Sunday, May 25, 2008



Apuntes lisergicos
Álvaro Antón




Postración del conquistado



I



“Como a través de un mundo que sólo fuera cielo…”
Robert Louis Stevenson.


Me nombras entre espejismos que siguen
tu oscuridad.
Mi respuesta nace muerta.
Mi nombre en tu silencio se ilumina
Es: “Luciérnaga”.
Las hojas del otoños se arrastran
entre tus labios íntimos.


II


“Dicen que el placer huele a peligro.”
Canción popular.


La fragancia que tu cuerpo expele
embriaga el ojo nocturno
cual si atravesara un huerto lleno de magnolias
convocadas por la muerte a desnudarme,
por razón al miedo de no verte.




III


Tengo tantos nombres para ti en soledad…
Aún falto de barro y costilla,
uno sólo bastaría para crearte
al primer impulso.



IV

“Nuestros desnudos abren el cauce del deseo…”
Alí Chumacero.


Cuando me hablas con tus manos
mi cuerpo se estremece.
Mis ojos recorren
el serpentino efluvio de tu cauce
y es, en esa delta
donde se mata el último de mis deseos.
Saciado por el veneno...




V


“Allá va la que fue mi amor, qué más podría decirle si ya
ni mis gemidos conmueven a la que ayer arrastraba
su espalda por las piedras.”

Raúl Zurita.


Allí adonde las manos hambrientas
no logran satisfacer el objeto de su fascinación,
la máscara del deseo oculta en sus ojos
falsos espejismos.
En su desnudez, un cuerpo a luz de luna
deja brotar semillas de entre las piedras .



Daniel Montoly© 2007



Saturday, May 17, 2008



Obra: Insomnia
Álvaro Antón


LA HIJA DE GEDEON LEBOINIX


Las ventanas estaban abiertas y la brisa del atardecer blandía las cortinas azules con fuerza. Cuando ella temerosa empujó la puerta temiendo destapar una Caja de Pandora, encontrándoselo a él enfrente. La radio estaba encendida con el volumen alto y un extraño olor a cerveza y crema de afeitar inundaba todo el salón. Todo continuaba intacto porque los nuevos propietarios del inmueble ni siquiera habían tenido tiempo para mudar nada de lugar después de que la propiedad permaneciera cerrada luego de una larga y tortuosa disputa legal entre los herederos. Ella se detuvo por un segundo a observar una fotografía colgada sobre la chimenea. La bajó del muro que había sido remodelada con piedra en lugar de los ladrillos originales y al cogerla entre las manos no pudo contener la emoción o evitar que las lágrimas humedecieran la rudeza que producen las huellas indeseadas del aciago de la vejez. Parado en una esquina estaba todavía el violín conservado por la familia de su mudanza cuando emigraron de la hermosa ciudad de Kazimierz, en su nativa Polonia antes de ser invadida por los nazis el 1 de septiembre de 1939. Ellos gozaron de la buena fortuna que no tuvieron otros porque gracias a la influencia de un reconocido político inglés pudieron embarcarse en un mercante griego con destino a América, estableciéndose en Long Island, New York. Antes que las huestes hitlerianas se hicieran con el control de su país convirtiéndolo en la antesala del infierno.

Sintiéndose emocionalmente confundida fue recorriendo con la memoria los recuerdos y anécdotas atesoradas por los objetos que la rodeaban. El sombrero jasidí del abuelo Shlomo, la sombrilla amarilla con flores verdes de la tía Leland. El libro de poemas de Rainer Maria Rilke aún continuaba ahí, en la vitrina de cristal compartiendo espacio con dos piezas antiguas de porcelana china. Naomi. Sí, Naomi era su nombre aunque sus padres enojados con ella por haberse casado con un no judío dejaron de llamarla por él para usar un término peyorativo. La desheredaron, pero no por eso dejaron de ser sus padres y aunque nunca la perdonaron el tiempo terminó por mellar un poco su acérrima actitud hacia su compañero de vida. Sus pasos y la nostalgia la llevaron hacia la que había sido su habitación donde cuando era niña solía jugar con una muñeca de trapos hecha por la tía Lelam. La fotografía amarillenta del tío Tobía, único sobreviviente del lado materno de la familia salió a su encuentro en el corredor, recordándole su viejas y aletargadas crisis de Asma.

Naomi sintió la cabeza darle vuelcos al ver las imágenes de infancia rehacerse de las paredes como salidas del fantasmal baúl de un ilusionista. Los gritos de su hermana Bella que saltaba en la cama le devolvieron esa parte de la niñez que nunca tuvo la dicha de disfrutar porque sus padres nunca fueron afectuosos con ella. Especialmente su madre con quien mantuvo cierta rivalidad por captar la atención paterna. Su padre, Gedeon era un judío ortodoxo cuya emotividad nunca pudo desprenderse el sentimiento de culpa por aquellos de la familia que quedaron atrás y terminaron en los campos de concentración como Poniatowa o en las cámaras de gas de Treblinka. Él era un ser de apariencia tosca, introvertido de sentir trágico en su mirada. Nunca más volvió a sonreír o a manifestar afectividad hacia ningún otro ser humano después de enterarse de la muerte de todos sus familiares. Se paraba frente a la ventana esperando ansioso por alguien que nunca terminaba de llegar, atormentado por el síndrome de la mujer de Lot. Naomi siendo apenas una niña le preguntaba por qué se paraba a diario a observar por la ventana. Él nunca le explicó el motivo de su obsesionamiento.

