le hace el amor lentamente.
En su eterna vigilia, ella lo acompaña.
Se repite el rito cada día, a un costado del mundo.
Tal vez el coleccionista pueda usar con ella su única bala.


Gabriela Delgado

AGUALUNA

AguaLuna Hoy tengo el gusto de presentar a la poeta argentina Gabriela Delgado quien con sumo gusto aceptó nuestra invitación de publicar en Wrong Side una muestra poética de su libro AguaLuna. La poesía es una extraña que muchas veces florece contraria a las expectativas del desarrollo económico como sucede actualmente en los países suramericanos donde se asiste un autentico boom literario. Para nadie es un secreto los difíciles momentos que atraviesan las naciones del llamado cono sur, pero no menos cierto, es que, parece ser que la respuesta a ello ha sido buscar un refugio en el arte como raíz de supervivencia ante la debacle socioeconómico.

Octavio Paz formuló una enconada crítica contra quienes vinculaban el desarrollo económico con la calidad literaria. Fustigó con palabras duras la rotulación de “literatura subdesarrollada” que algunos críticos hicieron y estaba en su justa razón al hacerlo. Argentina es un ejemplo plausible del planteamiento de Paz. A pesar de lo precario de la situación económica los intelectuales todo lo contrario de bajar la guardia o marcharse al extranjero han enfrentado el problema haciendo uso de diversas facetas del arte como una forma de expresar su reafirmación de fidelidad con su país y con sus gentes. Gabriela Delgado es una poeta que replantea la tradición incorporándole elementos propios de la contemporaneidad para darnos una rica expresión de su acervo en un lenguaje universal, entendible, por tanto, a cualquier lector de cualquier cultura.

Su poesía evoca esa reflexión cosmogónica de la existencia entre el uno observador y el todo observado, alterando con el empréstito de la visión la forma de cómo estaban configurados los elementos, previo a la búsqueda de su esencia dentro de la poeta. En su libro puede encontrarse poema con imágenes que deslumbran la conciencia, pues nos inducen a experimental ese deseo por acceder a: Dibujas tu espiralado deseo./ Forma de vieja memoria e instinto/. Geometría y trampa. En Gabriela Delgado la poesía adquiere un maternal tono de ternura y ella misma se transfigura en la naturaleza con la simple mención de ella. El aspecto histórico por que ha transitado la tierra del cono sur, encuentra también un espacio en la vasta pluralidad de su poesía.Los pueblos primarios que crearon las simientes del rico embrión de la literatura latinoamericana, sus cantos, sus reclamos, sus dolores, los atropellos y por último:“Un dios blanco, arrogante, a fuerza de bozal,/ quiso cambiar su credo y su lengua.” AguaLuna es la compilación de varios libros que obedecen a diferentes etapas de la poeta, por tanto encontrarán varios poemas con diversidad de enfoques. La vertiente amorosa también encuentra lugar entre los poemas de la poeta Gabriela Delgado. Sus notas melancólicas y nostálgicas con que evoca la dolorosa presencia del amor en estado fragmentado, y ella, la voz, sintiéndose rota, nos brinda su poesía con el feeling del blues. En este caso del blues latinoamericano.

Su libro viene acompañado de un rico prólogo de la critica argentina Norma Padra, quien hace un inmenoso recorrido para brindarnos la oportunidad de conocer las venas de donde viene la poesía de Gabriela Delgado.

Pedimos disculpas por no poder mostrar aquí todos los poemas, sino una pequeña muestra como el espacio mismo nos lo permite.Daniel Montoly

ENCUENTRO LITERARIO

Thursday, October 13, 2005

Viejas deudas



Cuerpos Terrestre.
Álvaro Antón

Esta noche obnubila los techos ancianos.
Coloco una mano en tu boca,
recobro viejas deudas no saldadas
y un oleaje irrebatible
emerge de tu fondo.
Entonces asistimos a ser sal,
mientras la luna observa,
sollozando en ira.
Las estrellas se aproximan
queriendo vernos desnudos
dibujar deliciosos pentagramas azules
con la desgarradora soledad en las miradas.

Daniel Montoly© //2002

PENSAMIENTO

PENSAMIENTO (veintidós)



Él era un relámpago en las ventanas,
escucharlo traía liebres en las noches de rutas.
Desiertas cintas de cemento con olor a madrugada.

(¿Como sería encandilarse en sus ojos?)


¡Ay! de las iguanas que no hallan el sol,
él abordaba sus días cándido y atrevido
asombrado en los laberintos de una espalda,
aquella mujer le hacía temblar el corazón.

