un día lluvioso
me dieron lástima
y los dejé entrar
desde entonces
mis muertos y yo
somos inseparables
me acompañan
a donde yo vaya
unos son alegres
otros pensativos
todos me cuentan
historias increíbles
hay uno simpático
que al hablarme
me agarra de las manos
el pobre insiste:
“mírame bien porque
éste que ves eres tú”
Francisco X. Alarcon
Campanas en la sangre ( El Sida)
Un puñado de sangre
donde la vida pone
su perfecta amnistía con la muerte.
Porque todas las cosas están juntas
en el grito del tiempo y del ayer:
el placer y la muerte,
el espejo y la muerte,
la lámpara esa-de rodillas-
que llevamos con sombra o con asombro
aterida en el nombre del silencio.
Porque todo está junto
como un grito en un sueño:
el hombre que ha doblado
la cruz del nacimiento,
el hombre que se muere
como un pecho entre párpados de olvido.
Porque todo es un río
con lámparas deshechas.
Con cuerpos que se mecen
de la tierra a la tierra.
Con miedo de nacer y miedo de morir.
Con niños que han poblado
lentamente el ocaso
de guirnaldas fugadas para siempre.
¡Este es mi corazón!
Yo lo traje a la tierra
para que se doblara
su sombra entre mi asombro,
con el mismo antiguo, imprescindible,
azorado al temor de campanas perdidas
que han tenido los ángeles
cuando se vuelven mundo.
Nadie está salvo
de empezar otra vida con su muerte,
de adivinar su muerte con su vida.
simplemente el amor
es una gran bandada
que arde en media nieve de los ojos
y que arrastra los cuerpos
como flores en celo
-las heridas también,
que son partes del cuerpo-
Porque no encontraremos salvación…
solamente prodigios…
porque no encontraremos
un muelle para siempre,
solamente una briosa
tormenta de estar vivos
con sus estrellas y su sexo,
con su miedo y su sexo,
con su dios y su sexo
para siempre lanzados
al abismo del sueño.
Esa es la verdad aprendida mintiendo:
el amor es la muerte con su doble corona.
Y nosotros, espejos naufragados
en los meandros del tiempo,
degustamos la rosa eterna del relámpago,
seguros solamente de que nunca se acaba…
¡Déjame que te ame para tocar el cielo!
Laureano Albán
Mística interrupta
entremos más adentro en la espesura
San Juan de la Cruz
I
Muy sencillo:
cogés dos troncos
de madera y los cruzas
en tus labios.
Lo más difícil es
conseguir la madera.
Lo más riesgoso,
contraer la enfermedad.
Pero confiemos:
no hay ciencia o creencia
que no cuente
con su cuota de fe,
aun desde el más áspero
abandono.
Jesús J. Barquet
Sayal de pieles
( fragmentos)
Piel que la porar abraza
súdase súbese pálpese
marca de higo sulfo
oñasa añico piela
sajada de corte soma
sastra de pieles
sargal de pieles
sarao de piel
sayal de pieles
sangui pielosa
sanícula pielina
onco de pieles
genes de pielesa
saloma sarcoma
pielasa rosadelfa
que al rosarse es risal de piel
y al rosarse soma
sidosa de sudas sudal de sida
Carmen Berenguer
Aciago mudo
Para Roberto Valero, in memoriam
El estar solo no indica el silencio. El no ir
a ninguna parte sí.
Que la escena sea corta, pero que sea de gran tamaño.
Dice el emigrante que el rico sabe hablar y es feliz.
El hombre no tiene imagen de acercamiento.
Mucho lujos ve en la pantalla, la ceguera es la razón del éxito.
El enfermo de Sida pierde en su perspectiva
la imagen del individuo en la masa.
Gabriel Jaime Caro
Alguna vez
me sonrió la sangre
de gris,
y tuve entonces
que amamantar el tiempo
con la mirada…
Quizás alguna tarde
se dio prisa
en mis venas,
y aprendí a hacer mía
esta agreste crisálida
que sujeta la esperanza…
Alguna tarde
que se me quedó
en la sombra
destila otro amanecer…
Yesenia Casares
Otra ruleta rusa…
en la manzana
de este imperceptible
revólver,
cargamos
en un solo casquillo
el virus,
y jugamos en la ruleta
de la cama
apostando a los abismos
pegados
a la sien acuosa
del deseo…
Eric Landrón
Simplemente así de fácil
Hoy pretenderé acabar con tanta hipocresía
sin vacilar empezaré por mí
diré tal vez mi única verdad
mostrándome al mundo como soy
hoy empezaré rompiendo prejuicios tabúes
para que mi fachada se torne transparente
como el cristal
a la doble moral le declararé la guerra
quiero un duelo a muerte
con el oportunismo
Rodolfo León Iglesias
Doble corona
(fragmentos)
XIV
Una década de amor nos sustentará en la tierra
y de la mano de un niño encontraremos el camino.
Sobre la silueta nocturna de Manhattan una
sinfonía de colores modula en este 4 de julio.
La luna parece un torbellino ensangrentado
y un dirigible fantasmal surca silencioso
los meandros de rascacielos y artificios.
La gran aureola y el torbellino aparatoso
no parecen un final sino un principio.
Las calles paulatinamente derraman su
estropicio chauvinista. El East River
parece una pista de hielo en su estatismo.
Al alba, a casa regresamos silenciosos
en medio de prodigios y portentos.
Miguel Falquez Certain
Poemas del mono verde
(fragmentos)
1
Monos verdes conducen los cuerpos
de los amantes encadenados por el sudor
por la lágrimas ensalivadas
por el hilo rojo
de sus espermas blancas
mansas palomas puras
volando con el milagro
en el pico.
4
Besos secos. No besos húmedos.
la muerte se ríe secamente.
Yo, agrietado,
pido la humedad de los besos.
5
Todas las estaciones
están llenas de muertos
no sé cuándo golpearan mi nombre
presiento que será un día
acabando de decir
amo
Rafael Rodríguez Matos
Nota del autor del blog: La reproducción de esta selección de poemas relacionados con El Sida fue posible gracias a la gentileza y bondad de Pedro Monge Rafuls, director ejecutivo de Ollantay Press, Carlos Rodríguez Matos, compilador de Poesída, antología poética donde originalmente aparecen así como también a cada uno de los poetas cuyos poemas figuran en esta muestra.
El próximo año prepararemos un número especial del blog dedicado sobre esta terrible enfermedad con otros poemas de otros autores que figuran en el libro Poesída como también con los de todos aquellos que deseen participar.
Abrazos.
Daniel Montoly