De cuando en vez lo veían enjugarse las lágrimas a escondidas para que nadie se enterara de su sufrimiento. Aún viviendo en América no fue posible para él escapar a los largos tentáculos de las pesadillas engendradas por la persecución y los pogrones porque en su nuevo país de residencia el antisemitismo como también el racismo contra la población negra eran prácticas muy comunes entre un gran segmento de la población blanca. Ésa fue razón para que ella, Naomi, creciera con ese vacío paterno en su ser, sintiéndose huérfana. No sintió nunca que él la amaba. Para ella él era un ser incapaz de amar tampoco sabía odiar a sus enemigos. Era un ser humano confundido cuyas esperanzas murieron la noche oscura que tuvo que embarcarse en el mercante griego que los trajo a vivir a su nuevo destino. Por tanto no fue nada ajeno para que su primer amor fuese casi de la misma edad que Gedeon. Fue el primero, y la única persona capaz de amarla, y comprenderla hasta el fatídico día cuando la muerte se lo arrancó de los brazos. Fue víctima de un tiroteo en un intento de robo al banco donde trabajaba. Ellos no tuvieron hijos. Ella sentía que de tenerlos no iba a saber cómo amarlos o ser una madre ejemplar. Lerome, su esposo, un afroamericano educado en Harvard la amaba ciegamente, y conociendo los problemas de su infancia nunca le propuso la idea de tener hijos.

Ahora de vuelta en el hogar de la familia sintió que recuperaba esa parte de ella arrancada violentamente por sus padres cuando la desheredaron como un pájaro al que la tormenta hace volar de su nido y espera al atardecer para volver a él.. Ése era el sentimiento que la embargaba. Se detuvo a mirar su cama y sin tiempo a pensarlo dos veces se echó a dormir en ella. Se acomodó y aunque el olor a polvo casi hizo que estornudara para ella fue el momento más inolvidable de su vida. Era como volver al vientre de su madre, sintiéndose protegida contra la crudeza del mundo exterior. Dejándose llevar por el ensueño cerró los ojos hasta dormirse profundamente cubierta con su manta favorita. Sin que le importara que los nuevos propietarios fuesen a encontrarla confundiéndola con una intrusa o peor aún, con una enajenada mental. Que pudiese ser arrestada por traspasar el inmueble no le aterrorizaba porque apenas le quedaban semanas de vida según los doctores. La idea de volver a su hogar a recomponer su ser era más importante que el temor a provocar un escándalo. Naomi durmió de manera tan plácida, que la mañana siguiente no volvió a abrir los ojos. Un vigilante que cuidaba el inmueble encontró su cuerpo frío. Aún permanecía en la posición prenatal en la cama, como si deseara volver al vientre materno.

Daniel Montoly©

Thursday, May 8, 2008


Miguel Crispín Sotomayor
(Santiago de Cuba, 1948)


Rocinante galopa sin jinete


Cuando campana y campanero se disputan
la asistencia de más o menos feligreses.
Cuando las ratas corren al maullido del gato.
Cuando la calma contiene indiferencia
y se traga la palabra rebeldía.
Cuando el amigo se transforma en moneda.
Cuando amantes aman,
según la plata que promete el bolsillo.
Cuando simulo alegría, mientras rabio
con más rabia la impotencia.
Cuando todo está bien y mucho anda mal
y viro la cara para no ver.
Cuando me importa un bledo
comer y otros no coman,
vestir y otros desnudos,
techarme y otros a pleno sol, lluvia
y sereno:
Es que el Quijote ha muerto.
Rocinante galopa sin jinete.


“Otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante;
vuelvo al camino con mi adarga al brazo.”
Ernesto “Ché” Guevara



Quijotería


Caballero que trota
sin dama ni enemigo;
que persigue en distancia y tiempo
algún motivo, para seguir su andar.
Caballero sin Sancho
para evadir arena, roca y serpiente,
sin musa ni hada con que cargar la testa,
vacía y cansada.

Caballero perdido
que jinetea epopeyas
sobre las trinchas vacuas
y el hierro fundido de aplastantes estatuas.

Caballero que escapa
y en la calina desaparece
respira hondo, lanza su yelmo, alza la espada
y sigue su andar.

Eutanasia


Si alguna vez olvido
que las balas batistianas cruzaron a Armando
en el Puente de Boniato,
que Trillo es un monumental bloque de cemento
junto al mar de Santa Cruz,
que Casimiro fue cazado
en una traicionera calle de Managua
y Walsh, en una de Buenos Aires;
o que Roque Dalton fue asesinado dos veces
o que a Víctor Jara le quebraron la voz y las manos
o que el Ché se ocultó
para reaparecer montado en Rocinante
y no acumulo valor,
el suficiente,
hazme un favor: Mátame.


¿Qué silencio es culpable de la muerte de un hombre?
Silvio Rodríguez, cantautor cubano.


Incrédulo


El tiempo aletea en un andamio
y se aleja hacia sendero propio
y nos deja solos, en este infierno,
donde el crimen se mide por mil
nacidos vivos y la libertad en toneladas
de TNT y uranio enriquecido.
Donde el silencio oprime
y la conciencia se levanta
en un grito que intenta aplastar a la mentira.
Tú. ¿Adónde estás?
Pregunto como aquél,
atrapado en el camino de la muerte.
¿No puedes?
¿No quieres?
¿No existes?

Duda


Me canso de buscar palabras
suaves
para lenguaje amable
dulce
conciliativo
no las encuentro.
¿Dónde están aquellos escritores?
ya no los mencionan.
¿Habrán muerto?
¿Quiénes?
¿Se habrán vendido?
¿Quiénes?