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PENSAMIENTOS (catorce)


Abro ventanas en mi espalda, y veo,
el mar esculpido en tus ojos
que me mira y mira cuando duermo.

(¿Acaso era de nardos aquella falleba que el viento golpeaba?)

Abrigo tus pies con gasas halladas en el viento,
velamen de barcos en arenas de sueños.
Magia de los ventanales abiertos,
extraña plenitud estar con mis omóplatos pintados,
iris de amor, ay! marinero.

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MIRARLO en agua
de la serie: Pensamientos (19)





Él tomaba todos los recaudos.
Todas las cuevas del factible ascenso,
del tiempo de no permitirse.
Ahogado, irremisiblemente, en llanto.


(¿Acaso firmamento habría que no cupiese
en las ventiscas de sus ojos?)


Él cabalgaba todos sus silencios.
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SOLEDAD de plumas
Serie: Pensamientos (r)



Eran las copas de las palmeras dientes en cúspide,
soñadoras del Gran Pájaro entre almohadones de seda.
Nido de cocos leche dulce habitando un sueño azul en mi boca,
él no vendría.


(¿Acaso yo lo vi -dueño del beso- agitando una estrella?)


Eran las yemas de mis dedos tactando plumas sin latidos.
Cajas añoradas de celos en luna menguante.
Edredones abiertos mi rostro hundido en ellos,
él no vendría.
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MEMORIAS en la boca
Serie pensamientos (seis)



De omóplatos invertidos resigna la tarde su melancolía,
se redondean mis párpados columpios del agua sin aljibe.
Él caverna sus brisas en mi pelo.


(¿Acaso serían tus nombres los grafos de la voz encadenada?)


Recuerdo el crujir de las sedas en los dientes,
nácar que cultiva lunas, amapolas tibias de sus labios.
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RESIGNACIÓN
serie: Pensamientos (16)



Sostengo espaldas cual riscos que caen,
irremediablemente.
-¡Ay, mi amor! Sueño. Sueño con un rapto-
Un bote de remos verdes y una mar que me salpique o bañe.


(¿Acaso fueron los besos allá en el faro
acantilado cuerpo tuyo robando mi cuerpo?)


Navego este octubre salvaje de sal y espuma
-añoro Klimt dans le ferme en Haute-Autriche-
Sabiendo que nunca será tálamo nuestro.

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OFRENDA
Serie Pensamientos ( diez)




Obertura ígnea la caja de su boca.
Amanecíamos en zumos de naranjas
el blanco hollejo transmigrando azúcar.


(¿Acaso duele vivir de nudos dulces?)


Oh, tú, amante críptico hilador de sedas,
tumbas azules ofrezco.

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La Tormenta
Serie Pensamientos


Daban brújulas sus ojos como verdades esculpidas en el agua,
clepsidras de ébano los cuerpos cronos implacable.
Lo recuerdo, él giraba planetas en mí. Dibujaba mis venas.


(Cuando sean las sombras cristal de mica su rostro
la noche preñará ciclones)


¡Oh! de nuestra casa, tan nuestra como un árbol
enhiesto árbol mástil de su fronda, silo de pájaros.
Él rotaba meridianos. Escultor de mapas, él se mentía.
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Rosa Buk

Poeta argentina vinculada a la comunidad artística argentina y que desarrolla varias disciplinas del quehacer artístico. Como forma de proyectar a otros poetas hispanoamericanos y sus obras hemos decidido emprender la tarea de publicar cada cierto tiempo una muestra o selección poética para disfrute de quienes visitan este espacio.
Wrong Side, es un espacio dedicado a la diversidad y a dar cabida a las posturas divergentes que existen dentro del arte. Partiendo de estas dos premisas encontrarán siempre aquí trabajos de diversos autores con enfoques muy diversos entre sí como forma de no caer en el clásico tipicismo concretita que se manifiesta en diferentes facetas del pensamiento contemporáneo.

ROSA BUK

Nacida en Munro, provincia de Buenos Aires, recorre caminos del éxtasis a través de la danza, la música, el teatro, deshilvanando escenarios de cartapesta con perfume a milagro (Inst.Superior de Arte del Teatro Colón). La escenografía y el vestuario son los recursos utilizados para soñar y hacer soñar a otros.

El sino de la docencia, del guía, le da volteretas en olas de alumnos, ( EMAD, Escuela Municipal de Arte Dramático) gozando con ellos el descubrimiento del Espacio Escénico.

Senderos del Siderio la llevan a estudiar los cielos en la tierra (Astrología Humanista, Casa XI), complentando algunos circuitos del Viaje

Las palabras del adentro y el afuera se unen en puentes intransferibles (coordina Talleres de Escritura Creativa), la poesía asoma plagada de margaritas y ópera italiana, o quizás Chagall con gallos azules. Este es su compromiso hoy.

Harold Pinter, Nobel de Literatura 2005

CONOCIDO POR SU ACTIVISMO POLÍTICO El dramaturgo británico Harold Pinter, premio Nobel de LiteraturaEl autor, también guionista y actor, ha escrito 29 obras, entre ellas 'La fiesta de cumpleaños' y 'El portero' - La Academia Sueca subraya que es 'el más destacado representante del drama inglés de la segunda mitad del siglo XX' ELMUNDO.ES AGENCIAS
Harold Pinter. (Foto: REUTERS)


Un dramaturgo muy político
Harold Pinter, Nobel de Literatura 2005
El Escorpión escribe sobre Pinter
Página web de Harold Pinter


ESTOCOLMO.- El controvertido escritor británico Harold Pinter, considerado el dramaturgo vivo más importante, ha sido reconocido con el premio Nobel de Literatura 2005. Nacido en Londres en 1930, Pinter dejó este año la dramaturgia para centrarse en la poesía y en el activismo político y su nombre no estaba en las quinielas para el premio.
Tras conocer la noticia, Harold Pinter se declaró "abrumado". "No he tenido tiempo de pensar, pero estoy muy conmovido. Es algo que no esperaba para nada en ningún momento", dijo el dramaturgo británico a los periodistas a la puerta de su casa en Londres. Preguntado por qué creía que había obtenido el galardón, el escritor, de 75 años, se limitó a responder: "Eso me pregunto yo".
Pinter, también guionista y actor, ha escrito 29 obras teatrales, entre ellas 'La fiesta de cumpleaños', 'El portero', 'El retorno al hogar' y 'Betrayal', 21 guiones, entre ellos 'The Servant', 'The Go-Between' y 'La mujer del teniente francés'.
Además, ha dirigido 27 producciones, incluidas 'Exiles' de James Joyce, 'Oleanna' de David Mamet, siete obras de Simon Gray y otras tantas propias. La última fue 'Celebration'.
El autor ha sido galardonado con el Premio Shakespeare, el Premio Europeo de Literatura, el Pirandello, el Premio de Literatura británica David Cohen, el Laurence Olivier, y el Molière de honor a toda su carrera. En 1999 ingresó en la Compañía de Literatura de la Royal Society.
Anuncio sorpresa
La Academia Sueca señala en su argumentación que Pinter deja al descubierto en sus dramas "el precipicio que hay detrás de la conversación diaria y que irrumpe en los espacios cerrados de la opresión". Además, añade que Pinter es considerado "el más destacado representante del drama inglés de la segunda mitad del siglo XX".
El secretario permanente de la Academia Sueca, Horace Engdahl, ha justificado la concesión del Nobel a Pinter por la elaboración literaria que hace de problemas políticos. En unas declaraciones, Engdahl ha señalado que el escritor "comenzó con un punto de vista de base existencialista en los años cincuenta y sesenta, pero luego se volvió cada vez más político. Cada vez se dedicó más al sufrimiento de origen político".
En sus dramas, Pinter "crea situaciones dramáticas a partir de conversaciones cotidianas, que para nosotros ponen en evidencia la existencia humana de una manera única", ha añadido.
El anuncio fue una sorpresa, ya que el nombre del dramaturgo no figuraba en ningún pronóstico. Pinter celebró sus 75 años el pasado 10 de octubre.
El último británico premiado fue en 2001 V.S. Naipaul. El año pasado fue distinguida la austríaca Elfriede Jelinek, lo que causó una controversia entre el jurado revelada recientemente.
Uno de sus miembros, el profesor Ahnlund, publicó un duro ataque contra ella, considerando su elección "un daño irreparable" al Nobel por la escasa calidad de su obra. Ahnlund dirigió también su diatriba contra sus compañeros y se dio por excluido de la Academia, cuyos 18 miembros son vitalicios.
Contra la guerra de Irak
Además de por su producción literaria, Pinter es muy conocido por su activismo político. Durante años ha denunciado los abusos cometidos por los estados más poderosos en el mundo, como en el caso del bombardeo de la OTAN sobre Serbia o la invasión de Irak.
El pasado mes de marzo, Pinter sorprendió con el anuncio de que estaba decidido a volcar todas sus energías en la poesía y en el activismo político. Además, de línea dura. El autor, de 74 años, llevaba ya años expresando contundentes opiniones acerca de la situación política de su país y del mundo. Su posición se radicalizó tras la guerra de Irak, que le llevó a calificar a Tony Blair de "idiota iluso" y a equiparar con el régimen nazi al Gobierno de Bush, al que calificó de "asesino de masas".
Su poesía también iba a estar teñida de ideología. "Creo que ya he dejado de escribir obras de teatro. Me parece que he escrito unas 29 piezas de teatro. ¿No le parecen suficientes? He descubierto otras formas de expresarme", explicó el autor a la BBC haciendo referencia a su nuevo género literario.
Obra de Pinter publicada en España
La editorial guipuzcoana Hiru publicó en 2003 un título del autor británico en un volumen que reúne cuatro obras 'Polvo eres', 'Luz de luna', 'Tiempo de fiesta' y 'El lenguaje de la montaña'. Para Eva Forest, directora de Hiru, se trata de un premio "muy merecido que probablemente tenga mucho que ver con su compromiso político, aunque su calidad artística es indudable".
La argentina Losada publicó este año un primer volumen con las obras 'El amante', 'Escuela nocturna' y 'Sketches de revista' (este último incluye las piezas 'Disturbios en la fábrica', 'El blanco y negro', 'La parada del colectivo', 'El último' y 'Oferta especial'). Posteriormente, se ha editado un segundo volumen con los textos 'El cuidador', 'Los enanos' y 'La colección'.
El próximo mes, Losada publicará ocho títulos más en un tercer volumen, que incluirá 'La fiesta de cumpleaños', 'La habitación', 'Un leve dolor', 'El blanco y negro', 'El examen', 'El montacargas', 'El invernadero' y 'Una noche afuera'.
En 1972, la editorial Cuadernos para el Diálogo publicó en 1972 'Viejos tiempos', y en 1976 'La habitación y otras piezas'. 'Retorno al hogar' se editó en España por Aymá en 1970. Todas estas ediciones están agotadas.
Otras muchas obras de Pinter han sido publicadas en catalán ('Altres llocs; La traïció; L'última copa', 'L'amant', 'L'habitació; El muntaplats', todas ellas en Edicions 62; 'Engany', por Arola Editors y 'Esquetxos i altres peces', por la Diputación Provincial de Barcelona) y gallego ('Vellos tempos'; A festa de aniversario', por Edicións Xerais de Galicia).