Agua pasada

Los días vendrán
unos tras otros
y yo, molinero,
estaré esperando el regreso
del agua
que un día al pasar
movió a este molino.



Plaza Gris


Desde aquí,
se ha visto al mundo por cristales verdes,
se han soltado al viento palomas blancas.
Acá las tardes no son tardes,
las noches no lo son.
El tiempo aquí transcurre,
caballero perdido,
pensando en el allá. En caballos que vuelan
sobre marabuzales,
en jinete obligado a besar la colina
y en amores furtivos.
Aquí se oxida alguien
y gasta el poco oxigeno
que queda por acá.



Podemos intentar injertar el olmo para que dé peras;
pero simultáneamente hay que sembrar perales”.

Ernesto “Ché” Guevara.


Primaveral Enero

La luz escapó de los ardientes
carbones del infierno
y se alzó primaveral
en invernal enero
para llevar el fuego a la conciencia
y al arte que moría con arte.
Sólo pidió simientes lluvia sol estrellas
y epíconas arpas con cantos cristalinos
para el oído oscuro.
Pero imperó
verso elevado
oculto
ajeno.
Flores
en mentes
manos
rostros.
Gracia y elogio
para gozo del intelecto puro
aunque no sea del mar tierra hombre animal.
Verso perdido
por camino adverso.


Miguel Crispín Sotomayor (Santiago de Cuba, 1948). Desde 1960 reside en la Capital del País.
Graduado de Ingeniero Agrónomo Pecuario en la Universidad de la Habana (1970).
Ha escrito dos poemarios: “En la Distancia” y “Fantasmas de Quijote”, publicados en la revista “Inventiva Social” (Argentina). Este último también fue publicado en Poesía.org (Venezuela), ambos han sido reproducidos por revistas de otros países. En la actualidad escribe el poemario “En la redondez del Tiempo” y un libro de cuentos.
Colabora habitualmente con las revistas literarias digitales “Inventiva Social”,”Poemas en Añil”, “Misioletras”,”La Buhardilla”,“Territorio de Encuentros”,”Con Voz Propia”, “La Máquina de escribir”, “La Iguana”,”Mapuche” “Revista Poeta” y otras, editadas desde Argentina; y en las revistas Artesanía Literaria (Israel)e Isla Negra( Italia); “Rincón de Poesía” y en la pagina web del Poeta Sergio Borao Llop (España. Poemas suyos han sido publicados en otras de Brasil, México, España y E.U.A. y leídos en una emisora radial de Argentina y en otra de Ica, Perú.
Miembro de la Red Mundial de Escritores en Español (REMES) y de Poetas del Mundo.
Poeta Fundador del Primer Museo de la Poesía Manuscrita, San Luís, Argentina.

Tuesday, May 6, 2008

Octavio Paz y la sílaba del Comienzo

Tras diez años de la muerte del gran poeta y ensayista mexicano Octavio Paz, un puente sólido y expedito para el diálogo entre las culturas de Occidente y Oriente

por Rafael Acosta de Arriba

“Todos los días comienza el mundo.
Todos los días, una pareja despierta y descubre que comienza el día”
Octavio Paz

Diez años han trascurrido de la desaparición física del gran poeta y ensayista mexicano. Recuerdo ahora el único acto en su homenaje que se le rindió en Cuba, fue en la librería Ateneo, de Línea y 10, en El Vedado, lo organizamos entre cuatro escritores[1] y asistió el entonces agregado cultural de la Embajada de México, el licenciado Miguel Díaz Reynoso.

Para aquella fecha los estudios que realizaba sobre la obra paciana habían avanzado lo suficiente como para atreverme a redactar un texto titulado “El lector del mundo”[2] (aludiendo a que Julio Cortázar y Carlos Fuentes, por separado, habían expresado en momentos diferentes, que la obra de Paz equivalía a realizar una lectura del mundo), que leí en aquel acto mínimo y que comenzaba así:

“Le escuché recientemente a un amigo esta expresión: ‘Octavio Paz ha muerto y el mundo sigue igual’. Me estremeció por su inclemencia y por lo de Perogrullo que contenía implícito (…) Pero luego me detuve en la dimensión de este hombre de letras y concluí que sí, que algo había cambiado inobjetablemente: se había producido un enorme vacío en la cultura hispanoamericana y universal”.

Una década después ese vacío se mantiene inalterable a pesar de que nos siguen acompañando un puñado de grandes poetas, algunos sabios y muy pocos intelectuales que pueden aspirar a la talla del hombre de pensamiento que fue el mexicano, quien reunió en su obra una lírica de alto vuelo y un ensayismo no igualado aún en el panorama de las letras contemporáneas.

Paz fue un puente sólido y de avenidas expeditas para el diálogo entre las culturas de Occidente y Oriente. Su estancia como embajador en la India y sus frecuentes viajes a Japón le permitieron estudiar a fondo unas culturas que lo conquistaron para siempre. Esa fascinación se tradujo en asimilaciones, mezclas y préstamos que dieron como resultado, por una parte, textos de profunda penetración en el universo cultural y religioso del Oriente y por otra, poemas en los que dichas hibridaciones venían desplegadas en una poética de fuerte personalidad. Su proximidad a la poesía japonesa, el estudio y práctica del haykú y otros géneros poéticos de esas literaturas, le fueron confiriendo una densidad y erudición insuperables para su tiempo.

Con anterioridad a su encuentro con el Oriente este incansable buscador de territorios desconocidos o extraños, había caminado por la poesía concreta brasileña, por los senderos experimentales de sus Topoemas, algunos caligramas y los Discos Visuales, por las tentativas geométricas de Blanco, y por los poemas escritos a cuatro voces, los renga; esta experimentación aportó a las letras mexicanas y castellanas en general, un universalismo tamizado por la vasta cultura de su autor.

Ante su obra poética es muy difícil de seleccionar entre títulos como La estación violenta (1948-57), Ladera este (1962-68) o Árbol adentro (1976-88) por solo citar tres volúmenes de mi predilección, aunque él mismo consideró al final de su vida este último título como su mejor poemario.

Su poesía se caracterizó por imágenes de una gran plasticidad, a la vez que intentaba deslizar contenidos de espesores filosóficos y metafísicos que la nutrieron como conocimiento. Su poema más celebrado, Piedra de Sol, es un extraordinario recorrido por la historia de su país, y se sitúa ante problemáticas del mundo actual a la vez que alusiones al cuerpo de la mejor lo aligeraban de cualquier sobrepeso político. Un texto que todos los consensos reconocen como uno de los grandes poemas del siglo y que es la obra maestra de la lírica paciana. Para la producción escrita del mexicano la poesía fue, por encima de cualquier otro género, su acto de comunión con el mundo y Piedra de Sol la sunma de su poética.

El Paz ensayista abarcó igualmente un espectro vastísimo de temas que se movieron desde los mitos y la historia cultural de su país, El laberinto de la soledad (1950), hasta los temas surrealistas, el estructuralismo, la modernidad, el erotismo, la política y las artes visuales, entre otros que harían de este listado una interminable letanía.

En cuanto al arte conformó un conjunto de textos que fue calificado por algunos especialistas como literatura de arte, aludiendo a una forma de crítica impresionista muy peculiar que exploró muchos temas de las artes mexicanas y de otras latitudes. Sobresale su estudio sobre Marcel Duchamp, El castillo de la pureza (1968), más tarde reformulado como Marcel Duchamp o La apariencia desnuda (1973), muy avanzado para su tiempo aunque considero que sus indagaciones sobre artes visuales se detuvieron en la obra del francés y no avanzaron mucho más en cuanto a la comprensión del arte posterior a los ready-made[3].

Siempre me pareció ejemplar la forma en que Paz estructuró sus numerosos ensayos de crítica literaria, como se aprecia en los exhaustivos y espléndidos textos que le dedicó en Cuadrivio (1965), a Cernuda, Darío, Pessoa y López Velarde, estudios que brillan por su comprensión profunda, su prosa poética y la metodología escritural propia de un orfebre de la palabra.

Finalmente, el Paz político, fue un hombre que viniendo de la izquierda en los turbulentos años de la Guerra Civil Española, la que vivió de cerca al ser invitado al II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas (que tuvo lugar en 1937 en varias ciudades españolas y concluido en París), pasando por sus desacuerdos con el Pacto Stalin-Hitler en 1940 y el asesinato de Trotski en México, se reafirmó en sus críticas al totalitarismo de la URSS a partir de los años 50 (críticas al socialismo burocrático y a su falta de democracia, a la represión en campos para trabajos forzados y a las purgas y represiones masivas), y derivó a partir de los 80 en un pensamiento liberal que tuvo muchos puntos de contactos con el ideario de Karl Popper e Isaiah Berlin.

Este itinerario en sus ideas le llevó a expresar en alguna ocasión que los tres grandes temas del siglo XX eran la violencia desencadenada, el desmoronamiento de las ideologías totalitarias y la amenaza ecológica, desconociendo de manera sorprendente los gravísimos problemas inherentes al subdesarrollo, sin duda un drama mucho más importante y vigente.

Sin embargo, en alguna que otra ocasión, retornando por instantes a sus originales lecturas marxistas, Paz esbozó una suerte de filosofía del futuro en la que comprendía la combinación de la poesía con algunas ideas centrales del humanismo de Carlos Marx, un diseño que pudiera parecer ingenuo para los cientistas sociales pero que viniendo de un intelectual que jamás pecó de ingenuidad en cuanto a los problemas políticos de su época, no sería ocioso atender en medio de un mundo que se debate entre un neoliberalismo en retirada, un apoliticismo potenciado por las estrategias embrutecedoras de los medios y la (o las) ideas de un socialismo del siglo XXI aun en plena gestación.

Julio Cortázar dijo que Paz como latinoamericano supo que “entre nosotros todo espera en cierto modo un redescubrimiento y en primer término el redescubrimiento del hombre mismo”, y toda su obra fue eso mismo, una tentativa por encontrar ese origen del Comienzo, una búsqueda febril de la palabra que diera sentido a la existencia del hombre.

Lo que sí es imposible de pasar por alto al recordar hoy al gran mexicano es su condición oracular, su madera de polemista apasionado, su fibra moral como nadador a contracorriente en muchas etapas de su vida, su legado de opinar sobre todo cuanto nos rodea como rasgo principal del intelectual. Hijo directo de la Ilustración que no tuvo nuestro continente, el mestizo de raíces azteca y andaluza —sangre testimonial de los itinerarios de la Historia— cosmopolita y universal como pocos, por encima de acuerdos, y desavenencias, de afinidades o discrepancias, Octavio Paz, nos dejó una idea cristalina como agua de manantial y con la que cierro esta breve evocación: “Aquello que separa la Historia, lo une la poesía”.


La Habana, abril de 2008



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Notas

[1] El 5 de junio de 1988, en la librería Ateneo, a iniciativa de su director de entonces, el escritor Norge Espinosa, se celebró un coloquio sobre Octavio Paz a propósito de su reciente fallecimiento. Estuvieron en la mesa, además de Espinosa y Díaz Reynoso, Víctor Fowler Calzada, Antonio José Ponte y el autor de este trabajo. El diplomático mexicano dio lectura a una carta acabada de publicar, en la que Fuentes rendía tributo a Paz.