Reproducido del dario español: www.elmundo.es

Sunday, October 9, 2005

ADAMAR



La revista de creación Adamar que dirige Dolores Escudero acaba de sacar su último número con dos interesantes propuestas poéticas de su fondo editorial: AdamaRamada Edicciones. Se trata de los poemarios: Hacia lo fragmentario (D. R. Mourelle) y EL ABC DE BYOBU (Ida Vitale)
En este número los lectores podrán disfrutar de las diferentes secciones: Poesía, Narrativa, ensayo.

Una excelente oportunidad para disfrutar de la buena lectura.

Daniel Montoly

Filo.



El hombre mas triste del mundo.
Alvaro Anton

“La misteriosa muerte El oleaje
de la vida”
-José María Álvarez-

“Pasó la luz cortando como espada”
Niki Ladaki- Filippou


Esa mirada que arde en su devoción,
ese lejano amor
con que la muerte
empala los ojos de sus víctimas.
¿Te has preguntado
si existe otra alternativa
a la católica monogamia
que a ella le profesan los suicidas?
Hazlo, entonces sabrás
porque el silencio
hace las veces de cuchillo
y el raro olor
que se desprende una habitación vacía.

Daniel Montoly © 2005

Wednesday, October 5, 2005

El Bacilo

A Alejandro

Madame Le Fleurs continuaba prefiriéndolos jóvenes, a pesar de las minerales arrugas en ambos extremos de sus ojos galos y de que el último ataque al corazón casi la vuelve una difunta, con un taurino espécimen encima. Descarta los servicios de las agencias de escoltes. Se cataloga a si misma como de la vieja usanza; es decir, que prefiere a los jardineros, chóferes y chicos de pocas montas, entre otros. Esos chicos... –dice- de esplendorosos pechos, robustos y musculosos se igualan a potros salvajes. ¡Uff! Son verdaderos volcanes cuando eructan un orgasmo. Me sumen en el vicio noble del placer, y el placer es como un bacilo que se nos introduce en lo más íntimo, elevándonos hasta nirvánicos estados antes desconocidos -continúa diciendo Madame Le Fleurs, sentada en una silla filipina. Una larga ventana de cristal queda justo a su espalda, por la que el sol penetra, creando un aureal matiz en torno a su figura, e intensifica el brillo de su grisácea cabellera. No puedo evitar la sensación de comparar este sucio juego de placer con una ruleta rusa, donde me juego la vida por un gramo de éxtasis. Les cuento: vinieron el otro día, eran cinco sementales.