[2] Publicado en Revolución y Cultura, número 3, may-junio de 1988 (pág 17-21)

[3] En el número 249, oct-dic 2007, de la revista Casa de las Américas, se publicó un ensayo titulado “Octavio Paz y la crítica de artes, un lugar de encuentro para el pensamiento” (págs. 22-31) en el que examino a fondo la llamada literatura de arte de Paz y sus ideas posteriores a su examen de la obra duchampiana.

Tomado de La Jiribilla


Reproducido de: LA VENTANA


Honoris Causa para Roque Dalton

«Cuando yo muera, sólo recordarán mi júbilo matutino y palpable, mi bandera sin derecho a cansarse, la concreta verdad que repartí desde el fuego, el puño que hice unánime con el clamor de piedra que exigió la esperanza».
(Roque Dalton. Fragmento del poema Hora de la ceniza)

En estos días de abril, en los que el mar se empecina en parir tsunamis, el cambio climático hace lo suyo con las estaciones del año, y la globalización cabalga como bestia en celo por el mundo, mientras los unos devoran a los otros, y la pobreza y asimetrías sociales se erigen como signos implacables de los nuevos tiempos, le ha llegado a Roque otra vez su turno del ofendido.

Un grupo de académicos de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador, encabezado por el Decano de la Facultad de Jurisprudencia, Dr. José Humberto Morales; el Director de Escuela de Ciencias Jurídicas, Dr. Julio Olivo Granadino; el Jefe de la Pinacoteca 'Roque Dalton', Mario Castrillo; el Jefe de Ciencias Políticas, Lic. Erick López, y otros, propusieron a la Junta Directiva de esa Facultad la aprobación de un acuerdo que respaldara la propuesta de otorgar al poeta y estudiante de derecho, Roque Dalton García, el título de Doctor Honoris Causa en forma póstuma, así como la aprobación de la publicación de sus obras completas por la Editorial Universitaria.

Así, el 22 de abril, en un acuerdo sin precedentes, la Junta Directiva de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales, aprobó la propuesta de respaldar institucionalmente la concesión del título de Doctor Honoris Causa para Roque Dalton García, para lo cual será necesario elevar ante el Consejo Superior Universitario, la referida propuesta, a fin de obtener la respectiva aprobación.

Roque Dalton fue un poeta muy prolijo, entre sus publicación figuran: Mía Junto a los Pájaros (San Salvador, 1958), La Ventana en el Rostro (México, 1961), El mar (1962), El Salvador (monografía, La Habana, 1963), César Vallejo (ensayo, La Habana, 1963), El otro mundo (1963), Poemas (San Salvador, 1967), El intelectual y la sociedad (conversaciones con escritores, México D. F., 1969), Los pequeños infiernos (Barcelona, 1970), ¿Revolución en la revolución?, Las historias prohibidas del Pulgarcito (México D. F., 1974), Pobrecito poeta que era yo (Costa Rica, 1976), Poemas clandestinos (San Salvador, 1980), Los helicópteros (escrita en colaboración con el escritor, Dr. José Napoleón Rodríguez Ruiz, San Salvador, 1980), Un libro rojo para Lenin (Managua, 1986), Un libro levemente odioso (México, 1988), entre otros.

Más allá de sus méritos literarios, resalta su aporte en la universidad y sociedad, como miembro de la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) 1954, fundador del Círculo Literario Universitario en 1956, Secretario de la primera Comisión del Congreso Estudiantil Universitario.

Además, se desempeñó como Codirector de Ciencias Jurídicas y Sociales (1959), de la Revista Estudiantil de la Facultad de Derecho de la Universidad de El Salvador, Corredactor de los periódicos y revistas: La Jodarria, Opinión estudiantil, La Universidad, La Pájara Pinta, Vida Universitaria, entre otros.

Asimismo, su incorporación a la lucha revolucionaria y la conquista de mejores condiciones sociales y económicas para los salvadoreños, le costó persecución, prisión, exilio, dolor y muerte.

Roque Dalton fue miembro del Partido Comunista y luego del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y más tarde símbolo en la lucha de la Resistencia Nacional (RN) y el brazo armado de esta, las FARN.

Su obra ha sido objeto de investigaciones científicas en los niveles de pregrado y postgrado en maestrías y doctorados en el ámbito nacional e internacional.

Gran conspirador e inspirador de generaciones de jóvenes que asumieron como bandera de lucha, la conquista de una sociedad con justicia social en nuestro país. En su nombre se han institucionalizado premios: Medalla Cultural Anual (México D. F.), Premio Latinoamericano de Cine 'Roque Dalton', establecido por Radio Habana Cuba. También llevan su nombre: la Pinacoteca de la Universidad de El Salvador, el Teatro Municipal de Cámara (barrio San Miguelito, San Salvador), entre otros.

Su obra ha logrado trascender las barreras ideológicas nacionales, al ser reconocido por la Asamblea Legislativa de El Salvador, mediante Decreto No. 186, del 11 de diciembre de 1997, como: «Poeta Meritísimo de la República», incorporando el estudio de su obra en los programas oficiales.

La propuesta de Honoris Causa que la universidad ya ha entregado a otras luminarias del pensamiento latinoamericano, como Saramago, Freire, Galeano, entre otros, se vuelve un poema urgente que la universidad y la sociedad salvadoreña, le han quedado debiendo al poeta, intelectual, guanaco, revolucionario y estudiante de derecho.



Roque Dalton en La Ventana:

El desafío de Roque Dalton

Los surcos profundos de Roque Dalton

Roque Dalton, a la izquierda del corazón

Erase un Hombre a su Pluma y Fusil Atado

Roque Dalton: la ternura armada

Roque y los demás están atentos

Los ensayos juveniles de Roque Dalton


NOTA: Artículo reproducido de: La Ventana

Saturday, May 3, 2008




EL ESCRITOR FERNADO LUÍS PÉREZ POZA DESARROLLARÁ UN INTENSA GIRA POÉTICA EN ARGENTINA


EL ESCRITOR FERNANDO LUIS PÉREZ POZA

Programa del viaje a Argentina
del poeta Fernando Luis Pérez Poza
Del 5 al 25 de mayo de 2008

EVENTO PRINCIPAL

Miércoles, 21 de mayo de 2008, a las 19,30 horas








PUEDEN VER TODO EL PROGRAMA SOBRE LAS ACTIVIDADES PINCHANDO EN:
http://www.eltallerdelpoeta.com/viajeargentina.htm

Thursday, May 1, 2008


Andrés Casanova
(Las Tunas, Cuba, 1949)

Andrés Casanova, selección y nota de introducción de la poeta, María Eugenia Caseiro



“En ciertas ocasiones, el mejor premio que recibe un escritor no es de manos de un jurado literario, sino de un lector.”
Andrés casanova

Con esta cita me propongo presentarle a un escritor tunero cuyo portal, El blog de Andrés Casanova, se encuentra abierto a la crítica o al elogio de sus contemporáneos. De allí, con su amable permiso, he tomado elementos que conjuntamente con nuestro intercambio virtual y otras lecturas de su factura literaria, me han llevado a conocerle mejor y a describirlo como un hombre que disfruta al exponer breves introitos que dejan al lector una pista para adentrarse a posteriori.
El quehacer literario de Casanova transcurre en apacible búsqueda, traspone su demarcación y se deslinda en forma de amena charla. De tal manera nos dice Casanova:


LA VIDA REAL ES SUPERIOR A LA FICCIÓN LITERARIA.

Hace muchos años, me encontraba en un evento literario que se realizaba en un pequeño pueblo cuyo entorno me resultaba más que triste, desolador. Se trataba de un lugar donde las vías de partida y de llegada eran escasas, y en el que todos los edificios parecía que de un momento a otro iban a derrumbarse. En medio del evento convocaron a un concurso para escribir un cuento de no más de una cuartilla, y mientras otros se dedicaron a relatar hechos en sentido de broma, a mí el ambiente de desarraigo que imperaba en aquel lugar ciertamente me sugirió este que más abajo les copiaré y que titulé EN MI PUEBLO NADIE ME QUIERE. La esencia del mismo se encuentra en un personaje que anda en busca del calor humano.

Ha pasado el tiempo. Anoche me encontraba en la funeraria cumpliendo con un deber social y de momento, tuve a mi lado a un joven -en realidad no ya tan joven- a quien desde que recuerdo ha sido el loquito del barrio. Se acercó a mí para preguntarme el título de mi último libro publicado y bien pronto estuvo confesándome sus frustraciones. Se veía obligado a permanecer de lunes a jueves en un hospital psiquiátrico con carácter de seminterno, y se quejaba de su soledad, de cómo hubiera deseado estudiar y de sus aficiones por la lectura que apenas podía satisfacer porque los medicamentos lo excitaban o bien lo mantenían en un estado de somnolencia constante; llegó a confiarme que deseaba encontrar el amor y que se sentía frustrado -fue esta palabra pronunciada por él-, lo que me llevó a pensar que en realidad como él mismo decía, los psiquiatras se habían equivocado al diagnosticar su enfermedad como esquizofrenia.

Quizás todo esto que acabo de referir no sea más que una fábula, una pura invención de mi mente para convencerlos de la lectura del siguiente texto. Sin embargo, a mí me parece que la anécdota es real, que anoche usted y yo nos encontrábamos en la funeraria y aquel loquito del barrio estaba haciéndonos una llamada de auxilio. Demandando un cálido rincón donde pasar la noche tal como sucede con mi personaje del cuento que les entrego a continuación.



EN MI PUEBLO NADIE ME QUIERE


No me quieren. Porque maté a Martín el Sarraceno y a Rosaestrella Balbuena la obligo delante de todos a desanudarme la corbata y buscar el lado exacto en que se encuentran los planetas.

A veces me da por alejarme del pueblo durante varias semanas y ando de farra en farra, admirando muslos portentosos de muchachas en flor, jugándome a la suerte el dinero ganado en mis negocios con los extranjeros, acostándome con mujeres imposibles, despertando borracho con mis sueños a cuestas. Despertando lleno de soledad y de nostalgia.

Cuando regreso al pueblo me duele la cabeza. Traigo la mirada sucia del polvo de los caminos y paseo alrededor de la iglesia como si Dios me estuviera mirando. Reviso los bolsillos: vacíos; palpo mi pecho: adolorido; muevo las piernas: temblorosas. Mientras descanso en un banco de piedra cierro los ojos para ver pasar a mis enemigos.

Mis enemigos se niegan a escuchar las historias que invento. Martín el Sarraceno es un personaje de mentiras y a Rosaestrella Balbuena la pongo a vivir aventuras inexistentes.