Luego de tomar vino, nos introdujimos todos desnudos en la piscina. Yo fui el objeto de sus juegos, para mi alegría. Está demás confesárselo. ¡Ja, ja, ja, ja! ... imaginarán cómo me sentía, siendo acariciada y tocada por toda una hambrienta jauría de minotauros, rozándome con sus miembros erectos en lo más profundo. Me trataron como a una adolescente. Pensarán que estoy loca, pero en su interior, todas ustedes me envidian porque les falta coraje para hacerlo...sí, vamos... no lo nieguen... puedo ver la hoguera que esconden detrás de esas pálidas pupilas. Me gusta cuando presionan mis nalgas, dejándome saber cuanto los excito. -continúa diciendo, sin dar muestra de rubor alguno ante sus amigas que toman el té junto a ella. -beber de su juventud me devuelve a la vida y le da un sentido pragmático a mi fortuna. Imaginen; si no fuera por ellos, esta mansión sería un lujoso mausoleo con una anciana criptógama dentro. Mis hijos hacen sus propias vidas. ¿Por qué también yo no podría hacerlo? -interroga Madame Le Fleurs a su audiencia, de la que no espera otra respuesta, que un afirmativo giro de cabeza. Las amigas de Madame Le Fleurs siguen de cerca su monólogo, y a algunas de ellas les alcanzan a brillar los ojos, igual que un fragmento de cuarzo al darle la luz, clara indicación de que en ese momento están sumergidas en una gozosa orgía mental, al parecer rehúsan emular el coraje de Madame Le Fleurs.

Por el contrario, la consideran... eso... una vieja decrépita inmoral, que cree que con dinero puede comprarlo todo. Tal vez Madame Le Fleurs tenga razón -piensa Madame Rosard-; llevo casi cinco años sin volver a probar el amor. La última vez, recuerdo, fue una experiencia bastante humillante; tuve que implorárselo casi a Pierre. Después de pasarme por encima se hizo a un lado, mirándome como si fuera un asqueroso reptil. Sentí náuseas, y nunca más volví a insinuárselo o proponérselo. Doy por descontado que tiene una amante joven, y seguro que es, su secretaria, la delgaducha señorita Domenex -vuelve a expresar Madame Rosard-, mientras saborea una amarga sensación de resignación en sus palabras. Tú... Elizabet - dice Madame Le Fleurs, señalando a la más joven del grupo— ¿cuánto tiempo llevas sin Charles hacerte el amor?. Imagino que tus piezas de lencerías habrás terminado por regalarlas a tus mucamas... -pregunta Madame Le Fleurs con sarcasmo Te conformas con ser una abuela espléndida, con que tus nueras vean en ti a una segunda madre. A mí eso no me preocupa, sé que son todas unas zorras. Al escucharla decir eso, muchas de las presentes se llevan las manos hasta sus bocas.

Madame Quenoif, nacida en Argelia cuando ésta formaba parte de Francia, es quien estalla en llantos histéricos como una granada emocional. Su matrimonio está en crisis nuevamente. Al borde de la ruptura como un enfermo en estado de comas. Su esposo, el almirante Lefebre, la ha amenazado varias veces con dejarla. La pobre mujer se siente deshecha y sin ningún apoyo emocional. Madame Le Fleurs se acerca para consolarla, y la desgraciada no puede continuar escondiendo su desdicha. La mascarada de mujer feliz es un mito y como tal, lejos de la plausible realidad. –Ese hijo de putas se rehúsa a hacer el amor conmigo- dice entre lloriqueos y resabios; la última vez casi tuve que arrodillármele, rogárselo tal como Madame Rosard al suyo...él se marchó a la recamara con un vaso de coñac en la mano. Al subir yo, ya me esperaba echado en la cama; se acercó, me derribó, y luego de cinco minutos, de mala gana, se apartó de mí con una mirada de asco... se imaginan. -pregunta la descorazonada mujer. Después de tan amargo incidente, olvidé mi sexualidad por completo para salvar mi matrimonio. Llevo varios años negándome a mí misma, reprimiendo lo que deseo: ser tocada como cualquier otra mujer, ¿acaso es pedir mucho? –dice entre lágrimas Madame Quenoif. Madame Le Fleurs interviene: -Olvidas, querida, que los hombres son todos unos egoístas, piensan sólo en la salud de sus miembros; no ves que celebran la aparición de la Viagra como si fuera la resurrección de Jesucristo. Yo vivo según la máxima de una amiga española –dice Madame Le Fleur—: "Nunca permitas que los hombres te follen: fóllalos tú, y en ese sentido nunca vas a sentirte usada."