En mi pueblo nadie me quiere. Porque invento fabulaciones y quisiera que fuesen realidad. O al menos, que me dejaran contarlas en las esquinas solitarias del parque, en el teatro lleno de telarañas y en el puerto durante los domingos vacíos con sus tardes olorosas a mariscos podridos. Que me dejen hacer del mundo un cálido rincón donde pasar la noche.

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Tres poemas sobre el amor en sentido universal

En ciertas ocasiones, el mejor premio que recibe un escritor no es de manos de un jurado literario, sino de un lector. Lector que ha hojeado nuestro libro, o instigado por la curiosidad de una crítica literaria busca saber más sobre nuestra obra, o ¿por qué no?, también porque durante una tertulia nos compara con los otros que leen y como la crítica también pasa por el gusto literario, prefiere nuestra lectura.
Precisamente, acabo de recibir un premio de este tipo del lector Osver Rodríguez Portal, quien ha tenido la gentileza de visitarme en mi oficina de trabajo para agradecerme que durante una tertulia donde quedó sobresaturado de páginas (según él mismo) del peor gusto, yo haya compartido con los oyentes estos tres poemas que entonces… he decidido también compartir con ustedes desde mi blog.


NOSTALGIA


Esta tristeza que me dejaste
escondida entre los pliegues de mis manos
no se parece a la caída de la nieve.

Aquella dulzura que traías
impregnando tus ojos de paisaje
no se quedó en mi vida como un recuerdo.

Esa música abandonada
en los rincones de la noche
ya no alienta la nostalgia ni tu ausencia.


DUDA


Si voy a ti
con mi lanza quebrada
el yelmo levantado
y el escudo deshecho;

si voy a ti
con un manojo de poemas
las imágenes rotas
y una rima imperfecta;

si voy a ti
borracho de mis penas
lloviéndome miserias
y cubierto de rocío;

si voy a ti
armado de neutrones
con cien memorias libres
mientras programo el tiempo;

dime cómo seré recibido.


PASIÓN Y MUERTE DE LOS BESOS, 2003

Andrés Casanova


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Este poema fue mención en el II Concurso Internacional de Poesía Amorosa 2003 convocado en Baleares y publicado en una selección de los mejores poemas presentados al concurso, selección editada por el Círculo de Bellas Artes de Palma de Mallorca.




“Adiós, dulces amantes invisibles.
Siento no haber dormido en vuestros brazos.
Vine por esos besos solamente;
Guardad los labios por si vuelvo”.
Luis Cernuda



Adiós, dulces amantes invisibles
que buscan en ajenos amores la cordura
amansando los días mientras huyen de sus ojos
por temor a las voces perdidas en el desierto.
Adiós serpientes que desde las nubes obstruyen la

/vida

pariendo las alondras de la guerra
por negarse a creer en las márgenes del cielo.
Adiós dulces amantes en las tardes de octubre
vestidos en el aire del destino tangente
y caídos uno a uno como cuervos fraticidas.
Adiós inviernos que han estado soñando
con el feliz descenso de las victorias azules:
si no fueran falsas las palabras con que juran
jamás nos faltarían la paz ni el consuelo.

Siento no haber dormido en vuestros brazos
de amante acostumbrada a buscar las primicias;
siento haberte abandonado en la Guerra del Golfo
y cuando las cadenas saltaron de los esclavos.
Me duele haberte visto tan lejana que el sol
fuera a buscarme hoy para adorar tu sombra.
Perezco de nostalgia por tus perfumes

/imaginarios

y tu risa congelada muerta entre mis manos:
abórdame en la nube cuando partamos todos
dulce pasión sin nombre que jamás me ha

/mirado.

Vine por esos besos solamente
prometidos a los buitres en las playas del tiempo.
Vine a buscar la paz como si fuera un viernes
y a marcar los recuerdos destruidos por mis

/padres.

Vine por tu amor, perdóname por recordártelo:
si acaso me olvidaste grítalo en el desierto.

Pero, te lo ruego:

Guardad los labios por si vuelvo
eterno ángel de la muerte aprisionado
en los costados del cielo que jamás conocimos.
Porque son labios manchados con la pólvora
de quienes una vez nos brindaron su vino.

Guarda los labios, por favor, no me beses,
porque el beso del Judas me trae malos

/recuerdos.

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CONFESIONES
(Poemario que no pude compartir una noche y deseo que ustedes conozcan)



Cuando me invitan a una lectura de mi obra, suelo prepararme con antelación por el respeto que merecen mis (posibles) lectores. He concluido, en los últimos tiempos, que no todos los lectores asumen la oralidad de la misma manera e incluso, algunos no la resisten: simplemente, dejan sus mentes en blanco y las palabras del orador hienden los aires mas no entran a sus oídos.

Como ya lo he aprendido, rechazo leer en lugares estériles, aunque se pueda interpretar mi actitud erróneamente. ¿Valdría la pena comunicar el resultado de nuestras horas de renuncia a la vida real mediante las cuales creamos nuestros mundos ficticios, cuando en realidad carecemos de receptores?

Para la oportunidad de aquella noche que vengo contándoles, seleccioné con cuidado y seriedad los poemas que pensaba compartir, y cuando llegué al lugar sentí un terrible rechazo por el ambiente donde debía decirlos.

Pero no quise perder mi trabajo de poda y arreglo de unos versos ya escritos con anterioridad los que agrupé bajo este título porque realmente son confesiones poéticas sinceras, donde el sujeto lírico se vale de mí para pedirnos que meditemos acerca de nuestra razón de ser en este mundo que cada día se globalizado a pasos más acelerados. Entonces, determiné entregarles el poemario a ustedes, mis lectores virtuales, convencido de que quien entra a la red de redes en busca de literatura, es un receptor respetuoso.


Andrés Casanova
Agosto 20 de 2007


CONFESIONES


Estoy con la gente de a pie

y los que se manchan de grasa los bolsillos.
Soy partidario de quienes en las quebradas
sueñan que aunque demore siglos
un buen día amaneceremos a un paso del futuro.


Voto en las elecciones
por el candidato con la insignia de la justicia
grabada dentro de su corazón
y no colgada en el pecho simplemente.


Estoy contra los cobardes que
demandan prudencia
aconsejándonos guardar silencio
cuando rugen los leones.


Redimo mis días creyendo en la verdad
aunque sea necesario combatir contra molinos de viento.



LOS DIOSES DEL OLIMPO


Hagamos de la vida un gran sueño
se dijeron los dioses del Olimpo
gente endurecida por el salitre
y la piel impregnada de almíbar.
Durante las noches de luna y las nevadas
tomaron por asalto los andenes
explotaron las jaulas donde anida la muerte
y extrajeron tumores del asfalto.


Al paso de los años
los andenes no iban a ningún sitio
la muerte mostraba sus pezuñas
los tumores volvían a reproducirse.



PREFIERO LOS ADIOSES



No confío en el soldado que amanece a la sombra
ni en el poeta que amansa su voz de agorero.
Prefiero los mendigos

perdidos en los parques
y la niña que oculta
pétalos en las nubes.

Aborrezco la historia sembrada de vacío
porque es como una barca anclada desde nunca.



MI MUNDO ES ESTE

A mis amigos del taller mecánico y a Regino Botti


Mi mundo es este
donde las tuercas crujen sus dolores
y la pasión del verso muere sin cansancio
aprisionado en una mordaza helicoidal.


Mi mundo es este
cuajado de integrales y de líneas imperfectas
que nutren los ejes silenciosos de un torno
y obnubilan la paz del olor a zeolita.


Mi mundo es este
entero entre las involutas de un engrane
y mordido en la sombra del acero
en que clamo mi sed ansiando los olivos.


Irremediablemente
mi mundo no es el de las rimas
sino el del aceite que gotea de las alcuzas
mi mundo no es el de los párrafos
sino el de la gasolina que se escancia gota a gota
mi mundo no es el de las multitudes
sino el de la soledad de mis llaves de hierro
y el del rudo silencio del asfalto.

22 de noviembre de 2006



QUEDARTE SOLO


Irte
o quedarte solo
con tus señales que acercan las distancias.

Seguir en medio de la niebla
con tus dolores
la resaca del agua
y la mentira.

Volverte a los desiertos
cuando no andas detrás de los demonios
ni hablas tus verdades
porque pierdes la lengua
y te aplasta la lluvia.

Tener donde dejar la piel
sin temor a que mueran los sueños
por la borda
como esas anclas
oxidadas por falta de ternura.

Detenerse la marcha
porque sobra el silencio.

12-11-2007



Avanzada


No vuelvan a sus jaulas
donde los esperan la fuerza del candado
y el látigo teñido con la sangre de los otros.

Vayan hasta la selva
rujan, barriten, enciendan las hogueras y no se cubran
de los disparos que vienen de la nada.

Ustedes son los dueños de las metáforas:
nadie, en sentido absoluto,
podrá borrarlos de estos versos.

12-11-2007



Espacio habitable


Las campanas tañen separadas de mí
golpean mis oídos
extraen las rémoras que me atan
liberan mi silencio.

Las campanas apagan la advertencia
aquella donde guardo los deseos de gritar ciertas palabras absurdas
que me ahogan aunque yo las expulse.

Porque de nada me sirven para habitar aquella noche
que traía en los bolsillos
y soy entonces el que pierde la sangre
o el que es devorado por las fieras del circo
o definitivamente
aquel cuyos ojos se cierran a la luz.

Y mi espacio habitable ya no existe
en el instante que se multiplican las derrotas.


Andrés Casanova
12-10-2007




Andrés Casanova (Las Tunas, Cuba, 1949). Narrador, poeta, crítico literario y escritor de libretos radiales. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Candidato al premio artístico-literario Catania Duomo 1995 de la Academia Ferdinandea de Ciencias, Letras y Artes, Italia. Reseñado en el Diccionario Biográfico Internacional de Cambridge, Inglaterra. Miembro del Consejo de Consultores del Instituto Biográfico Americano (ABI) Carolina del Norte, USA. Mención en el concurso internacional de poesía Rosa de Primavera, Baleares, España, 1994; Accésit en el III Concurso Internacional de Poesía sobre la Paz 2002 de la Asociación Hispana de Escritores en Baleares y Grupo Arboleda. Premiado en el concurso del ayuntamiento de Benferri, España, poesía 2006.
Entre su obra publicada se encuentran las novelas:
Hoy es lunes, Letras Cubanas, 1995; Tormenta tropical de verano (Sanlope, 2000 y Coyoacán, México, 2003); Las trágicas pasiones de Cándida Moreno, Sanlope, 2001; La jaula de los goces, Oriente, 2001, Las nubes de algodón, Sanlope, 2005; La fiebre del atún, Oriente, 2005; No somos aquellos niños Sanlope, 2007.
Cuentos:
El reloj, ese asesino, Sanlope, 1991; Pequeñas historias memorables, Sanlope-Publicigraf, 1994; Ángel el desalmado y otras historias, Trazos literarios, España, 1995
Ensayo: Reseña del sello de correos y la filatelia en Cuba, Publicigraf, 1994
Poesía: Consulte su horóscopo, UNEAC, edición artesanal, 1991

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