No cabe duda, Madame Le Fleur está fuera de sus cabales. Hablar primero de esa manera sobre sus nueras no es algo que la escucharan decir antes. ¿Qué está pasando? Comienzan a escudriñarse unas a otras a los ojos sin dejar escapar una sola palabra. Madame Elizabet de Mompelier, se puso de pie sosteniendo la taza entre sus manos, y excusándose, dijo que debía dejarlas para asistir a una cena de negocio con su esposo. Llevándose consigo el bochornoso motivo de su disgusto por los desagradables modales de la que hasta hoy considerara su mejor amiga. En su percepción, el encuentro se ha transformado en algo de mal gusto. En una de esas novelas para mucamas y amanerados llorones. Yo también tengo que dejarle— se disculpa Madame Rotschild, la más aristocrática del grupo y también la más arrogante. Un sirviente se acerca a recoger la taza de sus manos. Ella da las gracias, algo inusual en su persona. Se arregla un poco el sombrero Chanel de color negro con estampados amarillo y observa por encima de sus hombros a Madame Le Fleurs. Supongo que recordarán a Petrév -pregunta Madame Le Fleurs, sin concederle la menor importancia a la partida de las dos damas-: el chico rumano, encargado de la jardinería... le hice llamar una noche; él por supuesto vino, y se le notaba nervioso, pensando que le había hecho llamar para reprenderle por algún descuido; ya saben como son estos extranjeros –dice de forma peyorativa la libertina francesa-. Lo invité a sentarse, mientras le ofrecía una copa de vino; debo de confesarle que se puso amoratado, su rostro adquirió un matiz púrpura. Luego me preguntó por la razón de haberlo hecho llamar. Le dije que se olvidara de la jardinería, lo había hecho llamar para otra cosa. Su rostro cambió radicalmente, y se puso más afable, pero nunca sin olvidar dirigirse a mí con el debido respeto.

Le recriminé por ello, diciéndole que me tuteara, que eso me haría sentir mucho más cómoda. Me disculpé para ir al baño, y él continuó esperando por mí en la antesala cercana a mi estudio. Bajé con una lencería de organdas negras, semi transparentes. Se sonrojó al verme, y le pregunté qué pensaba de las piezas que llevaba puestas. Le quedan preciosas -dijo, entre balbuceos. Le dije que odiaba que un chico tan interesante como él me tratara de usted, haciéndome sentir vieja. Se disculpó más de setenta veces, diciéndome, "¡lo siento!, ¡lo siento!"... Me levanté luego para ir a servirle otra copa de vino, y pude notar como sus ojos iban siguiendo mis movimientos. Vertí el vino, tomé la copa con ambas manos juntas y me acerqué para ofrecérsela. Sonrió. La tomó de mis manos rozándome la piel, momento que yo aproveché para sentarme en sus muslos, sintiendo en mis nalgas el calorcito de su miembro erecto como una pieza de hierro al rojo.

¡Pobre Petrev! La lujuria casi lo enloquece; no pudo contenerse, y me derribó allí mismo, en el suave sofá de terciopelo color esmeralda, comenzando a lamerme los pechos con su lengua vaporosa. Dándoles estirones a mis pezones con sus dientes. Luego me cargó hasta la cama, lo que nunca hizo Víctor. Después de desnudarme él mismo, ató mis manos a ambos extremos de la cama y comenzó a jugar con cada parte de mi cuerpo como un sádico. Yo estaba exhausta, al borde del desmayo; no sé cómo un chico tan joven puede abrigar tanta pasión para enloquecer a una mujer de mi edad. Me tapó la boca y comenzó a hacerme el amor como un volcán, se movía dentro de mí como un cataclismo. Yo estaba sudorosa y embriagada, ya sin fuerzas para detenerlo -tampoco era de mi interés hacerlo-. En un momento pude sentir que el corazón me fallaba, y sólo pude pensar: "si muero en sus brazos será el más ardiente sepulcro que me pueda deparar la muerte a una viuda como yo". Le habré pagado a Víctor con la misma moneda cuando murió entre las piernas de su secretaria. Petrév tomó una de mis medias y comenzó a retorcerla, y pensé que iba ahorcarme; créanme, sentí miedo, pero no... sólo quería jugar al amo. Me ató con ella por el cuello, y desnudo comenzó a darme órdenes de recorrer la recámara como si fuera una perra, azotándome la parte trasera con sus manos rugosas y ásperas. Nunca antes hice tal cosa, pero se trataba de un juego, sexy por demás, sin voluntad de hacer daño. Aunque la vida amorosa y sentimental de Madame Le Fleurs es como un periódico vespertino. Existen muchos otros detalles de su vida personal que guarda celosamente y que nunca ha revelado ni siquiera a sus hijos. La gravedad de La leucemia por ejemplo, que ha ido minando su salud, pero ella no se deja doblegar. Es una mujer con una personalidad de hierro, para nada auto-indulgente consigo mísma.

Todas las mujeres permanecían perplejas, mirándose las unas a las otras de manera hipócritas, pero en su interior deseaban escuchar a Madame Le Fleurs narrarle sus aventuras amorosas, porque de algún modo las desinhibía mentalmente. Las liberabas de sus roles convencionales. En el laberinto de sus mentes no ocurría otra cosa que la satisfacción psíquica del deseo. Madame Le Fleurs describía cada detalle amoroso sin pudor o temor a los reproches. Era una mujer rica, independiente y segura de si misma. Lo que la sociedad pudiera pensar acerca de ella, a su edad le dejaba sin cuidado, no tenía nada que peder. Todo cuanto disfrutaba era la ganancia por estar viva. Luego de morir Víctor, Madame Le Fleurs se desinhibió por completo, tan radical fue su cambio, que sus hijos hicieron una reunión con ella para sugerirle que moderara su conducta. Está demás decirlo que Madame Le Fleurs los mandó a todos al carajo. Desde aquel día, a raíz del incidente; sus nueras y sus nietos nunca más volvieron a visitarla. Algo que la enfadó a sobremanera, que a poco hizo que su abogado cambiara el testamento.

Fragmento.

Daniel Montoly© 2005

Monday, October 3, 2005

1933



Esta foto ha sido reproducida de Internet



1933

Si tu sueño de volver a Itaca
deja huellas profundas en la arena;
vuelve tu rostro atrás,
viajero, que Itaca será tu tumba.


Aquella mañana junto al puerto de Alejandría,
la niebla marina tenía en su esófago
los rostros inabordables
de los pescadores.
Las gaviotas
pintaban de alfabetos etéreos
el cielo. Junto al viejo balcón
había un hombre
leyendo en el cristal de las olas
el infortunio de sus amores.
Los perros ofuscados
les ladraron a su sombra,
pero él solo lloraba,
legándole a la geometría del destino
sus preguntas impúberes.
De su alma
salieron salitrosas góndolas
en busca del génesis anatómico,
el oasis, donde el amor
se expresa con el lenguaje prohibido
de mudas sílabas,
el breve gentilicio de los cuerpos,
en la elipsis mecánica de sus sudores.

Daniel Montoly/© 2005

RENÉ RODRÍGUEZ SORIANO, MAS QUE DE VEZ EN CUANDO

El escritor y poeta dominicano Rene Rodríguez Soriano estará visitando la ciudad de New York para dar varias lecturas de su último libro de cuentos: “Sólo de vez en cuando”.Rene Rodríguez Soriano está considerado por la crítica como uno de los mejores cuentistas dominicanos y uno de los mejores exponentes del cuento caribeño.

Su obra narrativa ha recibido varios reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional, y su último libro ha captado la atención de un gran público entusiasta por su obra cuentística. Si la palabra posee un don hechizo como pensaban los antiguos poetas persas, entonces podemos adjudicarle a Rene Rodríguez Soriano el oficio de un mago.

Sus cuentos seducen por la forma minuciosa como describe a sus personajes, femeninos en su mayoría con singular belleza, que hace de la mujer un espejo donde la misma alcanza a verse en su integra dimensión humana, jugando diversos roles, pero siempre bajo la dinámica amorosa.
En su reciente visita a la República Dominicana invitado al festival del libro de la ciudad de Santiago su libro de cuento despertó diferentes reacciones. Reproduzco una de ellas de la escritora dominicana Luisa Rebeca donde comenta de manera elogiosa la razón que hizo que “ Sólo de vez en cuando” se convirtiera en su libro de cabecera.

Rene Rodríguez Soriano estará visitando la ciudad de New York para mediado del mes de Octubre. Quienes deseen adquirir ejemplares de su nuevo libro de cuento pueden obtener información en: www.rodriguesoriano.net
RENÉ RODRÍGUEZ SORIANO, MAS QUE DE VEZ EN CUANDO

Por Luisa Rebecca

René es un escritor al que siempre recurro. En esta ocasión, ante su nueva reunión de relatos (“Sólo de vez en cuando”, Imago Mundi, 2005), me convenzo, una vez más, de la extraordinaria capacidad que posee: entender, aprehender, a través de la escritura, distintos estados anímicos y lograr que nos “acotejemos” en los cálidos brazos de sus narraciones. No es cronista de lo feo, ni de lo grotesco. René atrapa entre sus páginas creativas a los amigos, el abuelo, lo femenino, los años idos, la vida cotidiana, la oficina, el mundo urbano y su taciturna hermosura y el otro lado de la cotidianidad, ese lado que hemos ido perdiendo.

Presenta todo sin rebuscamiento, sacándole brillo a la cotidianidad y a los tiempos idos, a los amigos, la ciudad, perpetuándolos e importantizándolos. En René es constante la exaltación de la feminidad. La presencia femenina tiene un lugar importante, al igual que los valores del hogar y la familia, la añoranza familiar y pueblerina.

El teatro, la danza, la música, la pintura, mantienen su presencia en la escritura de René mostrando ese lado ampliamente artístico del autor, incluyendo con el mismo tratamiento a los amigos, la nostalgia, el bolero o unas piernas rotundas. Sin nada, dice todo de la nada, captura el detalle y nos encamina por la ruta del placer de la lectura. Nos envuelve en paisajes desdibujados en la mente y en el tiempo que el, con calma y corazón, se encarga de armar y componer pacientemente y con nostalgias.

Las estaciones, el otoño, se recurren a él siempre. La tarde, el bolero, la lluvia y la pradera. René percibe lo que sucede y nos lo narra mientras dormimos, sin rencores, sin odios o indecencias, sin textos nauseabundos, groseros o fuera de tono. Él narra lo que nos pasó alguna vez y que lo escribió sin que se lo contáramos. Eso que ya habíamos olvidado y él nos lo trae, envuelto entre nostalgias nuevas, entre sentires gratos. Esos que vuelvo a retomar a cada rato, releyendo las páginas que él ha escrito, “Sólo de vez en cuando”.

23 de setiembre 2005, Santiago de los Caballeros, República Dominicana

Sunday, October 2, 2005

Harakiri

“Los ojos se enfurecen, las lenguas giran…”

-Antonin Artaud-


Si para cuando vuelva el invierno
aún la voz del sol,
insurrecta,
desde algún lugar desconocido
incita a la rebelión.
Veré cómo los pájaros
se abalanzan contra el vacío
igual a kamikazes
listos a cumplir
su temprana cita con la muerte.

Daniel Montoly© 2005

GABYLLAS (3)





GABYLLAS (3)
revisitada

-A Gabriela Botbol.


“En el manantial de tus ojos
viven las redes de los pescadores del Mar Extravío.”
PAUL CELAN





En la Lonja
De mi compra y venta
Las porciones del Pez
De tu voz seca
Al vendaval expuesta

Venid a mí
Para estar sin mí
Hermanas mías
Cuando llueven
Las silenciadas

La simultaneidad
Sobrevenida
El ocaso que es ella
Nos redime al trasluz
Del tú y el aquél
Y el cansancio trinitario

Tan simultáneos Gab
Tus breves paralelos Rielas
El cisne de la manta en Oslo
La lascivia de tus aguas
Alguien llama a mi puerta
Alguien nombra su sombra
El alcanfor del dolor y la manzana
Algunas puertas son una llama
María soy el resurrecto
De mis escamas en la muda

En la mudez de los retales
Vendo almas y jureles
Frescos antiguos OjOs
De Lázaro

Bullicios de espinas
La red de los naufragios
En la cueva de tus manos
Abrazadme
Como ella con ella como.

Antonio López Medinilla,

Desde saladeAlAs.



Antonio López Medinilla

Poeta español poseedor de una rica poética y que se inscribe en esa tradición literatearía subyacente y enraizada las figuras de Mallarme y Laforgue. Sus poemas son todas unas variopintas muestras de poesía entre las venas. Porque la poesía se describe y recrea a si misma en sus poemas.

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La obra que acompaña el poema es de la autoría del poeta y artista visual vasco Álvaro Antón
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